Iracundo Season I

(II)


Después de que entrarán e fueran hacia al comedor donde estaba todos. Se habían encontrado con la señora Astrid, la encargada del cuidado de los niños perdidos sin hogar, fue ella quien encontró a la niña cuando estaba a medio camino de la ciudad, además que también cuidaba al niño que tenía su mano aun, lo cual que era raro que fuera de la mano, incluso con un niño que no lo conocía de todos modos. Se fijo cuando entraron, aunque igual también de lo sucio que estaban los dos, sobre todo al niño que estaba lleno de tierra y ella más o menos, se dirigió hacia ellos antes de que fueran al comedor con los demás, de igual manera no los iba dejar pasar de ese modo que entraron. 

Astrid: Vernun, ¿Por qué estas lleno de tierra? Ya lo hablamos y sabes que no debes entrar así. 

Vernun: lo siento. 

La señora Astrid era quien tenia el pelo liso café con ojos de color amarillo, usaba lentes para poder ver bien, era joven a pesar de que es niñera de varios niños, pero de todos modos le llamaban señora de su forma de hablar tan madura y sería. Al escuchar que el niño que le tenía la mano, era Vernun, recuerda que hace no muy poco había vuelto de un viaje a otra ciudad, se debió de una cosa inusual en el, pero nadie sabe de esa cosa inusual que tenía este niño. Pero viendo lo que era alegre y algo gentil, no diría que estaba bastante mal, pero es muy inocente, apelando de que tiene la misma edad que ella. 

Astrid: ¿Qué estuviste haciendo? 

Vernun: estaba en la casa de herramientas y pues… 

Astrid: sabes que es muy peligroso estar alli, te puede para cualquier cosa. ¿y porque ella está igual que tu? 

Vernun: por accidente la ensucie un poco cuando estaba saliendo. 

Astrid: (suspiro)… mejor vayan a cambiarse y se ponga ropa limpia y cómoda, la cena ya va comenzar, y no quieren que lo dejen mirando. 

Vernun: de acuerdo, vamos. 

Astrid: y Vernun. 

Vernun: ¿Qué? 

Astrid: es muy atrevido tomar la mano de ella, además que no se siente muy bien, igual necesita su espacio, ¿no crees? 

Vernun: esta bien. Nos vemos en el comedor, vale. 

Se fue corriendo hacia su habitación para cambiarse lo más rápido posible y llegar justo a poder comer ese estofado que tanto le encantaba. Mientras que ella, se iba de nuevo afuera para poder estar sola un poco más, pero en ese instante Astrid la detuvo para que no se fuera de nuevo, igual debía de alimentarse para reponer ese cuerpo tan mal estrecho. 

Astrid: igual debes de comer. Cámbiate ese chaleco y ven a comer con los niños, ahora. 

Niña: (…) 

No le quería hacer caso, quería estar sola y es lo único que le importaba, ahora que no estaba ese chico para molestarla, se iba directo hacia el patio. Pero justo la tomo de la mano y la llevo de inmediato a su habitación a que se cambiará de ese chaleco tan sucio y de mal olor, además que hace mucho que no se cambia de ropa y llevaba eso desde que llego, le resultaba un poco con verla de ese modo. Esa mirada muerta que tiene todos los días, no le gustaba, siempre tiene que obligarla a comer y otra cosas para que pueda reponer, pero nada lo que ha hecho, no la hizo cambiar de ningún modo.  

Después de que pudiera cambiarla ella misma y poder llevar al comedor para que como era por lo menos un poco, justamente estaba el ya comiendo del estofado, y todos a su alrededor también. A su lado había un asiento disponible para ella, y justo un plato listo para que se alimentara, pero tampoco quería sentarse ni comer nada de eso, de todos modos Astrid la llevo en donde estaba Vernun que comiera un poco, su cuerpo lo necesitaba para nutrices.  

Al llegar a su asiento en donde estaba el niño Vernun. Vio que no estaba bromeando nada sobre el estofado que habían hecho sobre todo la obsesión de que lo llevo a cambiarse y limpiarse tan rápido, ya estaba a punto de terminárselo todo y no dudaba que iba pedir más, si es así y aun le queda espacio para su estómago, le iba dar el plato que tenía a él. No quería nada para ella, se iba aguantar y tal vez podría comer solo las migajas de lo que queda, un plato completamente lleno de verduras, carne y otros condimentos, era demasiado para ella, eso explicaba lo flaca que era. De todas maneras estaba ya acostumbrada en comer poco, y también soportar el aroma delicioso que tenía sus platillos, aunque algunas veces era más complicado, por ejemplo con el estofado que tenía adelante. 

