Inocencia Robada

VERDADERO AMOR

Estoy empezando a sentir miedo de las acciones de María. Ya no quiero continuar lejos de mi casa, ya no quiero permanecer en esta casa prisionera. Yo no quiero aprender a mentir. Tal vez Víctor pensó que dormía y lo escuché hablar con María.

—Lo que tiene es anímico más que físico, ha sido un cambio muy fuerte para ella. Es una niña que piensa como adolescente, ya quiere volver a casa con su madre, a su escuela. ¿Te lo ha pedido?

—No Víctor, está muy a gusto aquí pero ya es mucho tiempo lejos de su familia son más de 5 meses fuera de su rutina, ya perdió prácticamente su año escolar que deberá repetir.

En ese momento interrumpió el timbre del teléfono.

— ¡Alo! Si, ¿De parte de quién? Permítame señora la comunico con ella.

—Mami ¿Qué le pasa? ¿Por qué está llorando? No puede ser, hoy mismo salgo para Tijuana, no, yo necesito estar con ustedes, no se preocupe, está bien. No me diga eso... Yo le llamo cuando vaya al hospital.

¡HOSPITAL! Voltee bruscamente preguntando.

— ¿Qué pasa? ¿Es Claudia? ¿Le pasa algo a mamá? ¡Dime!

—No, ellas están bien, quédate tranquila porque estas enferma y no debes asustarte, Roberto tuvo un accidente en la carretera y tenemos que ir con ellos para acompañar a nuestra madre.

De pronto la vi "Cerrarme el ojo" entonces respiré profundo y tranquila de imaginar que era una despiadada mentira más a Víctor...

— ¿Quién es Roberto, María?

—Es mi hermano, el que sigue de mí, él estudia en la universidad de Ensenada y está internado en el hospital, debemos ir con ellos, espero no te importe Víctor.

—Claro que me importa la salud de tu hermano y acompañar a tu madre, yo mismo las llevaré, quiero apoyarte y estar contigo, no quiero que te sientas sola, pero dime: ¿Qué pasará con Angélica? ¿Cómo la traeré de regreso? No puedo pagar tanto dinero de nuevo para que la crucen. Ella debería esperarnos aquí.

—No te preocupes, ya lo decidiremos en su momento.

Por ningún motivo permitiré volver a vivir lo que pasé, jamás... Antes me muero.

—Gracias Víctor, yo sabía que podía contar contigo. Pero no es necesario que tú vayas, recuerda que mi familia no sabe de nuestra relación y no es el momento para hablar con ellos, por favor te pido me esperes un poco más.

El caminaba inquieto y poco a poco disminuyendo la velocidad de sus pasos hasta quedar de frente con ella, la tomó en sus brazos mirándola con amor y respeto que yo siendo una niña podía ver como sentir su adoración por ella. Le dijo cariñosamente:

—Como tú quieras amor, es tu familia y nadie los conoce mejor que tú. Tienen que saber cuándo antes y por ti de nuestra relación como de nuestra boda.

—Claro que sí.

Cerró sus mentiras con un beso apasionado frente a kristell, frente a mí sin ningún respeto o remordimiento por sus asquerosas mentiras como sin recato. Pero yo estoy ¡FELIZ! ¡Voy volver! Ya quiero ver a Claudia a mamá, quiero dormir en mi cama, disfrutar de mis cosas, ir a mi escuela y me levanté de la cama emocionada.

— ¿Adónde vas?

Me preguntó María preocupada.

—Al baño.

Sujeté la pastilla que estaba entre las cobijas y salí de allí casi corriendo. Me hacía falta respirar aire fresco, limpio y puro. En la habitación solo respiro aire contaminado de suciedad, de hipocresía y ambición que me hacen sentir asco por mí misma también al ser cómplice de nuevo con una mentira que va a destruir a Víctor en un futuro cercano, de una traición que lo hará sufrir de amor. Cómplice como me sucedió en la escuela con los boletos que falsificó Lupita, solo que en esta ocasión sí sé lo que está sucediendo y participo deliberadamente por amor a mi hermana y a Kristell. Soy cómplice de este "juego de amor sucio"

Al caminar por el patio escuché que me decían shh, sshhh, voltee a ver quién me hablaba o hacía ese ruido como serpiente, pero no veía a nadie alrededor y de pronto sentí una mirada detrás de una ventana y volteé, fue entonces cuando lo vi frente a mí "mostrándome sus genitales" a Johnny, corrí a la puerta de cristal muy asustada pensando que todos los hombres son "Violadores" iba decidida a contárselo a María.

Me encontré de frente con la señora Mary.

— ¿Qué te sucede Angélica? Te ves pálida, ven criatura te voy a dar un dulce para el susto.

— ¿Usted vio a su esposo, señora Mary?

—No, no lo vi, pero sé a qué te refieres, sabes... También lo ha hecho con mis nietas pero Brenda y Lizet me guardan el secreto para no hacerle daño a su abuelito.

— ¿Porque lo permite? Las puede violar y usted será su cómplice. La impresión es muy fuerte para las niñas.




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