Rachel está tomando un café con Mónica en la cocina, cuando Joey llega a la cocina.
- Oye Rachel, no sé que pones en la lista de la compra, ¿Yogudes?
- Desnatados.
- ¡Ah! Vale ¿Y el maca integra?
- ¡Pasta integral!
- ¡Claro, seré tonto! ¡Eh! Super tampa...
Rachel hace un gesto para que Joey se pare a pensar.
- Piensa un poco.
- ¡Ah, ya sé! Jejeje, a ver si lo pillas tu, ¡Te los trae tu tía!
- Joey, - Dice Robert bajando las escaleras de la cocina. - ¿Y mis vaqueros negros? No puedo ir a clase con el pijama.
- Limpios en tu cuarto.
- Ahí no están.
- Cinco pavos a que sí.
- ¡Diez a que no!
- Veinte.
- ¡Cincuenta!
- ¡Vale, vamos! - Dice Joey mientras echa a correr escaleras arriba perseguido por Robert.
- Es curioso, eres madre de una niña pero tienes tres hijos, no tienes novio pero vives con Joey, un hombre y no sales con un tío desde hace... seis semanas. - Rachel la mira sería. - ¡Doce!
- Estoy encantada con la vida que tengo.
- Claro.
- Pero dime, Mónica, ¿sigue habiendo hombres que inviten a cenar a las chicas para intentar aprovecharse de ellas?
- Si, los hay, ¡angelitos!
- ¡Oh Dios! ¿Y dónde están? - Dice lloriqueando.
- ¡Ey chicas soy rico! - Exclama Robert desde su cuarto.
- ¡Doble o nada a que están en la secadora! - Exclama Joey mientras baja corriendo las escaleras. - ¡Ah, oye! No lo habíamos hablado, ¿El viernes cobro?
- Ajá.
- Bien, necesito un adelanto.
- ¿Te puedes creer que haya sido estrella de un culebrón?
- Perdí millones, pero nunca unos pantalones.
Rachel vuelve a casa del trabajo acompañada de Mónica que ha ido de compras a Louis Vuitton.
- ¿Así que vas a tener una cita con tu compañero de trabajo?
-No es una cita Marc quiere hablar de la nueva colección de otoño en ese restaurante chino al que van todas las parejitas.
- ¡Ahhh! - Dice Mónica golpeando en hombro de Rachel. - ¡Tonta si que es una cita! ¡Jejeje!
- Anda, no seas tan cría. ¡Jejeje! Si que lo es. - Rachel sujeta del brazo a Mónica y se la lleva a la cocina. - y además, es tan guapo.
- Bien, ¿Y te ha dado alguna pista? ¿Parece interesado?
- Bueno le pillé unas miraditas a zonas concretas de este cuerpazo.
- ¡Ahhh! ¿Un posible candidato a novio?
- Ummm, está ejecutiva estudiará el caso. - Ambas se ríen.
En ese momento Joey entra por la entrada de la cocina con una caja de mudanzas.
- ¿Cosas de chicas?
- Umm, trabajo.
- Si, hablábamos de cosas privadas sobre el personal. - Dice Mónica.
- Eso, cosas de chicas. - Joey se va de la cocina y las deja solas.
- ¡Oye va a ser genial! ¿Hace cuánto que no entras en una discoteca?
- ¿Y que me entren a mi?
- Bien ¿Cuál sera tu siguiente paso?
- Quiero ser profesional, - Dice mientras se sirve un café. - ¡Qué va! No quiero ser profesional, le diría ¡azotame con un modelito de la nueva campaña! ¡Ay, es una monada!
En ese instante aparece Joey en la cocina.
- Chicas, por favor, esto es embarazoso. - Joey sale a recoger más cajas.
- Pero no está bien ligar con un tío que tiene intereses comunes en la empresa ¿No?
- Pues que de el primer paso. Qué te lleve a casa tras alguna reunión de moda, después invitalo a cenar, algo de charla, una de tus miraditas, ¿Quieres que te dé más pistas?
- No, aún me acuerdo. Y tengo un vídeo que me grabó un ex, ¡No veas si salgo guapa!
- Ummm, te recomiendo que te lo pases a un DVD. ¡Y después hazte un montón de copias! Me voy, tengo cena con Chaendler, los dos solos.
Joey llega a la cocina con una enorme caja.
- ¿Te echo una mano? - Pregunta Rachel.
- No, no, deja, deja, bien. - la caja cae por toda la cocina esparciendo todo su contenido. - Lo ves. - Dicen al unísono.
Rachel ayuda a Joey a guardar la caja en el desván que es donde Joey se está quedando.
- Bien por aquí, vale, vale, vale. Ya está, se acabó. Ya está todo - Joey deja la caja en el suelo.
- ¡Qué bien! Paredes, suelo, banco y pesas, ¡todas las comodidades de una celda! ¿Donde dormirás?
- Pues ahí, - Joey saca un colchón inflable. - esto se infla en treinta segundos. - Joey pulsa un mando y el colchón comienza a incharse muy lentamente.
- Vaya, es verdad. ¡Voy a salir corriendo! - Rachel comienza a correr a cámara lenta para reírse de Joey.
- Basta Rachel.
- Me dijiste que las cosas que estaban en el apartamento de Stefany te las devolvería.
- Si, eso esta es mi... mitad.
- ¡Oh! ¿es que cuando lo repartisteis te tocaron las cosa invisibles?
- Oye, ella vivirá sola por primera vez, ¿Vale? Y... no trabaja, solo quiero saber que estará bien. Quiero ser considerado.
- Creo que más bien estafado, jejeje. Lo siento, oye, es que... esto no es cosa mía.
- No, habla.
- Bueno, parece que piensas que sí dejas que se quede con todo, cambiará de idea y volverá contigo.
- ¡Por favor!, he traído... Todo lo que quería.
- ¿En serio? A que tenías una tele, y puede que fuera una macho pantalla de sesenta pulgadas LED, LCD y HD.
- De cincuenta y dos, la mejor.
- Pues resulta que ahora tienes cero pulgadas.
- Lo he decidido yo, ¿Vale? Estará mucho tiempo en casa y piensa...pensamos que sería mejor que se la quedase.
- Pues eso, cero pulgadas. Eres un buen tío, te va a machacar. Ahora vuelvo, me intriga cómo vas a decorar todo esto. - Dice Rachel mientras sube las escalas.
En la cocina Drew está sentada en la barra de la cocina.
- ¡No me lo puedo creer, qué gracia! ¡Jejeje!
- ¿El que? - Pregunta Rachel al entrar.
- Nada. ¡Jejeje!
- ¡Oh! Venga, cuenta. Te compro toda la ropa.
- Vale, - Drew se levanta y se acerca a Rachel. - Alex cree que conduce superbien, pero después de clases se dio un golpe contra el mercedes del rector, tuvieron que llamar a su padre que está en Zurich y fue...