Ese día —29/01/1999— al salir del lugar; Alex Smith tuvo una breve conversación con Betty Stuart. Necesitaba pedirle ayuda para encontrar una biblioteca pública con registro de periódicos locales. La mujer de principio le explicó que en ese mismo establecimiento había una biblioteca para pacientes que disfrutaban leer y que allí, además de libros, podían encontrarse ejemplares de periódicos que habían traído al lugar los propios empleados, pero luego de oír el nombre: ‘Yuri Nóvikov’; le explicó que le sería imposible encontrar información sobre ese hombre allí. —Si bien los periódicos, ya ponían la edición digital de sus noticias alrededor de 1995, este era un sistema al que no todos se sumarían hasta mucho después, por lo cual, la versión en papel sería la única que podría encontrarse de manera asegurada—. Betty también le explicó que esa información podría hallarse en el Internet, pero al no ser seguro, le recomendó la biblioteca pública del condado de L.A. con sede en Downey.
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Una vez en el lugar, la recepcionista, una joven rubia de ojos celestes que se presentó como: ‘Beck Keller’, le indicó dónde encontrar los registros de periódicos y le dijo además, que de no hallar la información que requería, ella podría brindarle un mapa con información detallada de las demás sucursales de la biblioteca pública en el centro. Alex le agradeció y siguió en busca de lo que necesitaba.
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Periódico: ‘Actualidad L.A’.
Miércoles 07/01/1998.
Estupor por extraña muerte:
Cárcel del condado:
“En las primeras horas del pasado jueves 1ro de enero, el terror se apoderó de la cárcel del condado cuando, Yuri Nóvikov, ciudadano ruso que se encontraba privado de su libertad en el lugar, por motivos que aún no se han esclarecido del todo; fue hallado muerto en su celda. La primera versión del hecho habló de suicidio, ya que se lo encontró colgado de las rejas en la ventana de su celda, con las sábanas de su propia cama alrededor del cuello, pero una autopsia ordenada por: ‘Simon Miller’. Juez que entiende de la causa. Demostró que Yuri Nóvikov había consumido una importante cantidad de somníferos previo al hecho, lo que podría ser una prueba más que importante para demostrar cómo el hombre ya estaba muerto al momento de ser colgado. A razón de esclarecer el caso y a la espera de nuevas pruebas que den certezas, ‘Laurence Fisher’, director de la penitenciaría, junto a tres guardias del establecimiento, fueron retirados de su cargo y puestos bajo custodia preventiva.
En una presente declaración: ‘Edward Cross’. Nuevo director de la cárcel del condado, le aplicó al hecho, la carátula de: ‘Escalofriante’, diciendo además, que su gestión sería un ejemplo de la transparencia y del profesionalismo que le faltó a la anterior.
Simon Miller, por su parte, declaró que conocía muy bien a Edward Cross por el pasado político del mismo y la cercanía que eso le había causado con ‘Alan Richmond’, actual alcade electo de la ciudad de Los ángeles. Luego, sin dudar agregó: “Me toca investigar un caso que en su oscuridad, podría imitar a la misma noche, pero no será la primera ni la última vez que no me importa ir contra todo lo que amerite llegar a la verdad”.
Periodista: Sam Sebastian.
Luego a través de la información posterior a ese artículo y basado en noticias de distintos medios, Alex llegó a la conclusión de que aquel caso había pasado un año sin movimiento alguno. Sin pruebas nuevas ni sospechosos distintos a los detenidos, el caso se estancó, durmiendo el sueño de los justos en algún cajón.
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02/02/1999 Sesión 5:
—Jamie, sé que dije que no tomaría notas, pero..., ¿te molestaría si quisiera grabar el audio de nuestras sesiones?
Jamie lo observó y le sonrió, luego volvió su vista al frente y le respondió:
—Parece que alguien hizo caso y estuvo investigando. Puede grabar cada conversación si eso quiere, no me molesta.
Alex tomó la pequeña grabadora de bolsillo que había dejado a un lado del teléfono previamente y la activó.
—Bien, Jamie. ¿Qué más sabes de Yuri Nóvikov?
—Que él era ruso y estaba privado de su libertad sin causa. Lo conocí, no demasiado, porque estuvo aquí solo alrededor de dos semanas antes de que sucediera lo que ya sabe, pero al menos lo conocí lo suficiente para saber lo asustado que estaba, aunque él decía muy poco. Ya sabe, le sucedía lo que a muchos extranjeros que se confunden con el idioma porque apenas están aprendiendo a hablarlo. Era un sujeto agradable. Joven, diría que de unos treinta, quizás treinta y cinco años. Como usted, Alex. La tez de su piel era clara, tenía ojos marrones, mandíbula cuadrada y rasgos en general, toscos. Era un sujeto grande, pienso que pesaba más de cien kg. y su estatura me parece que superaba el metro con noventa centímetros, no lo sé. Pero sé que mi cabeza no lograba alcanzar la altura de sus hombros, imagínese usted. Ahora, hablando de su muerte. Nunca entendí cómo se ahorcó colgando de una ventana a la que podía asomar su cabeza entera. Sería como si uno mismo quisiera intentar algo así con las propias manos. Tan estúpido de intentar, como imposible de lograr.
—Dices que él estaba recluido aquí sin razón, ¿cómo podría ser eso posible?
—Siempre creí que Yuri fue víctima de las extrañas circunstancias que lo pusieron en el lugar y momento equivocados. Eso que algunos llaman destino. Él era uno de los tantos inmigrantes ilegales que llegan a nuestro país en busca de una vida mejor. ¿Se imagina? Solo en un país extranjero, desconociendo casi por completo el idioma y con toda la mala suerte de su lado. Pienso que ese día había sido uno de los tantos en que los oficiales recorrieron las calles en busca de ‘sospechosos’. Ahora, si lo piensa bien, verá que él no podría haber tenido más pésima fortuna. Un hombre sin familia ni patria que reclamen por él. Nunca se podría estar más cerca de una bala.
Editado: 29.11.2020