Jolly Rogers. Un viaje entre historias

"¡Que la reina se apiade de tu alma!... así como dios ya lo hizo"

Hay solo dos cosas que resultan extraordinariamente difíciles de realizar, tragarse el orgullo para pedir perdón, y reconocer que alguien que por lo general se equivoca en todo tubo razón en algo importante. Bueno, ahora que lo pienso, en realidad es una misma cosa, pero lo importante en esto es que en aquel grupo la consternación se había cobrado a algunos adeptos, y que el sonso e irritante arácnido presente entre ellos no perdió oportunidad de recordarselos, pero como era de esperarse, solo insistía en que el sabia que eso iba a ocurrir, pero no aportaba ninguna idea o solución, lo cual le gano que James desenfundara su espada, y en un rápido movimiento la colocada muy cerca de la garganta del susodicho, obteniendo el preciado prodigio de que este se callara.

 

 

 

-"Mi madre, ¡Que dios tenga piedad y la mantenga en su urna!, tenia un dicho, 'si al hablar no has de agradar, te es mejor callar', ¿alguna vez lo has escuchado 'Smeringopus' ?"- pregunto James con la serenidad... de un perro de ataque.

 

 

 

-"lastimosamente es cierto"- se lamento Merida- "¡nos lo había dicho!"-

 

 

 

-"¿he hizo algo, ademas de hablar sandeces, para evitar que viniera la pequeña?"- pregunto James, sin quitar los ojos de su objetivo, a lo cual la respuesta fue un rotundo "¡No!" que mencionaron todos en coro.

 

 

 

-"¡no es su culpa!"- dijo Lisbeth, preocupada por que la reputación de James tuviera fundamentos, y este de verdad fuera capas de matar a sangre fría, y se cargara a Spider-man -"¡yo fui quien insistió en venir!"-

 

 

 

-"¡Es cierto!"- dijo preocupado por su vida el arácnido - "¡ella fue la que no me escucho!"-

 

 

 

-"¡cobarde!"- exclamo con desdén el pirata -"¡¿osas escusar tu incompetencia con las decisiones de una criatura, que como mucho tendrá diez años?!"-

 

 

 

-"¡¿Como que 'diez'?!, ¡Tengo doce!"- dijo Lisbeth bastante ofendida.

 

 

 

-"¡eso no mejora la situación!"- menciono James mientras envainaba su espada, dejando ver que en ningún momento había soltado el reloj, sino que nada mas lo había metido en la manga de su casaca. El capitán volvió a examinar el reloj, y tras reflexionar unos instantes en aquel asunto, dijo simplemente : "¡el daño esta hecho!".

 

 

 

-"¿entonces quede aquí atrapada por siempre?"- pregunto Lisbeth comenzando a preocuparse.

 

 

 

-"tal vez no"- le dijo Erik con una extraña calidez en su voz- "si logramos reparar el reloj antes de que acabe este día, podremos devolverte a tu mundo, y si no es así, nos tocara hacerlo de forma difícil"-

 

 

 

-"¡tenia que ser!"- exclamo una voz a sus espaldas, la de la antorcha humana, que acababa de llegar justo a tiempo para escuchar el altercado con Spider-man, y el resto de la conversación. En aquel momento estaba cubierto de llamas, despidiendo de su cuerpo el calor y el fulgor anaranjado característicos del fuego, cosa que cambio cuando aterrizo, y se apago, adquiriendo el aspecto de un hombre atlético, de unos veinte años, con rasgos gallardos, cabellos rubios, y vestido con un leotardo azul de cuerpo completo, con un numero "4" en el pecho. En conjunto, Lisbeth lo encontró bastante atractivo.

 

 

 

Después de saludar con cariño a la chica, y a James, le pidió a los demás que le contaran que rallos había ocurrido, y no fue de extrañar que ademas de preocuparse por lo ocurrido, terminara enfadándose también con Spider-man, y por los mismos motivos que James, poniéndose de su parte en el debate de manera incondicional, cosa que termino de derrumbar el fragil ego de Spider-man, por tratarse del que el consideraba su mejor amigo.

 

 

 

-"¡Con amigos como tu no necesito enemigos!"- Le reclamo Spider-man al rubio recien llegado.

 

 

 

-"¡ese es el problema con la gente sensata!, que le da la razón a quien la tiene y no a quien la quiere, y en consecuencia muchas veces se queda sola!"- dijo otra voz, la del muchacho castaño, con armadura vikinga de color negro, y la pierna de hierro y madera que había llegado junto a Jhony, pero que hasta el momento no se había hecho notar, y que sin duda usted, que ha estado atento hasta ahora a esta historia, ya habrá identificado como Hippo Horrendo Abadejo, jinete y entrenador de dragones - por que 'padre de dragones' sonaría ridículo- hijo de Estoico el basto, y según la versión fílmica de su historia, actual gobernante de berk, o la isla de mema, dependiendo de la traducción.

 

 

 

-"¡Hola Lisbeth!, no has crecido nada, ¡Pero ya eres una chica muy bella!"- dijo entre risas el vikingo en cuestión- "y volviendo con tigo araña, ¿en lugar de hablar hasta por los codos, como tienes por costumbre, no pudiste detenerla y ya?"-



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En el texto hay: reflexion, referecias, homenaje

Editado: 20.03.2019

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