Al día siguiente, Alex trató de distraerse ordenando su departamento de alquiler, pero durante todo el proceso tuvo la misma idea en mente. Contrario a lo que pensó, no logró despejarse y lo que era todavía más notorio, cuando se quedó sin nada que hacer ni dónde ir, sus dudas eran aún más fuertes. Para ese momento, luego de las varias sesiones con Jamie, Alex se había hecho algunas ideas respecto a él y creía mejor consultar con un colega. Su ex compañero y mejor amigo, también psiquiatra: Francis G.
Desde luego, sabía que no podía revelar nada de un paciente tan expuesto, pero igual podía darle indicios, hablarle de sus inquietudes sobre lo que sucedía alrededor de éste. Aquellas acciones de Cross que le resultaban incomprensibles y ver si sería posible llegar a la misma conclusión.
La llamada fue algo tardía en ser respondida, lo que puso un tanto nervioso a Alex, pero luego de recapacitar sobre la ocupada agenda de su amigo y sobre que su número actual era desconocido para éste, se tranquilizó.
—¿Hola? —cuestionó el típico tono encendido de Francis.
—Es Alex. —Se limitó a responder.
—Alex, ¿es mi amigo recordando a sus afectos después de tanto tiempo? Esto seguramente será interesante.
—Si vamos por el camino de ponerse al día, la llamada será interesante, pero por lo costosa.
Francis rió. Conocía muy bien la razón de Alex para tomar distancia de todos como para exigirle explicación alguna. Sabía que quedarse demasiado tiempo en un mismo lugar le despertaba una profunda ansiedad a su amigo. Tal vez, sólo se trataba de aceptarlo. Dejarlo ser. Escapar mientras no fuera capaz de aceptar que el destino simplemente podía ser cruel sin importar quién fueras.
—¿Y dónde dices que estás ahora?
—Los Ángeles.
—¿Los Ángeles? ¿Qué hay de interesante ahí? —El tono de Francis sonó cómplice.
—Nada de lo que estás pensando. Un paciente me trajo aquí.
—Y supongo que él te lo está haciendo muy complicado.
—No solo él, algo muy extraño parece estar sucediendo aquí.
—Ya veo. ¿Qué sabes hasta ahora?
—Que nada parece ser lo que es —pronunció Alex, con un claro tono dudoso.
—Ya tienes mi atención, continúa...
—Y luego los problemas de ansiedad los tengo yo —Francis volvió a reír—. En realidad me trajo un llamado. El director de este lugar me contactó y me habló del caso. Pero hay algo que no está del todo bien con él. No creo que su relación con este paciente sea como debería ser.
—Interesante. Te llama el director de un psiquiátrico, probablemente por recomendación y tú conclusión, en vez de ser una una caricia a tu ego profesional, es que él tiene una relación extraña con tu paciente. ¿Entendí bien?
—No, no es eso. Es un cúmulo de eventos. De principio no creía nada, aún cuando desde el primer momento me dejó muy claro que aprecia mucho a mi paciente, pero luego él, Jamie, me dijo que el director va a verlo después de cada sesión nuestra y le consulta sobre lo discutido. Además, él me llamó para que éste sea mi único paciente cuando sé bien que otros psiquiatras que trabajan aquí, ven a varios pacientes cada uno.
—Entiendo. ¿No has considerado que haya una buena razón para eso?
—Creo que está relacionado a algo que dijo mi paciente. Lo describe como un hombre obseso del orden y las normas.
—Esa puede ser una buena razón. Un hombre que necesita estar en control, puede tener dificultad para confiar en otros, pero eso puede que no signifique mucho. Se podría tratar solo de su zona de confort. Especialmente si es un caso de gran exposición, él no quiere filtraciones.
—¿Como lo diría el hecho de que hubo tres psiquiatras antes que yo y que todos trataron a este paciente en exclusividad?
—Creo que comprendo tus dudas. El hecho de que te haya mencionado el afecto que le tiene, se preocupe por estar al tanto de sus conversaciones y le otorgue el privilegio de un psiquiatra exclusivo, puede ser evidencia de que por algún motivo tienen una relación muy estrecha con él, pero aún me parece muy poco para considerar que algo está mal.
—Pero eso no es todo, el director le permitió improvisar un nido en su celda para empollar un huevo.
—¿Qué?
—Eso mismo me pregunté yo. Además, al parecer esa ave murió, ya que nunca regresó y él le regaló un gato negro a mi paciente.
—¿Qué clase de locura me estás contando?
—Lo hago porque sé que será un secreto entre nosotros. —Le avisó antes de contar lo que él consideraba más importante.
—Por supuesto.
—Bien. Las cosas extrañas no acaban ahí. Aquí hay otro paciente que está en estado catatónico y el director lo asignó a la misma celda que mi paciente. Él se encarga de sus cuidados.
—Es normal que los pacientes compartan habitación.
—Mi paciente está aquí porque es un asesino.
Francis se llamó a silencio. No era fácil procesar lo que acababa de oír.
»¿Tengo que decir más? —Inquirió Alex ante el silencio de su amigo.
—¿Tu paciente es un asesino y comparte el mismo espacio que los demás?
—No solo eso. Él está en su celda solo en los horarios en que se supone todos los pacientes deban estarlo, pero a veces ni eso.
—¿A qué te refieres?
—Le permiten salir al patio, estar en el comedor y realizar tareas allí, así como ir a la biblioteca cuando él quiera.
—Sí, creo que se podrían considerar como irregularidades, pero qué tal si solo se trata de que ese paciente despierta el lado más compasivo del director. Sabes que puede ser fácil sentir más empatía de la conveniente para con esta clase de enfermos. Sobretodo si no son personas que tienen una formación sólida para tratarlos.
Alex suspiró casi como si estuviera emitiendo una queja. Sabía que Francis tenía razón. Debería haber una explicación lógica para estos eventos y él, quizás solo estaba exagerando las cosas.
»¿Cómo es él? Tu paciente.
—Si te lo digo, tal vez ni lo creas. —Smith también dudaba sobre decir más de la cuenta—. Es apenas un muchacho. Si tuviera que describirlo en una palabra, esa sería: misterioso. Le encanta responder a través de preguntas y acertijos. Su carácter es afable una vez que te acostumbras, suele ser un poco soberbio en ocasiones. En cuanto a su imagen, creo que nadie nunca hubiera sospechado lo que hizo. Al menos, lo que me ha permitido saber hasta ahora.
Editado: 29.11.2020