Juegos de Amor

Capitulo 21

Karla se sentía en las nubes, el beso de Diego era volar entre algodones, sus labios y manos eran suaves, solo se entregaban sin exigencias, sentía que el tocaba cada fibra de su ser; pero esto no podía ser, se separo de el con la respiración acelerada, lo miro a los ojos y salió corriendo, era un comportamiento absurdo pero en ese momento solo tenia que alejarse de él, escucho a lo lejos que el gritaba su nombre, no se detuvo ni un instante, llego a su casa y se encerró en su habitación, se miro al espejo y lloro ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué todo ese odio dentro de ella? Ana Milena no le había hecho nada, ella no amaba a Mauricio, en cambio Diego… ¡No! ¿Qué estaba pensando? Tenia que casarse con Mauricio, el le convenía, tenía dinero, en cambio Diego era un pobre mugroso que no tenia donde caerse muerto. Tenia claro que el dinero no lo era todo en la vida, pero al igual su mama jamás aceptaría al hermano de Patricia. Tenia que olvidarse de eso, muy pronto Ana Milena iba a morir y ella sería la flamante esposa de Mauricio Laviada, no tenia mejor opción.

Las cosas en el colegio iban de mal en peor, Débora estaba histérica por el reto que le estaban poniendo los alumnos, llego a la sala de profesores echando chispas, los demás llegaron detrás de ella

  • Esto es una insolencia, esos chiquillos me retan
  • ¿Qué va a hacer señora? – pregunto la coordinadora de disciplina
  • Expulsarlos a todos
  • Débora piénsalo, una expulsión de todo un grado te puede traer problemas – intervino Alfonso - una nueva expulsión dejaría a mas de la mitad de los alumnos expulsados definitivamente del colegio
  • No puedo dejar que ellos me manipulen
  • Ya lo han hecho, los alumnos siempre se salen con la suya, rechazan las órdenes que usted da y al final hay que acomodarlas a sus gustos – Esta vez quien hablo fue el profesor Carlos - Por lo menos hay que ver que esta vez tuvieron ingenio
  • Debe castigarlos, pero no con la expulsión de los alumnos Campo Verde y de la Espriella – Dijo el profesor Victor
  • Si usted desea puedo hablar con ellos – se ofreció Luna
  • No, usted no va a hablar con nadie, esto lo voy a a arreglar yo – Salió de la misma forma que entro a la sala, furiosa
  • No veo como va a arreglar Débora esto. La única forma es complacer a los alumnos y ella no esta dispuesta a ceder esta vez – expreso Melissa la profesora de educación Sexual
  • Lo hará, ella siempre termina haciendo lo que los alumnos quieren – sentencio Alfonso y sonrió para si, a Débora se le estaban acabando los días como directora del Colegio Santa Clara

Débora llego al salón de grado once donde encontró a los chicos en total desorden, algunos bailando sobre las sillas, reguero de basura por todo el piso y música a alto volumen, llego hasta el reproductor de donde salía el estruendoso ruido y lo desconecto, todos la miraron

  • ¿Me pueden explicar que significa esto?
  • ¿Nos va a expulsar? – pregunto una de las chicas Campo Verde
  • ¿Eso es lo que quieren?
  • No, lo que queremos es que nuestros compañeros regresen – le contesto Alejandro, el otro gemelo
  • Pues no, eso no va a suceder, y por no acatar las ordenes del colegio, están todos expulsados

Los chicos en un inicio se sorprendieron, pero al reflexionar un poco gritaron emocionados y empezaron a salir apresurados, en su afán se llevaron a Débora por delante tirándola al suelo pisoteándola, ninguno se detuvo a auxiliarla, su secretaria llego y la ayudo a levantarse

  • Me van a volver loca
  • Tranquilícese señora
  • Cierre este salón con llave, y que mañana nadie entre en el – se fue con algo mas que el cuerpo magullado
  • Si señora - Esto se puso color de hormiga pensó la secretaria.

Luna vio que Alfonso salía apresurado del colegio, lo alcanzo rápidamente

  • ¿Para donde vas amor?
  • Tengo que hacer algo
  • ¿Relacionado con Débora?

El solo se subió a su auto, ella se acercó mas, el bajo el vidrio de la ventana

  • Alfonso, déjala en paz
  • Tiene que pagar su crimen
  • La policía se encargara de eso
  • No, debo hacerlo yo, es mi deber – encendió el auto y se fue

Se quedo mirando preocupada como se iba, entendía las razones por las que Alfonso quería vengarse de Débora, pero le preocupaba que en ese intento por castigarla el que saliera perjudicado fuera el.

Alfonso llego a la casa de Débora y lo hicieron pasar hasta el despacho, la encontró enfrascada en unos documentos

  • Vaya, tenias días que no hacías estas visitas – le dijo al verlo
  • ¿Te hacían falta?
  • No, simplemente me extraña que hayas dejado sola a tu novia
  • ¿Sigues celosa?
  • Ya te dije que no estoy celosa, no se que son los celos – se acercó a ella
  • Pero si sabes lo que es bueno – la beso con rabia, ella le correspondió el beso con el mismo sentimiento




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