Jamás me volvería a casar contigo.

El gen mágico.

Los magos guerreros 1997. 
Jueves 13 de noviembre.   

 —Mira papi lo que te dibujé.  
Le dice el pequeño Joshua Jared, enseñándole un cuaderno donde tenía dibujados varios cuadros y rectángulos.  
 —Son ventanas. —dice el pequeño rubiecito. 
 —Yo también te dibujé algo paa.  
Le dice  Melina también, enseñándole su cuaderno, ella no era rubia como sus hermanos, porque había salido a su mamá, donde en casi todas las páginas había dibujado puertas, de varios colores y adornos, algunos con florecitas y burdos estampados, pero sólo eran puertas.  
 —Oye cosita; ¿Desde cuando tus hijos dibujan puertas y ventanas?  
Le pregunta a Dulce María que ya regresaba al comedor con desayuno para todos.  
 —Pues desde que aprendieron a dibujar en la guardería, me dijeron los maestros que solo eso les gusta dibujar, a Joshua, ventanas y a Melina, puertas.  
Pues es tiempo de que les cuente una historia en lo que desayunamos; ¿La quieren escuchar?  
 —¡Si paa, si! —le contesta Melina y Paloma.  
Pues cuenta una leyenda de mi familia, los Violante, que en un pueblo muy cercano de donde vivimos, que se llama ”Castillo de Teayo” Vivía  una bruja muy poderosa, que tenía la habilidad de crear puertas y ventanas mágicas, por donde podía ver cualquier parte del mundo, e ir a cualquier parte del mundo, también podía ver el futuro y el pasado, incluso veía los sueños de las personas y podía navegar en ellos, ayudándoles cuando tenían pesadillas, les instalaba recuerdos de realidades alternas, con los cuales podían modificar su destino, su nombre era Agustina Violante, su bisabuela, o sea la mamá de mi papá, y sí, yo recuerdo que cuando era tan pequeño como ustedes, un día mis papás me dejaron con ella para que me cuidara, y cuando yo estaba viendo una revista donde aparecía la foto de unos pingüinos, le dije que quería conocerlos, entonces ella me abrigó tanto como si fuera invierno e hiciera mucho frío, pero no, hacía mucho calor, y tomándome en sus brazos, arrancó la foto de los pingüinos de la revista y haciéndola una bolita de papel, la lanzó hacia una puerta dibujada en una de sus paredes, y caminando hacia ella la cruzamos, y fuimos a una playa muy extraña donde había montañas de hielo y hacía mucho frío, también había pingüinos, focas y ballenas, pero era tanto el frío, que sólo pudimos estar muy poco tiempo, apenas unos minutitos, y nos tuvimos que regresar. —les dice Alfonso mientras les preparaba los hot cakes. 
 —¿Y que le pasó a tu abuela, cosita? —le pregunta Dulce María, siguiéndole el cuento. 
 —Nadie lo sabe, algún tiempo después, desapareció de repente y nunca la encontraron, tan solo encontraron una puerta dibujada en una pared de su casa, por donde piensan que cruzó, y nunca pudo regresar.  
 —Entonces mi suegro y tú, deben de ser unos brujos muy poderosos también.  
Le dice Dulce María, mientras ayudaba a la pequeña Paloma a comer.  
 —No lo creo, según dicen mis tías y tíos, por parte de mi papá, que el gen mágico se brinca dos o tres generaciones, o sea mi papá, sería la primera y yo la segunda, y como ninguno de los dos somos brujos, ni mis tíos, ni alguno de mis sobrinos ha dado muestras del gen mágico, por eso se los estoy platicando, pero más a ti, cosita, para que estés al pendiente, no sea que un día de estos vayan a dibujar una puerta mágica, y se nos vayan a disneylandia, con eso de que tus hijas y tu hijo, de la nada dibujan puertas y ventanas; ¿Qué tal si es cierto lo del gen mágico?  
 —Ay cosita; ¡Estas bien loquito! —le dice Dulce María ya sin seguirle el cuento. 
 —Entonces yo voy a dibujar una puerta en mi cuarto para irte a buscar cuando te vayas. —dice Melina.  
 —Y yo una ventana en mi cuarto, para verte siempre aunque no estés aquí. —le dice el pequeño Joshua.  
 —Y Palomita; ¿Qué va a dibujar?  
Pregunta Dulce María ya que la pequeña de 4 años, apenas y comprendía de lo que hablaban.  
 —Si la chicuelina dibuja puertas, entonces va a ser la bruja de la distancia, porque ella va a viajar mucho y muy lejos.  
 —¿Y Yoshi? 
Pregunta Dulce María, en lo que le acomodaba los hot cakes al pequeño.  
–Mi guerejillo, cómo dibuja ventanas, entonces va a ser el mago del espacio, porque a través de esas ventanas va a poder ver cualquier lugar del mundo.  
En eso Paloma dibujó algo en la miel de los hot cakes.  
 —¡Mira! ya también tu Palomita hizo su primer dibujo; ¿Le encuentras forma de algo? —dice Dulce María, observando las formas en la miel.  
 —Pues eso parece un reloj, entonces nuestra güera sin mecate, va a ser la sacerdotisa del tiempo, porque ella va a poder viajar al pasado o al futuro, serán los magos guerreros de las 3 dimensiones, distancia, espacio y tiempo, uno usará las ventanas mágicas para ver el lugar, otra usará las puertas mágicas para cruzar hacia el lugar, y la más pequeñita será la que los haga viajar al pasado o al futuro, es más, si quieren acabando de desayunar los llevo a casa de su bisabuela Agustina, para que todos vean que la historia que les estoy contando es cierta, y ustedes son los magos guerreros de los Violante Otáñez.
 




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