El odio

 El odio convierte al ser humano en un monstruo. En un monstruo mucho peor que los devora almas. Se transforma en algo deforme y sin forma, y les deja lugar a los pensamientos negativos y de venganza.

 Todos en algún momento dijimos el típico “te odio”, sin saber lo que estábamos diciendo, ya que estamos a veces tan enojados que nos enceguecemos por la ira, bronca, rencor y frustración.

 Me acuerdo que hace un largo tiempo, hubo una amiga que me dijo “cuando odiamos a alguien nos odiamos a nosotros mismos”. No sé de dónde lo pudo haber sacado a tal frase, pero tiene razón. ¿Alguna vez escuchaste que como nosotros valoramos a los demás es como nos amamos a nosotros mismos? Con que si eh, bueno, prosiguiendo con esto, a lo que vengo a decir con esta frase es que junto con la de mi amiga y de la pregunta que te acabo de realizar están vinculadas.

 Para los devora almas el segundo corazón más apetitoso es el enojado, ya que como tienen la vista tan pero tan nublada, no saben ni a quién le abren la puerta de su casa.

 Solo una vez pude sentir odio, ¿Contra quién? Lo siento no puedo comentarte eso ja, ja.

 Creo que una de las razones por las cuales las personas se pegan a su odio tan tercamente es porque sienten que cuando el odio se lo lleve el viento, estarán obligados a enfrentarse con el dolor. Somos nosotros mismos quienes tomamos la decisión de odiar o de amar, el camino que tomemos nos definirá como persona.

 Luego del odio, en múltiples ocasiones llegan los corazón que tanto les encanta a los devora almas; los corruptos. A ese punto, es tanto el odio a determinada persona o personas que decidimos dañarlas, manipularlas, matarlas.

 El peor arma que puede existir en este mundo es el odio, nos transforma en monstruos y nos lleva por senderos horribles.

 A veces el ser humano dice, “si, si yo soy super empático”, pero la empatía se va cuando llega el “te odio” “me voy a vengar” “prometo que te matare” “eres culpable de todo lo que me está pasando, te odio”.

 Te recomiendo que, si quieres olvidar algo o a alguien, nunca en tu santísima vida lo odies. Todo y a todos los que odias se quedan tallados en tu corazón. Si anhelas dejar ir algo, si anhelas olvidar, no puedes odiar. Cuando una persona ocupa un lugar especial en nuestra vida, esta persona será una gran causante de emociones por nuestra parte.

 El odio me llevo a lo que soy, y me arrepiento de no haber perdonado.