Itori: Recuerdos Perdidos

Lazos Familiares

Retumbaba en su cabeza el tintineo de las manecillas de un reloj, y con sus dedos los movía sutilmente a su compás, el ceño fruncido de su frente parecía estampado y con cada día su piel se volvía más semejante al de un moribundo, pero nada de eso menguaba su espíritu.

El campamento de los mágicos estaba a siete días de camino sin apenas descanso rodeando las montañas, no obstante, una nueva ruta fue sugerida por Henry al segundo día, la cual consistía en atravesar una aldea ubicada en un estrecho que nos permitiría acortar casi la mitad del tiempo, pero tanto Sybel como Zayr se rehusaron a pasar por ahí, argumentando de que podría haber cazadores en el lugar.

—¡Jay está cada vez más débil! no soportará un viaje tan largo, tenemos que tomar ese camino. —insistió con vehemencia levantando los brazos.

—No podemos exponernos a ese riesgo. ¿Sabes cómo son ellos? Torturan y matan a nuestro pueblo.

—Ellos le hicieron esto a mi hermano, por supuesto que lo sé, pero nada de esto valdrá la pena si no llegamos a tiempo, la aldea está alejada de los pueblos importantes, los cazadores no vendrán a menos que ellos los llamen.

—Él tiene razón —acotó Zayr con cierta timidez, pero completamente decidido tras evaluar el cuerpo de Jay— El veneno se está esparciendo más rápido de lo previsto. Él... Él morirá si no consigue llegar al campamento.

—¡Dijiste que tendríamos una semana! —gritó Henry sacudiéndolo de los hombros.

—¡Apártate de él! — Sybel se interpuso entre ellos y abrió los brazos protegiendo a su hermano menor, que se mostraba asustado por la abrupta reacción.

—Es un mentiroso —rebatió Henry señalándolo.

—¡Gracias a él tu hermano aún sigue con vida! —escupió Sybel conteniendo la rabia— Tal vez no lo hayas notado porque tienes la cabeza sumergida en tu egoísmo, pero mi hermano le ha estado compartiendo su energía vital al tuyo. Él también está sufriendo.

Después de un largo silencio, Henry agachó la cabeza y pidió perdón a ambos hermanos, tras ello se arrodilló suplicando para que le ayudaran a salvar a Jay.

Zayr se llevó a su hermana a un lugar más apartado para hablar con ella, Sybel parecía querer mantenerse firme con su postura inicial por lo que discutieron durante varios minutos, pero tras escuchar las palabras de su hermano terminó por ceder, aunque sin mucho entusiasmo y manteniendo esa actitud ruda para con nosotros.

El viaje que siguió fue bastante tenso, con apenas murmullos, hasta que vislumbramos la aldea a lo lejos. Se suponía que era una aldea pequeña sin mucha importancia, no obstante, la gran barricada alrededor y el excesivo número de personas que patrullaban la entrada indicaban que había algo extraño.

—Son los refugiados —susurré preocupada.

Una sensación punzante se instaló en mi pecho.

Sybel bufó cansada: Les dije que no era una buena idea —exhaló y se llevó las manos a la cabeza.

—Aún tenemos una opción: nos haremos pasar por refugiados, solo tenemos que evitar llamar mucho su atención —dijo Henry.

—¡No llamar la atención! —exclamó Sybel— Somos cuatro personas y un niño moribundo que llegan a una aldea de refugiados al anochecer. Estamos en guerra, cualquier cosa extraña llamará su atención.

—¿Y si nos dividimos en dos grupos? tal vez eso nos haga pasar más desapercibidos, podría funcionar —sugirió Zayr.

—De eso ni hablar, que pasa si nos atacan o preparan una emboscada, no voy a separarme de ti.

—Puedo defenderme solo —Zayr se paró firme frente a su hermana— tengo esto —apretó una pequeña bolsa de tela que colgaba de su cinturón, misma que emitió un ligero brillo.

—¿Qué es eso? —le pregunté.

—No es nada —Sybel se paró frente a Zayr en actitud protectora, no sin antes de que pudiera ver cierto temor en sus ojos.

Jay que estaba recostado en los brazos de Henry empezó a convulsionar, Zayr se acercó a él de inmediato y puso sus manos sobre su pecho y él se calmó casi de inmediato.

—Tengo que estar con él siempre, su salud ha empeorado demasiado —dijo Zayr mirando fijamente a Sybel.

—Nos dividiremos en dos grupos, diremos que huimos de la guerra y buscamos refugio, y que encontramos este lugar por casualidad. Ustedes irán primero —señalé a Jay, Henry y Zayr— nosotras los alcanzaremos en seguida. ¿Estás de acuerdo? —pregunté a Sybel.

Ella asintió sin muchos ánimos.

Tal como lo acordamos, Henry y los demás cruzaron la barricada, enseguida fueron rodeados por tres hombres que los revisaron mientras hacían algunas preguntas, pero todo parecía ir según el plan ya que los dejaron pasar sin mucho escrutinio. Cuarenta minutos después fue nuestro turno, mi corazón palpitaba muy nervioso.

—Cálmate, llamarás la atención —regañó Sybel.

No podía jactarme de ser la mejor actriz, pero había algo más que me estaba inquietando, reconocí a uno de los hombres de la entrada como uno de mis vecinos en la ciudad.

—¿De dónde vienen? —preguntó el más alto de ellos.

—Escapamos del ataque a la ciudad, hemos estado vagando durante días, solo queremos un lugar para pasar la noche y seguir nuestro camino a Fídi —explicó Sybel en un tono pausado.

—¿Fídi? Es la primera vez que oigo que alguien quiere ir ahí, ¿no se suponía que se destruyó hace tres años en un incendio? —inquirió el mismo hombre, volviéndose hacia sus dos compañeros.

El ambiente se tornó tenso. Sybel llevó su mano izquierda hacia la pequeña bolsa que colgaba de su cintura, y escondió su mano derecha preparándose para atacar.

—¡Estoy buscando a mi familia! —solté de repente, en lo que se oyó casi como un grito. Me descubrí el rostro y levanté mi manga ligeramente para mostrar mi tatuaje.

—Eres la prometida cuervo —comentó mi antiguo vecino con una mueca de media sonrisa—, Llegas en un buen momento, tu prometido arribó hace dos días, estará feliz de verte. Déjalas pasar. —Dijo abriendo camino.



#3867 en Thriller
#2000 en Misterio
#8147 en Fantasía
#1788 en Magia

En el texto hay: reencarnaciones, drama, promesas

Editado: 09.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.