Me encuentro en estás instalaciones avanzando por un pasillo que antes no había visto; para mí es nuevo todo aquí. La sala está en completa oscuridad y a duras penas hay unos cuantos focos que alumbran la sala pero no dan tanta luz como para guiarme con cuidado.
Todo está en completo silencio. Puedo oír mis pasos; mi respiración agitada por el miedo pero aún así sigo avanzando sin tener un rumbo fijo.
Llego hasta una puerta de metal que está cerrada pero sin seguro, ingreso lentamente para ver qué dentro de esa habitación. Solo veo congeladores criogénicos; dentro la temperatura es súper baja. Puedo ver cómo sale ese aliento congelado de mi boca.
Me acerco más hasta llegar al centro de todas esas máquinas. El lugar está vacío; no hay ningún rastro de alguna persona aquí dentro.
Avanzo hasta uno de esos congeladores que está en frente de mi. Empiezo a quitar con mis manos un poco de ese vapor del frío en uno de los vidrios de esa máquina; dentro está una persona a quién no puedo reconocer, en un instante abre los ojos y me observa detenidamente.
— ¡Ayuda!—. Gritó mientras golpeaba el vidrio de la desesperación; yo solo me alejé del miedo causado en ese instante.
— ¡Ayuda!—. Volvió a gritar con más desesperación y podía ver cómo el vidrio se iba rompiendo de a poco.
Voy retrocediendo del miedo causado por ese ser extraño que está dentro de ese congelador.
*Suena la alarma"
Todos nos levantamos. Está vez no hubieron tantas quejas como de costumbre.
Me senté en el borde de la cama; me puse a pensar en ese sueño. Quizás ya me está haciendo daño todo esto de la investigación sobre los secretos de este lugar; ojalá no me vuelva paranoico con todo lo que sucede aquí.
Me levanto rápido de mi cama. Está vez no quiero que Santiago me gane la ducha.
Me miro en el enorme espejo que está en el baño y sigo pensando en ese sueño; espero no acabar loco luego de estás simulaciones.
Ingreso a la ducha y siento caer esas gotas de agua fría por todo mi cuerpo; tengo la costumbre de usar agua caliente pero ahora el clima está para tomar una ducha de agua fría.
Sigo pensando en mis amigos del sur; aún tengo esperanza de que todo está bien con ellos. Solo espero que al final todo salga bien.
En unos minutos salgo y me cambio para luego dirigirme a la habitación.
***
Estamos en la habitación todos a excepción de Akiko quién ha salido.
Nos encontramos conversando; aún estamos preocupados con la simulación de hoy y si saldremos bien como en las anteriores.
— ¿Cómo nos irá bien hoy?—. Preguntó Anna con cierto tono de preocupación.
Por el momento me siento confíado en que todo estará bien con nosotros; superamos sombras y nuestros miedos, siento que estamos preparados para superar lo que sea.
—
Nos fue bien en simuladores pasados. No creo que en este no vaya tan mal—. Mencionó Santiago.
Me muestro de acuerdo a Santiago; si podemos vencer fobias, podemos vencer lo que sea que hayan preparado hoy para nosotros.
— ¿Alguna idea de que será la simulación de hoy?—. Preguntó Jessica.
Todos nos quedamos sin darle una respuesta. Cualquier cosa puede ser útil para ellos.
Quizás usen otro de esos simuladores en lo que prueban nuestra capacidad mental, nuestra fortaleza ante situaciones muy aterradoras, o nuestros miedos pero con ciertas mejoras.
Toda idea puede ser útil. Para ellos el hacernos sufrir es parte de su forma de pensar.
— Sé de que va a tratar nuestra simulación de hoy—. Mencionó Akiko mientras entra por esa puerta. Ella es como un fantasma; apareció de la nada—. Debemos enfrentar a otros equipos en un combate cuerpo a cuerpo. Serán peleas individuales. El equipo ganador se queda con los puntos y el perdedor no gana nada.
Me puse a pensar en ese simulador; es la primera vez que van a probar nuestra fortaleza física.
Eso me da cierta esperanza de ganar. No es la primera vez que estoy en una pelea y no creo que está sea igual a las demás. Siento esa victoria tan cerca para el equipo. No creo que algo vaya a salir mal.
— ¿Cómo sabes eso?—. Le preguntó Jessica.
— Escuché a Lady hablando con su grupo mientras subía por las escaleras.
Eso me da cierta esperanza. No sé quién es ella pero si está segura de aquello no creo que sea una mala idea esa simulación.
— Una simulación sencilla—. Mencioné—. Al fin no debemos enfrentar a nuestros miedos.
Me puse de pie emocionado para dar está simulación y tener el resto del día libre.
— Aún no te muestras confiado por la simulación—. Mencionó Akiko—. Todo está arreglado para la prueba de hoy. Ellos serán nuestro equipo a vencer. Lo arreglaron porque alguien de ese grupo tiene un pendiente con alguien de nuestro grupo.
Me puse a pensar en lo que dijo Akiko y supongo que esa indirecta es para mí.
— ¿Ese es el equipo de Masón Tapia?—. Le pregunté.
Ella asintió.
— Él es nieto del director y se ha encargado de arreglar la prueba de hoy.
Sigo con que no es una mala idea. Si Masón quiere cobrar venganza contra mí no se ve tan mal; una pelea con el cuerpo a cuerpo será sencilla.
— No veo problema alguno. Si voy a poder ganarle a Masón—. Le mencioné con mucha seguridad en mis palabras.
Akiko mostró un rostro denotando mi inocencia.
— El detalle es que tú vas a enfrentar a Sebastián. Ya está todo arreglado y solo es cuestión de tiempo para que te enfrentes al gigante del grupo.
Me senté en el borde de mi cama asustado; lo conozco y sé que con él no tendré ninguna oportunidad.
— No creo que hagan eso—. Mencioné asustado— ¿Verdad? ¿Ustedes también creen que no harán eso?
Nadie del grupo dijo algo. Solo se mostraron apenados por lo que será de mi en esa simulación.