Jennifer One, una bella mujer con rasgos albinos, cabello rubio casi blanco, piel muy clara y de ojos rojos; no es lo que parece, ella en verdad es una androide que debe fingir ser una persona normal y ahora estaba en una dura batalla que no era capaz de comprender.
-¿Qué se supone que debo hacer?- se preguntó la androide, intentando encontrar información sobre su misión.
Delante de ella, sobre una cama, había un bebé de un año de edad, con cabello negro y ojos azules, teniendo una pequeña pelota de goma en sus manos, dandola vueltas.
-Bebé, no me ignores, te hice un escaneo completo y no tienes ningún problema, así que como un ser humano normal, debés ser capaz de responder mi pregunta.- dijo la rubia.
Hace unos minutos, alguien llamó a la entrada de su casa y al ir a atender, ése pequeño humano estaba sobre una cesta y una nota que decía "por favor, sé lo que yo no puedo ser para él."
Sí fue capaz de llamar en la entrada y escribir ésa nota, estaba muy segura de que le podría hablar.
-¡Bah!
Y el pequeño le lanzó la pelota, dándole en la cabeza a la androide.
-Golpear a los demás está mal, la violencia no es buena y sólo lleva a más violencia.- dijo la mujer, sin expresión alguna en su rostro.
El ojiazul la miró fijamente por unos segundos, empezó a lagrimear y pronto a llorar.
-¡Waaaaah!
Los llantos del pequeño eran muy fuertes y la mujer lo alzó, manteniendo sus brazos alejados.
-¿Por qué lloras?
Te pedí que hables, no que llores.- exclamó y los llantos se hicieron todavía más fuertes.
Era algo inútil intentar discutir con un humano que se niega a hablar y hace tanto ruido; lo más apropiado sería echarlo de su casa.
Cerrando levemente sus ojos, brillaron levemente al terminar de descargar toda la información que necesitaba en ése momento.
-Ya veo, los humanos deben aprender a hablar, tu madre te abandonó para que yo te cuide y ahora debés estar llorando por pañal sucio, hambre, sed, algún dolor o por que extrañas a tu madre.- dijo la androide mientras el bebé seguía llorando.
Según la información que acababa de adquirir, ella era la nueva madre de ése niño pero no podía serlo, es una androide y debe mantener éso en secreto.
-¡Waaaaaah!
Y ése ruido iba a molestar mucho a los vecinos.
Tomando su decisión, acomodó al bebé en la canasta donde vino, le dio su pelota y se dirigió rumbo a la puerta principal de su casa.
No entendía mucho a los humanos y su creador le dijo que intenté fingir ser un ser humano normal, que intenté mantener un perfil bajo, así que ése ruidoso bebé humano, causaría todo el efecto contrario.
Abrió la puerta y miró de manera fría a la cesta donde estaba ése bebé llorando.
-No soy un humano, no puedo cuidar de ti.
Lo que haría era algo inhumano y frío, pero como un androide analiza las cosas y ése bebé haría todo muy difícil, así que debía alejarlo de ella.
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La androide abrió sus ojos y vio a un sonriente niño de unos 5 años, cerca de su cama, con un bolígrafo en su mano izquierda.
Sin expresión alguna, agarró la mano del niño que se vio asustado.
-¡Lo siento mami, juró que no es lo que parece!- gritó el pequeño.
La androide lo ignoró y lo acercó a ella, haciendo que se acueste a su lado, para abrazarlo y acariciarle la cabeza, despeinadolo.
-Según el ritmo de tu corazón, mientes y sí querías dibujar en mi rostro mientras yo dormía como todo ser humano normal haría.
Eres un niño travieso que merece ser castigado, pero por que soy una madre humana piadosa, lo dejaré pasar por esta vez.- exclamó la rubia mientras su "hijo", reía por ser descubierto antes de cometer sus travesuras.
Estaba revisando archivos viejos en su sistema mientras emulaba ser un ser humano durmiendo, pero sus censores detectaron a alguien cerca por lo que decidió abrir sus ojos para ver al intruso.
Su hijo humano estaba creciendo fuerte y saludable, éso era algo bueno.
-Mami, ¿por qué nunca sonríes, muestras cara de enojó o haces algún otro tipo de expresión?- preguntó el pequeño mientras la androide lo soltaba, quedando ése niño humano sobre ella, sonriendo de manera inocente.
-¿Por qué mami no sonríe?
Solamente no encuentro motivo para demostrar algún tipo de expresión con mi rostro.- respondió la androide, manteniendo oculta la verdad para su niño humano.
Él sabía que ella no era su verdadera madre, pero no sabía que era un androide y era mejor que nunca lo sepa.
Ésa falla que tuvo hace años, donde decidió que era buena idea criar a ése humano, quizás no fue una falla tan mala.