Al notar que no estaba comiendo nada, y dejando de lado el platillo, estaba pensando en poder pedírselo ya que el suyo estaba a punto de terminarse, pero fijándose que estaba bastante flaca y además que no lo podía aguantar demasiado. Decidió hacer algo que tal vez no le convenga mucho, sobre todo que después le dará un abofe ton  después de hacerlo, y si es peor que las otras niñas, tal vez amanezca con todo los moretones cuando despierte, si es que despierta. 

Vernun: ¡Hey! ¡Niña! 

Dándose cuenta que su plato estaba casi vacío, le empezó a entregar su plato que aun seguía lleno para que se lo acabará pronto, así será fácil decirle que ha comido algo y la dejen irse, pero al intentar dárselo todo. Repentinamente le metió en su boca la cuchara con un poco estofado, era del suyo y de ese modo podía saborear algo, nunca se dijo que tenía la cuchara con un poco y pudiera llevarlo a su boca tan rápido que ni siquiera se fijo que lo tenía, con una cuchara en la boca. No podría escupirlo con muchas niños viéndola, además que era bastante delicioso para que lo pudiera hacer, sus mejillas su pusieron rojas y le corrió una sensación muy dulce que no podría soportarlo, su cuerpo le empezaba traicionar y no poder dejar de saborearlo, el sabor era increíble para ser un plato tan simple. 

Vernun: ¿esta delicioso, no? 

Niña: (…) 

Su expresión de volvió fría repentinamente, estaba enojada por la burda forma que le hizo, además de estar enojada de él, estaba igual enojada por ella misma que si propio cuerpo la traicionara de ese modo. Estaba un poco molesta que ya quería que este niño la dejará tranquila, entonces con un poco de odio acumulado en su puño derecho, lo empezó a levantarla para darle de lleno en su cara, en ese preciso instante le había dado otra cucharada más en su boca. Era muy rápido de manos que de nuevo no lo vio venir, además que están vez era del plato que tenía ella, pero con la misma cuchara que le había dado la primera vez, ya no podía tolerarlo. 

Vernun: vez que es rico. La carne es bastante suavecita, además que las verduras que contiene, son muy frescas, así le dan un sabor indescriptible. 

Ya esta vez la iba a escupir, en ese momento se fijo Vernun al ver la cara que puso cuando intentaba escupir ese bocado que la había llevado a la boca. 

Vernun: no, por favor, no trates de escupirlo. 

Le tapo la boca con la mano para que no lo hiciera. Y ya con toda la rabia que le había causado, le tomo del brazo que le estaba tapando la boca, y la empezó a apretar tan fuerte para que lo pudiera soltar, pero no hizo nada cuando esa sensaciones gusto le vino de nuevo a traicionarla. Se puso roja de nuevo y el bocado que estaba llevando al estómago, de más fuerte su sabor que su ya no podría soportar más de ese esfuerzo de aguantar el hambre, hace mucho que no probaba algo más delicioso que las sobras, le causo una gran felicidad en su estómago que nunca había experimentado. 

Vernun: entonces… ¿te vas terminar tu plato? 

Niña: (…) 

Ya su cuerpo le estaba traicionando de nuevo, se veía delicioso el plato que su boca se le hizo agua con tan solo probar los dos primeros bocados, además que estómago aun quería que lo comiera aun más de ello, entonces con su mente que por tanto estaba vacía y sin aguantar un poco más de la cuenta. Tomó la cuchara rápidamente y con un apetito voraz, empezó a comerlo como un animal hambriento de carne, se lo estaba cenando y llevándose un grandes cantidades a su estómago, sin poder parar de ningún modo. Incluso le asombró demasiado a Vernun por la forma que se lo comía, pensaba que era el único que se ponía de ese modo cuando no comía nada, pero no pensaba que lo tendría otra persona y de todas maneras en una niña como ella. 

Después de acabarse el plato completo los dos y dejarlo limpio. Ella deseaban un poco más del estofado, aunque su orgullo no lo permitía, pero si estómago era más que ella para no creerlo… 

Vernun: (¿?)… ¿aún quieres más? 

Niña: … (si)… 

Ya no podía controlar sus extremidades con tanto que se esforzaba, aún sentía la delación de gusto en su lengua y no podía parar de sentirlo, se estaba volviendo un poco loca por el sabor del estofado. 

Vernun: muy bien, igual me apetece un poco más. Iré haber si aún les quedan, con suerte hay aún más para todos. 

