Inseparables

Incomodas conversaciones familiares.

CAPITULO 3

Arquimides: las ventas han bajado drásticamente estos meses, debo volver al negocio, para sacar unas cuentas

Matea: por lo menos tenemos con que comer y pagar las obligaciones

Arquimides: agradecido con Dios

Matea: vida de perro no hemos vivido aún

Arquimides: nadie que trabaje tan duro como yo vera a uno de los suyos así

Matea: pues la economía esta mala y usted todavía en casa hablando como vieja desocupada

Arquimides: increíble, mujer no se te puede decir nada ya. (aún tumbado en el sofá)

Matea: es cuestión de hacer más de lo que se habla (saliendo del cuarto)

Arquimides: no lo tomes así; sería un acto injusto de tu parte, estas son cosas para conversar en pareja

Matea: pues ya lo escuché; si era eso lo que buscaba. (seca) ahora puede ir a trabajar (sin dar tregua a una posible sonrisa de despedida cariñosa)

Arquimides: ¡sí! Es mejor, el ambiente está un poco pesado

Matea: lo que dije fue después de su intervalo de descanso, los hombres son del trabajo, y las mujeres para la casa (en tono sarcástico)

Arquimides: ¿dada la brevedad del dialogo puedo despedirme en paz de mi hija? (en tono susceptible)

Matea: haga como mejor le parezca (dándole la espalda)

(10 minutos después Arquimides ya se iba a su trabajo)

Matea: un momento (en seco)

Arquimides: dime mujer que la demora me afecta (frenando el paso)

Matea: ¿usted se ha seguido viendo con la vieja esa? (en secreto)

Arquimides: ¿cuál vieja mujer? (despistado)

Matea: no se haga, usted sabe a quién me refiero (seria)

Arquimides: ah… mujer, como dice usted eso a estas alturas de la vida, por Dios eso fue esa mas de 10 años y solo una vez. Por favor

Matea: si, pero quien lo hizo lo puede volver hacer, el perro mañoso nunca pierde el vicio (en tono ofensivo)

Arquimides: mujer, ni soy perro ni mucho menos he cometido cosa semejante como lo de aquella única vez, que no te imaginas y todavía es la bendita hora y no sabes cuanto me pesa. (pasando ambas manos por el rostro)

Matea: más te vale. ¿me lo asegura?

Arquimides: por cada estrella que vea esta noche si la cosa sigue así (con voz sueve)

Matea: no hombre; esta vez no será así, yo también me arrepiento de ponerte a dormir con los animales del patio. Mas bien ve a lo tuyo, cuídate

Arquimides: un te quiero acompañado de un beso podría ser mejor (melancólico)

Matea: ya es tarde, ande rápido con sus cuentas que hace falta dinero en la casa. (en tono sugestivo)

(4:00pm Hilary ya está en la clase de música)

Profesor: es bueno contar con una alumna como usted señorita Hilary (en tono familiar)

Hilary: muchas gracias profesor. Es para mí un honor estar en su grupo de enseñanza porque aspiro triunfar algún día con la música (complacida)

Profesor: tienes talento y las ganas, pero eso no es suficiente

Hilary: ¿qué más necesito profesor?

Profesor: trabajo duro, es lo primordial

Hilary: si es así, de seguro ganare mucho dinero (soñando despierta)

Profesor: ¡NO! (en voz alta y con los ojos bien abierto) jamás vuelvas a decir eso.

Hilary: ¿dije algo malo profesor? (asustada)

Profesor: nunca mescles el afán de ganar dinero con la pasión de la música, por ese tipo de pensamientos es que existe mucho desprestigio en el arte.

Hilary: por Dios profesor pensé todo menos eso, pero haciendo un buen uso del pensamiento colectivo tiene toda la razón.

Profesor: debes aprender a pensar antes de cualquier inducción musical, la información nos lleva a la reflexión y está a la transformación. Para aplicar

Hilary: lo dije y no me arrepiento es un privilegio ser alumna suya. Infinitas gracias profesor, debo hacer todo lo que me dice.




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