Jamas te olvidare

17. Secretos

Chloe:
Me despierto sudando, las gotas recorren todo mi cuerpo, lo que vi en mi sueño es como volver a vivir lo que sucedió. Mario no puede ser Abdel. ¿Y si siempre lo fue? Desearía haberlo sabido para poder abrazarlo millones de veces. Ahora entiendo porque en el primer instante en que nos conocimos era como si siempre lo hubiera conocido.

- te despertaste- dice Antonio.
- sí, ¿donde estoy?- pregunto.
- ya olvidaste nuestro hogar- dice él.

No me digas que estamos en nuestro hogar. Salí corriendo de la cama, que más bien era una tela que colgaba de los extremos y vi la hermosura de lo que jamás olvidaría.

-¡maravilloso!- exclamé.
- es verdad- dice con tono pacífico.
- pero ¿Mario derrotó a todos los vampiros?- me pregunte.
- no, solo se esfumó y volvió junto a tu lado, en forma de Abdel- dice, con una sonrisa, que parece que se burlara de Mario.
- entiendo, pero...- antes de que dijera algo, mire el árbol que me pertenecía. Fui hasta allí, cruzando el puente.
- espera- grita Antonio o no se quien pero más parece advertencia de Abdel que alguna vez fue Mario.

Yo ya me encontraba al otro lado, vi a mi árbol, sus hojas caían, eran de un color rojizo combinado con verde. Qué fue lo que le pasó.

- perdón, fue mi culpa- dije al árbol.
- tú eres mi dueña, no tienes porque disculparte, cuándo te fuiste la energía que brotaba de ti hacia mi fue reduciendo.- me dice el árbol en mi mente.

Yo me quedo tocando su tronco, mientras Antonio me mira dubitativo.

- al veces desearía no haber conocido a Mario, él hubiera sido feliz sin mi- le volví a hablar al árbol.
- no es cierto, la verdad es que antes que tú tenia otra dueña, era la madre y el padre de Mario, pero ellos murieron al irse a una guerra, entonces me fui marchitando hasta quedar como una flor, sino fuera por ti no hubiera tenido la oportunidad de renacer y ver el amor que se tenían ustedes dos- me dice el árbol.
- gracias, ¿como te puedo ayudar?- le pregunto.

Escucho atentamente lo que me dice, solo tengo que utilizar un hechizo de una bruja.

- renace árbol, lo que una vez fuiste lo serás de nuevo, la naturaleza me otorga el poder y la verdad para que puedas renacer.- dije.

Los colores muertos se volvieron colores intensos, las hojas caídas renacieron como hermosas rosas que rodeaban el árbol.

- eres fantástica- exclama Antonio. Acercándose a mi y dándome un abrazo. Es raro que lo haga, después de todo, me ha hecho revivir un recuerdo, que no quería recordar.

- ¿quien eres?- dije sin pensarlo.
- Abdel, pero más conocido como Mario- dice apartándose de mi, tiene una sonrisa que me hace creer que es Abdel.
- de verdad eres tú- lo mire emocionada, sus ojos celeste habían vuelto.

Lo abracé con mas fuerza no quería que volviera a irse. Jamás. Busque sus labios que se escondían en el hueco de mi cuello, le alejé un poco, quedando a un centímetro de él. Nos besamos al mismo instante en que nuestras caras y miradas estuvieron en nuestra visión. Había olvidado el sentimiento de que el me volviera a besar. No quería soltarlo, trataba de que nunca más se fuera pero sabía que no  podría quedarse para siempre. Nos separamos lentamente, extrañando nuestros labios y el sentimiento de placer que nos sumergía al besarnos.

- te amo Chloe- dice Abdel.
- yo también, pensé que nunca más te volvería a ver- dije acurrucando mi cara en su pecho.
- te prometí que nunca te dejaría y así lo haré.- me dice, dándome un beso en la frente.
- deseo que nunca más te vayas- le digo.
- nunca- repitió.

Fuimos a ver diferentes partes de nuestro hogar. Pensaba que lo habían destruido, pero veo que no.

- ven- me dice Abdel.

Lo persigo hasta un lugar donde había un árbol de campanillas, a su alrededor tenía hermosas rosas, también había como un camino de piedras que nos guiaba hasta aquel árbol.

- recuerdas nuestra promesa- me dijo.
- si, fue la primera vez que nos besamos- dije sin ninguna incomodidad.
- claro y ahora hagamos otra promesa- me dice.

Es raro que me diga eso, él me dijo que este árbol se llamaría el árbol de la promesa y que nunca más haríamos otra promesa en ese lugar, era algo así como un bautizo, solo una vez.

- ¿recuerdas como se llama este árbol?- pregunté.
- árbol de campanillas- respondió.

Inmediatamente me di cuenta que no era el mismo Abdel, lo estaban controlando, sin pensarlo mire abajo, llevaba puesto un vestido blanco y estaba descalza. Mire a todos lados, faltaban algunas cosas, Antonio me estaba jugando una mal pasada, pensé que era Abdel. Empezé a crear un portal en donde el no pueda verlo.

- ya llegamos- me dice Antonio, que ahora ya sé que no es Abdel.
- es hermoso¿que promesa haremos?-pregunté.
- que siempre nos quedaremos aquí y me darás tu magia- me dice, con una sonrisa maliciosa. Le mire asombrada pensando que era fácil de que el mismo se delate y yo piense que esto no es verdad.




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