Escucho como mi corazón late, no es ni muy rápido, ni tan lento, es solo… un paso que no parece tener un ritmo o, eso es lo que yo pienso. Sostengo con fuerza las sabanas sintiendo una extraña sensación recorrerme desde mi pecho a través de todo mi cuerpo, ni siquiera estoy segura de porqué, pero no es en ningún sentido una sensación agradable, siento como el colchón se hunde a mis espaldas y, con un leve toque acarician mi hombro por sobre la sabana.
-es hora de despertar. Hoy es un buen día como para que te quedes en cama. -la dulce voz de mi madre creaba una sensación de tranquilidad por todo mi cuerpo haciendo que la sensación desaparezca. -vamos levántate. -pero... no quería hacerlo.
-dame unos minutos y, bajare enseguida. -digo sin ánimos y, siento como ella se levanta, luego el familiar sonido de la puerta me indica que salió de mi habitación.
Hoy es 23 de agosto. Mi cumpleaños. Usualmente estaría feliz por la fecha, pero desde… hace algunos días, todo, absolutamente todo, se ha vuelto extraño para mí, es como si algo muy dentro de mi hubiera cambiado, no como si estuviera creciendo, es más como si algo viviera dentro de mí, las pocas veces que he hablado con mis padres acerca de eso, solo dicen lo mismo, “es por la adolescencia”, “son hormonas”, pero yo sé que no es nada de eso, es más, estoy segura en un cien por ciento, que algo extraño me está pasando y, no tiene relación alguna con el hecho de estar en la adolescencia.
Me miro en el espejo de cuerpo entero de la puerta de mi closet para ver si la ropa que me puse combina bien, consiste en una camisa manga larga blanca, unos pantalones ajustados de talle alto de color azul marino y, un par de tenis negros, mi cabello aun esta algo húmedo, pero no tardara en secarse.
-bien, que comience el show. -me doy una última mirada y, luego me dispongo a salir de mi habitación, pero mientras voy caminando una de las ventanas del pasillo frente a mi cuarto se empaña cuando paso frente a ella, me acerco haciendo que esta se empañe aún más. Sé que está haciendo un poco de viento y, la temperatura es un poco baja para la fecha, pero que la ventana se empañe es demasiado. Me alejo de la ventana bajando las escaleras al primer piso.
Las luces están apagadas, pero aun así mi visión no se limita gracias a los enormes ventanales en cada pared de la sala y, cocina, doy un paso al frente, y sin más las luces son encendidas, una enorme cantidad de personas sale de detrás de los muebles gritando al mismo tiempo.
- ¡feliz cumpleaños! -para ser honesta no me lo esperaba. Una autentica sonrisa se forma en mis labios al ver como todos mis parientes se presentaron para mi cumpleaños.
Las personas comienzan a acercarse hacia mí dándome abrazos, y felicitándome por mi cumpleaños, pero la multitud de personas frente a mí comienza a hacerse pesada frente a mis ojos, una extraña sensación comienza a recorrer mis brazos, mi pulso se acelera y, siento que estoy a punto de caer, pero una voz me saca de mi ahogo.
-May, ven un momento -volteo en dirección a mi madre que está en la cocina haciéndome señales con su cabeza. Miro a todos lados confundida por lo que acababa de sucederme, pero nadie parece haberlo notado, llevo una mano sobre mi pecho sintiendo como mi corazón vuelve a su estado normal.
Entro en la cocina observando a mi madre de espaldas, lleva un vestido color crema tallado al cuerpo con un cinturón negro a nivel de la cintura, su cabello cae en ondas un poco más arriba de la cintura, se ve realmente joven para su edad.
-ma -digo para llamar su atención.
-May, ¿Por qué no te pusiste el vestido que te compre? -la miro y, sé que se siente un poco mal porque cree que no me gusto, pero no es nada de eso, es solo que no tenía ganas de andar con un vestido.
-es que pienso… usarlo en otra ocasión, hoy quería andar un poco más casual. -ella me mira y, asiente levemente. - ¿para eso me hablabas? -ella ríe un poco al ver mi cara como pidiendo permiso para salir de ahí lo antes posible.
-no, claro que no, tus primos están afuera esperando por ti -instantáneamente el día se volvió aún mejor.
-debiste mencionarlo antes -mi madre hace una mueca para después reír, yo hago lo mismo que ella a lo que ambas sonreímos entre risas.
-anda ve, no quiero que entre a buscarte y, armen una escena, como la última vez. -yo rio y, comienzo a caminar hacia la puerta principal. Recordando lo que mi madre dijo empiezo a recordar “la última vez” mis primos entraron a la casa porque yo me demore demasiado según ellos, y comenzamos una persecución por toda la casa para luego terminar una guerra de almohadas con los cojines de la sala.
Esquivo un par de personas hasta que logro llegar a la puerta principal, cuando cierro la puerta a mis espaldas soy atacada con hojas secas. Tomo un puñado que está a mis pies y, comienzo a lanzar hojas en dirección a mis dos primos.