Lo logramos. Salimos de esa primera simulación y lo veo como un gran logro; si salimos de esta prueba, las demás no serán tan complicadas.
- ¿Qué harán luego?-. Preguntó Santiago.
- Tengo unos asuntos que resolver sola-. Mencionó Jessica para alejarse del grupo.
Nosotros solo la vimos partir. En unas horas la veremos otra vez y es solo para saber nuestra puntuación.
- Nosotras vamos al patio-. Mencionó Akiko para tomar de la mano a Anna quién se despidió desde lejos.
Santiago y yo nos quedamos ahora solos. Nos han abandonado nuestras compañeras de grupo. Ahora solo tengo en mente hacer una sola cosa.
- ¿A dónde vas?-. Me preguntó Santiago al ver que me alejaba de él.
Este me sostuvo del brazo evitando mi avance.
- Tengo un asunto que arreglar-. Le mencioné-. Nos vemos luego.
Santiago no entendió mi punto y se acercó a mi; siguió mi paso cuando ni siquiera lo había solicitado.
Por unos segundos lo veía como una mala idea; pero ahora que estoy solo necesito un aliado. Saber que Mason tiene a su grupo de amigos por ahí buscando una oportunidad de hacerme daño es un motivante para aceptar tener una buena amistad con Santiago y lo mismo sobre los misterios que ocurren dentro de estas instalaciones.
- Vamos compañero-. Le mencioné.
Santiago puso su brazo sobre mi hombro, mostrando que sentía confianza conmigo.
Salimos hasta el patio del Instituto. Fuera están algunos de los grupos sentados en algunas bancas; otros están en la zona de comida y unos cuántos sentados en la entrada del edificio.
- ¿A quién estás buscando?-. Me preguntó al ver que me puse en el centro y trataba de encontrar a alguien.
- No sé si lo conozcas. Es al chico que habló sobre la desaparición de su hermano.
Santiago hizo una señal que demuestra que lo conoce.
- Hablas de Alex López. Éramos de la misma clase. Sígueme que por acá debe estar.
Santiago se adelantó y le seguí el paso. Este camina demasiado rápido y seguir su mismo ritmo está un poco complicado.
Llegamos hasta una biblioteca que está en una de las zonas de este enorme campus.
- ¿Seguro que está aquí?-. Le pregunté.
- Si. Desde que lo conozco es un amante de libros y este es un lugar que tiene libros-. Lo mencionó de una manera lógica.
Ingresamos y dentro habían muchos libros sobre algunos reposteros de madera.
Avanzamos hasta la parte en la que están algunas mesas y ahí se encuentra Alex con unos cuantos chicos distribuidos entre las mesas.
Alex se encuentra apartado del resto.
Nos pusimos frente a él y puse mis manos encima del libro que este leía.
- ¿Qué quieren?-. Nos preguntó mientras sacaba mis manos de su libro aún sin mirarnos.
Me senté a su lado y Santiago se sentó en el otro extremo de la mesa.
- Quiero hablar sobre un tema que tenemos en común-. Comencé hablando.
Ambos me miraron sin entender el punto. Santiago solo hacia señas de que siga hablando y que sea más específico con mi tema.
- No me hagas perder el tiempo-. Mencionó un poco molesto.
No sabía cómo tratar el tema en un lugar público. Lo que menos quiero es llamar la atención y más dentro de nuestro infierno del que aún no sé si saldré con vida.
- Tiene que ver con tú hermano-. Le mencioné muy despacio procurando que solo Santiago y Alex sean los únicos que escuchen.
Alex miró a todas partes. Volvió su mirada al libro y trató de decirme algo.
- Aquí no-. Mencionó mientras se ponía de pie-. Salgamos a otro lugar.
Seguimos su paso muy detrás de él. Santiago no entendía nada de lo que pasa así que solo seguía conmigo porque deseaba estar con alguien.
Llegamos hasta el centro del campus. Nos sentamos en una de esas bancas.
- ¿Sabes algo importante?-. Me preguntó-. O solo estás aquí por mera curiosidad.
Podía ver lo desesperado que él está por encontrar respuestas.
- Creo en tú historia-. Le mencioné-. No eres el único que ha pasado por una experiencia similar. Antes de ingresar mi tía me advirtió sobre lo que sucedía en este lugar y un amigo que está en la zona sur tiene recuerdos de alguien. No te voy a negar, pero también siento que conocí a alguien y ahora ya no existe.
Santiago solo prestaba atención a lo que decimos. Es solo un oyente de nuestras historias.
- Sabes algo. Yo sé algo. Sospechamos lo que sucede aquí y eso nos pone en peligro-. Mencionó Alex-. Es mejor que nos mantengamos alejados. Solo nos veremos de vez en cuando y hablaremos del tema. Siento que nos vigilan. Yo llamé la atención en el día de apertura. Evita llamar mucho la atención-. Dijo con un tono sombrío.
Me percaté que habían algunas cámaras en el patio. Me imagino que dentro de los edificios también las hay. Quizás dentro de nuestras habitaciones tengan alguna cámara o un micrófono para captar y escuchar todo.
Alex se puso de pie sin decir nada; había entendido su punto. Se alejó de mí y Santiago. Se fue en dirección a la biblioteca.
Si noté que habían algunos de los supervisores vigilando, sobre todo cuando llamé la atención al estar con Alex, ese chico rebelde de las muchas preguntas sobre su hermano.
- Ya entendí porqué no tiene amigos-. Mencionó Santiago-. Es bien extraño ¿Sobre qué hablaban? No entendí nada.
Lo miré y me puse de pie. Él me siguió el paso.
- Aquí no-. Le mencioné mostrándome muy sospechoso.
Sé que si quiero pasar desapercibido en este lugar debo alejarme de Alex. Solo acercarme en ciertos momentos y luego estar alejado de él. No sería bueno que nos descubran queriendo encontrar respuestas de este lugar.
Llegamos hasta la habitación e ingresé. Dentro no había nadie.
- ¿Que sucede?-. Me preguntó Santiago al ver que le puse seguro a la habitación.
Le hice señas para que se mantuviera callado y este obedeció aún sin entender.
Me puse a buscar entre todos los cajones por si había algo. Revisaba cada una de las paredes y seguía sin encontrar algo; me tiré al suelo y no veía ningún micrófono para quitarlo y hablar de forma libre. Seguí buscando hasta acercarme a cada una de las camas y seguía sin encontrar un indicio de que hayan puesto algún micrófono.