Jamás me volvería a casar contigo.

Tres relojes de cucú.

Capítulo 25. 
Los magos guerreros 2006. Parte 7. 
Miércoles 26 de abril. 
Realidad paralela 1. 
3 relojes de cucú. 
En el 2006, Dulce Paloma buscaba pruebas en su cuarto que verificaran la existencia de su hermana, buscó en todos los cajones y anaqueles del closet, hasta en los perfiles de su cuenta de Netflix, pero también de ahí había desaparecido el perfil de Melina. 
Desesperada se acostó en su cama mirando al techo, tratando de controlar la angustia que sentía en su pecho, y mirando las paredes, volteó hacia  la pared de la cabecera de su cama donde tendría que haber 4 relojes de cucú, pero solo había 3, se incorporó de rodillas para verlos mejor y se dio cuenta que faltaba el de su hermana, de  izquierda a derecha le había puesto una etiqueta de plástico a cada uno, siendo el primero el de Dulce María, el segundo el de ella, el tercero el de Joshua Jared, y el cuarto el de Dulce Melina. 
Joshua también buscaba pruebas en su cuarto, cuando escuchó el grito de su hermana llamándolo. 
 –¡Falta el cucú de Melina! Acuérdate que mi papá nos regaló 4.  
Le dice a su hermano que también se acordaba de eso. 
  –¡Eso también es una prueba, tía! En esa pared había 4 relojes de cucú, mi papá nos los regaló. –dice Joshua. 
 –Yo no recuerdo esos relojes, con eso de que tú cuarto siempre ha estado lleno de relojes. –dice Patricia. –Además ni funcionan, ninguno está a la hora, y hasta creo que están detenidos. 
Y ahí fue donde los 2 hermanitos se dieron cuenta de algo, además de que faltaba el reloj de Melina, el reloj que correspondía a Dulce María, tenía las 3 agujas en el cero, y el que le correspondía a Dulce Paloma también, pero el de Joshua tenía las agujas marcando las 7:25, no había manera de especificar si de la tarde o de la noche, porque era de manecillas, pero, ahí fue donde su tía Paty les dijo algo, que les congeló la sangre. 
 –¡Ese reloj está peor! Además ni sirve, porque el segundero se mueve hacia atrás. 
 –¡Joshua! Ese reloj que va hacia atrás marca las horas que faltan para que la luz venga por ti. –dice Paloma. –Entonces desaparecerá junto contigo, y el mío comenzará a retroceder hasta que venga por mi, y así hasta el último, que también desaparecerá cuando venga por mi mamá. 
 –¡Y entonces todos vamos a desaparecer y nadie nos recordará, ¡No tía, no deje que me lleve la luz! Escóndame o haga algo por favor. –le dice el pequeño llorando y suplicando. 
 –¡A ver ya! Cada uno agarré sus cosas y su ropa porque mejor nos vamos para mí casa! Aquí no los puedo dejar porque nada más están inventando cosas, ninguna luz se va a llevar a nadie. 
Les dice su tía Paty y a regañadientes se los llevó para su casa. 




 




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