Niña: (…) 

Ya no podía esperar un poco más de ese estofado, ya está que se empezaba a morderse el dedo por los desesperación que le tenía, en verdad que nunca se había sentido tan bien, además que su mente ya estaba pensando en otra cosa por todo esto, y por tanto que lo ignoraba. 

Después de que Vernun llevo otro día platos más hacia ella, ya la estaba esperando con la boca llena de saliva como la de un perro, con solo olerlo de nuevo y con más dulzura, ya tomo su cuchara para darle diente al plato. Sin embargo, se dio cuenta que se estaba comportando de una forma desconsiderada y descortés, sabía que era delicioso pero no tenia que ponerse de ese modo hacia un plato como estos, no era un animal ansiado de carne fresca. Pero viendo la expresión que el la veía, le pareció algo normal para el, aunque considerando que sólo es un plato común y corriente, volvió de nuevo en ese estado y empezó a comer con tranquilidad el plato que le había traído. Vernun pensaba que de nuevo una estar comiendo con un lobo el plato, pero al verla más calmada, se puede decir que ya no había nada que preocuparse, además pensando que le iba dar una paliza después de hacerle eso… 

Después de que terminarán su cena y llegará en atardecer en unas horas. Ella permaneció aun afuera en el patio, pero por lo menos con su estómago lleno y calientito, con los dos platos de estofado, nunca iba olvidar su sabor y la sensación que le llegaba al tragarlo. Pero era lo único que iba comer por este día, o eso pensaba cuando estaba aún afuera, se dio cuenta que la puerta en donde estaba las herramientas seguía aun abierta, justo donde exactamente quería estar ahora. Sin embargo, esa idea se hizo un poco más pequeño que cuando estaba cenando con Vernun adentro, ya no estaba tan decidida como esta en la mañana, ahora que se estaba dando de su mirada, no estaba tan vacía como antes. Después que cenaran, Vernun estuvo un tiempo con ella, no le molesto tanto como en el comienzo, sólo le enseñó algunas cosas que tenían por aquí, algunos objetos que cada niño disfruta hacer. Los que le da la curiosidad y poder divertirse con ellos: juguetes, libros infantiles, juegos de mesa, y otras cosas en lo común. 

De ellos nunca lo pudo disfrutar antes de que la echarán a un agujero del cual nunca de podía escapar, desde más pequeña, de la estatura de uno de los niños más menores que había en el orfanato, nunca pudo tener esa misma felicidad que todos los están disfrutando. Cuando nació en esa casa vieja, con el techo a punto de caer, con esas telarañas y polvo que había a su alrededor, con una sensación de enorme frío y soledad. En ese momento no sabía que es lo que significaba todo eso que pasaba a su alrededor, lo único que veía desde que apenas tenía la consciencia limpia y con una curiosidad grande cuando apenas estabas conociendo el mundo, sólo veía a sus padres peleando todo el tiempo y casi todo ese tiempo, se lastimaban con objetos que podían incluso matar a una persona. Lo peor de todo ese conflicto tan violento, le llegaba todo esa rabia y odio hacia ella, algunas partes no se recuperaron del todo cuando intentaba dormir en esa noche de pura agonía, nunca tuvo el amor que necesitaba para seguir adelante. Y en un punto donde apenas cumplió los 9 años de edad, fue en ese momento que la vendieron a una persona que la llevo por un mal camino, las veces que la trató como un simple objeto para dañar a otros, de ello no podía olvidarlo, fue donde eran más trauman tés en esos años de dolor y sufrimiento. 

Quería hacerlo, quería en verdad quitarse la vida por fin y librarse de todo lo que ha pasado, aunque este día fue bueno por primera vez para ella, aún no ha dejado de pensar sobre lo que iba hacer. Terminar con lo que empezó, deshacer todo sus acciones y recuerdos que tanto la había atormentado, las pesadillas que ella hace cuando duerme, son lo bastante reales para que se tratará de un simple sueño. No podía soportarlo, y en ese momento que ya tenía en mente lo que estaba a punto de hacer, su cuerpo de repente se sintió tan cansada, de pronto sus ojos se cerraban de a poco. Su vista empezaba ha ser borroso, nunca antes había estado tan cansada, y justo donde estaba a punto debe hacerlo, se le agota la energía de inmediato. Ya no podía aguantar más el terrible sueño que ahora estaba pasándole, y en unos instantes que le quedaba, se quedó durmiendo ahí sentada contra la pared, y al rato se hecho de inmediato al suelo muy tranquilamente.   
 




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