-¿Hola? - fue lo único que se me ocurrió decir cuando escuché los movimientos desde el sótano.
No eran como los movimientos de las ratas o cucarachas, las que por cierto abundaban por aqui. Era algo mas grande, mucho las y la idea de que fuera Loyalty estaba totalmente descartada, la había enviado con Molly desde hacían un par de meses.
Así que en un ataque de curiosidad decidí tomar una linterna e investigar.
Acabé treinta minutos después y sin ninguna pista de lo que pudo haber sido. Lo único que pude ver era que la ventana ambulatoria se encontraba entreabierta por lo que procedí a cerrarla, pero de igual manera no me había quedado tranquila.
Aún así me obligue a mi misma a encender el televisor y dar snap a los canales en busca de algo lo suficientemente interesante como para entretenerme al menos una hora. Poco tiempo después encontré uno de esos programas tan populares se medicos y salas de emergencias. No era lo mío pero peor era nada. Finalmente me rendi ante el sueño. No era que esruviese cansada físicamente, pero mi mente estuvo pasandola de infierno y necesitaba desconectarse un rato.
No se cuanto tiempo pasó y era lo último que me importaba en estos momentos, pero mis ojos se abrieron de manera repentina y al sentir el frío sobre mi garganta. Intenté movilizarme llevando mi mano izquierda a la zona en donde sentía la presión, pero no pude; mi cuerpo completo no me respondía y al intentar mover mi cabeza hacia un lado pude ver el rostro serio de un tipo que en mi vida había visto, sosteniendo un bisturí contra mi.
No pude reprimir el grito de horror que salió de mi garganta y tampoco pude detener el cachete que vino en consecuencia.
-Si no quieres morir quédate quieta, no hables y ni se te ocurra volver a gritar, ¿entendido?
Intenté asentir pero al ver que no había sólo una persona y lo que la segunda persona intentaba hacerle a mi cuerpo hizo que me congelara.
Estaba por hacer una incisión en mi vientrw y a causa del paralizante que seguramente habían aplicado en mí, no sentía dolor alguno.
Entonces, mi cuerpo comenzó a retorcerse.
Sabía que nadie iba a salvarme y maldije la hora en la que me dejé llevar por mis sentimientos y abandoné la salvedad de mi hogar, y aún si gritaba, no había un alma que se encontrara en capacidad de ayudarme.
De un momento a otro la sensación de ser cortada ya no era mental, se volvió física. Sabía que aún no había tocado nimguna arteria importante debido a la cantidad de sangre que veía correr pero de igual manera no podía estar tranquila.
Hendrick ya sabia que estaba embarazada y peor aún, sabía en donde estaba y eso sólo significaba que desde jace mucho tiempo me tenía un ojo puesto, imvluso me arriesgaba a apostar que estaba esperando el momento en el que me alejara de la casa principal.
Ya sabía que era exactamente lo que iba a suceder pero me negaba en rotundo a que lo hicieran. Iban a forzar un parto, mas concretamente querían sacar a un bebé y llevárselo. Eso era un millón de veces mas fácil que secuestrarme y encerrarme en un laboratorio por el resto de lo que me quedaba de vida.
Mi cuerpo, de manera deliberada comenzó a responder y en ese instante comencé a pelear.
Sabía que tenía las de perder y me temblaban las piernas pero no podía dejar que concluyeran con su trabajo. Si era mecesario iba a volver a matar y no es que no tuviera miedo de las repercusiones con la justicia, pero ellos querían meterse con mis hijos y no era algo que iba a dejar que hicieran de buenas a primeras como hicieron con mi novio.
En un rápido movimiento ya no tenía eo arma blanca contra mi garganta. Sino que lo tenía en la mano y aunque la sala fuera pequeña había suficiente espacio para que pudiese reaccionar en caso de qie intentaran algo o eso creí.
Volví a sentir mi cuerpo flaquear y de un segundo hacia el otro los tenía otra vez sobre mi tratando de inmovilizarme, lograndolo al poco tiempo de haber sentido un pinchazo en el brazo.
Otra vez estaba yendo hacia el vacío pero no podía hacer nada esta vez. Iban a matarme a mi y a mis hijos.
Son en esos momentos cuando te encuentras al borde de la muerte en los que ruegas. Y en mi caso rogaba porque alguien viniera, quien fuera y me sacara de esta.
Por desgracia, caí en la bruma.
(***)
Esta era la tercera casa de la noche y aún no habíamos encontrado lo que Marilyn buscaba. Antes de eso pasamos por dos hospitales, una veintena de casas más pero sin éxito.
No se me había dicho que objeto en cuestión o que estábamos buscando, pero eso no importaba. Había algo que desde hace tiempo me estaba molestando.
El incidente de la chuca que me había llevado a su casa afirmando que me conocía. Según Mary no era más que una embarazada desequilibrada que logró escapar de su encierro en casa y buscaba q cualquiera que le hiciera compañía. Para ser sinceros no me colaba, pero decidí pasarlo por alto debido a que trato recibí en esa casa.
Me había parecido verla en algún lugar, pero cuando intentaba recordar, sencillamente mi mente quedaba en blanco, se volvía un nudo o mi cabeza dolía tanto que me forzaba a dejar de pensarlo. Pero si de algo estaba seguro es que teníamos un lazo. Mi corazón me lo decía y el sentimiento de añoro lo confirmaba , aunque no podía pensar en que tipo de relación si las posibilidades casi a cero una vez que ese enorme vientre entrara a escena.
Dudaba mucho que ese anillo de compromiso tan parecido al de mi madre estuviera allí de adorno y también dudaba de que su prometido la dejara tener amigos. Sólo viendo la seguridad de aquella casa cualquiera sabría que el hombre no era cualquiera.
-Sean- escuché una voz a lo lejos y miré en dirección de mi compañera pero ella estaba ajena a todo y hablando con una mujer mayor-. Sean, por favor.
Esa súplica puso todos y cada uno de mis sentidos en alerta. No lo había escuchado, fue transmitido directamente a mi. Se sentía terriblemente familiar, esa sensación de que estaba ocurriendo algo o a punto de ocurrir. Era desagradable y por más que lo intentase no podía librarme de ello y al darme cuenta estaba corriendo realmente rápido en una dirección que desconocía conscientemente y dejando a Marilyn sola. Diez minutos después un aroma comenzó a llegar a mi. No sabía lo que era en concreto pero mi instinto me decía que debía ir.
Editado: 05.09.2020