Después de varios días fuera del trabajo, me ha tocado volver, aunque al principio me pidieron trabajar en otro caso, según ellos para no volverlo personal. Pero esto se volvió personal desde el momento en que supe que una banda de delincuentes, son los familiares de mi novia, así que sin dudar me negué. Necesito llegar al fondo de todo esto, y el lugar donde me desempeño me ayudará a hacerlo, pero sobre todo a protegerla.
A Elisa la veo en las noches, y los fines de semana, aunque en algunas horas libres que tengo también la llamo y charlamos un rato. Nuestro noviazgo ha transcurrido sin ningún contratiempo, y mientras más tiempo paso con ella, mas cómodo me siento a su lado. Desde esa noche no hemos vuelto a tocar el tema de sus familiares, pero he estado atento a cualquier movimiento de esa banda de delincuentes.
A esta hora después de salir, voy camino a la Universidad donde recibe clases del Doctorado, son exactamente las 7 de la noche cuando la estoy esperando en el estacionamiento. Al ser una noche fresca salgo y recostado en la camioneta la veo venir. Mientras se acerca, veo que lleva un vestido sencillo color marrón, observo que viene y oigo como un hombre la llama y ella se detiene para esperarlo, enseguida estoy alerta pero al verla sonreír detallo más a su acompañante y es que en este preciso momento viene con el idiota de Lorenzo.
¿Y este imbécil que hace aquí?.
-Caín perdón por hacerte esperar. Dice ya a mi lado.
¿Caín?... Nada de mi amor?
-Tranquila MI Amor. Digo mientras doy un paso al frente y la tomo por la cintura para darle un profundo beso. La siento un poco tensa pero no me rechaza.
-Wow... ¿Conoces a Lorenzo? Pregunta mientras se aleja un poco de mi pero la tomo de la mano y la sostengo a mi lado.
-La verdad es que no. Miento.
-Creo que si, en el cumpleaños de la Dra. Marchán. Dice y por este comentario veo que no me recuerda de esa vez en el hospital cuando el accidente de Elisa.
-¿Estabas allí?.
-Sí. Contesta y veo que nos detalla a Elisa y luego a mí. Como ninguno de los dos dice nada, el es quien toma la palabra.
-Me voy entonces. Que estén bien. Eli un placer verte y espero que lo de esta noche se repita.
-Igual Lorenzo que te vaya muy bien. Contesta Elisa mientras vemos que el idiota se aleja a su auto.
-¿Nos vamos? Pregunta mientras sube a la camioneta, me quedo solo unos segundos más y sin comprender el maldito comentario sobre que lo de esta noche se repita tomo mi lugar frente al volante.
Enciendo la camioneta y enseguida vamos camino a su casa, como las veces que viajamos juntos, ella es quien enciende la radio, y una extraña canción suena por los altavoces. Como las otras veces, ella también se la sabe y la va cantando mientras yo voy que hecho humo por haberla visto con el idiota del Doctorcito.
-¿Te pasa algo? Pregunta en voz baja.
-No. Digo secamente.
-Okey. Dice ella mientras sube el volumen de la radio.
A los 30 minutos llegamos a su casa, ella saca su control del garaje que de un tiempo para acá acostumbra a llevar en su bolso, pero antes de que lo presione le indico que no me quedaré, veo como se reflejan muchas preguntas en su rostro y lo siguiente que hago me catapultará como el más idiota de todos los tiempos.
-Tengo cosas importantes que hacer. Digo mientras me extiendo a su frente y le abro la puerta.
Si.
¿Eché a mi novia del auto?
Caín El Maldito Baptista.
Ella me mira estupefacta, y medio sonríe incrédula por lo que le acabo de hacer. La veo bajarse del auto para dirigirse a su casa y sin esperar siquiera que haya entrado, acelero y me voy. Sé que está mal lo que acabo de hacer, pero en estos momentos siento mucha rabia de que ella esté con ese imbécil. No la quiero con ningún otro hombre que no sea yo...
Aunque si sigo comportándome así terminaré por perderla,
Con este pensamiento tomo el retorno en U y vuelvo camino a su casa.
Gracias al tráfico han transcurrido como 20 minutos, así que bajo de la camioneta y voy hasta el timbre, al presionar el aparato me llega su voz a través del aparato de la entrada:
-¿Quién és?.
-Soy yo...
-¿Yo? No conozco un tal yo.
Elisa la Chistosita...
- Caín. Digo secamente.
-¿Vienes a seguirte comportando como un idiota?
Te lo mereces Caín.
-No, es solo que... Abre la puerta.
-Abriré si dejas tus celos irracionales fuera de esta casa.
¿Irracionales? Me dejo de llamar Caín Baptista si ese maldito no quiere contigo.
-¿¡Irracionales!?...
-Entonces buenas noches. Dice y corta la comunicación. Camino de una lado para otro pero vuelvo a comunicarme con ella.
-Los dejaré aquí... Ahora abre la puerta... Por favor.
-¿Lo prometes?
-Elisa Cristina Villasmil no juegues con mi paciencia. Ahora abre la puerta... Y al terminar la comunicación oigo el seguro de la reja.
Al estar en su sala oigo una especie de melodía extraña como la que suele escuchar, y por el olor que impregna la estancia, sé que se halla en la cocina. Camino hasta allí, pero antes veo como Angus viene a mi encuentro. Desde la vez que llegó aquí ha cambiado mucho porque esta mas grande y ya está comenzando a cambiar el pelaje.
-Hola Tú. Digo mientras ambos nos dirigimos a la cocina y efectivamente al entrar, encuentro a Elisa de espaldas y su atuendo me llama mucho la atención, porque esta vez solo lleva un camisón un poco mas debajo de su trasero. Pero este pierde mi atención al mirarla porque me doy cuenta que su cabello esta como me gusta suelto y rizado.
-¿Galletas? Dice mientras muestra una bandeja repleta de ellas.
-Las hice esta mañana para mi novio y para mí, pero este se comportó como un idiota esta noche.
-Quien sabe que pasaría para que se comportara así. Agrego.