Juguete del millonario

26. Mi esposa

Hero

—¡Que me cuentan família! —frunci el ceño. ¡Espera! Esa chillona y fastidiosa voz la conozco... y bastante.

Di medía vuelta en la silla giratoria. Tal y como me lo venía venir.

Al verme me sonrió rodeando sus brazos por sobre mí cabeza —¡¡hermanito —aleje sus manos enseguida de encima de mi.

Ella siempre había sido la, por así decirlo, más melosa e insoportable de esta família.

—¡Papá! —gritó mientras le hacía lo mismo que había hecho conmigo. Enredando sus delgados brazos por sobre él.

Él la alejó de inmediato mientras ella le echaba una mirada desaprobatoria.

—¿Que haces aquí Kendall? —se sentó en la mesa juntó a nosotros con una sonrisa en la cara.

—Hoy tenía día libre en el internado —mi padre había mandado Kendall a un internado, la principal razón había sido que en el Instituto se la había pasado siendo lo que algunos califican como: una chica problema. —¡Hey!... —me llamó. Levanté una ceja. —me han dicho que te casaste.

Meldey se acercó sirviendo el plato en la mesa. Kendall le miró por unos segundos antes de lanzar sus brazos encima de ella.

—¡Señora Meldey hace tanto no pruebo un bocado de su comida! —miré de reojo a mi padre, el solo se frotaba la frente en forma de desaprobación —Meldey... extrañe mucho su comida, la del internado es fría y sabe mal.

Meldey sonrió —eso me halaga mucho señorita —Kendall la abrazó con más fuerza —pero deje de abrazarme tan fuerte porque ya no puedo respirar —ella se carcajeo y finalmente la soltó —debo hacer mis quehaceres —Kendall asintió mientras le guiñaba el ojo.

—¿Entonces...? —dijo metiéndose el primer bocado en la boca.

—¿Entonces que? —habló mi padre con su típica mirada fría.

—¿Quién la desafortunada? —la sonrisa cruzada en sus labios creció —vamos muestra — insistió. —¡Me dió curiosidad!

Puse mis ojos en blanco mientras suspiraba para finalmente mostrarle el celular.

Urgue en la galería. Ahí tenía una foto de ella. Los ojos de Kendall saltaron a la pantalla —¡oh! Es Linda ¿cuándo se la tomaste?

Le Miré mal al ver como me arrebataba el celular —no se la tomé...

Dejó el celular a un lado de la mesa —¿Como?

—Fue una captura de pantalla de una foto de su facebook.

—¡Vaya! —elevó una ceja burlesca —acosas por Internet a tu propia esposa... interesante —se removió de su silla —¿y como es eso de que no la conozco? —miró a papá —¿cuántos años tiene? —se metió otro bocado de lo más tranquila a la boca.

—dieciocho... — hablé sin más.

De pronto empezó a toser mientras trataba de controlarse dándose pequeñas palmaditas en su clavícula.

—¿Qu-Que? —sus ojos me miraron acusadoramente —¿escuche bien? —miro a papá pestañeando un par de veces —¡Por dios! Hero ¿como dieciocho?.

Kendall parpadeo sorprendida al no escuchar respuesta.

—No es tan menor...

Sus labios se torcieron mientras negaba una y otra y otra vez —¿ que no es tan menor? Tiene dieciocho, solo me lleva un año ¡un año! ¿Entindes eso? Le lleva un año a tu hermana menor... eres un pervertido, pobre chica. ¿Como es que la conociste?

-¿Porque te importa?

¿Como le diría a mi hermana de diecisiete años que conocí a la mocosa a la que todos llaman "mi esposa" el día que la encontré atada, secuestrada y amordazada a pedido mío?

—Como sea, si no me quieres contar, pues no me digas entonces —cabecee incómodo —¿donde está? ¿esta aquí? Quiero hablar con ella.

Negué —no, sabes que solo vinimos aquí por negocios.

Papá seguía callado en la mesa.

—ya veo... —asintió mientras me pasaba el celular —¿esta sola en su casa? —negué inmediatamente.

—Le pago a alguien para que la cuide.

Me miró extrañada —-¿como es eso? ¿como un guardaespaldas o algo asi? —entrecerre los ojos mirándole.

De pronto se me había ido el apetito.

—No... no... es Kein, no es su guardaespaldas. Bueno es uno de sus profesores y confió plenamente en el, ¿lo recuerdas? Creo que una vez papá te lo presentó —negó rápidamente.

Busque en mis contactos de whatsapp —Kein —le recordé pasando el teléfono.

Ella abrió sus ojos de repente —¿Kein? —susurró —Kein... —le hizo zum a la foto de su perfil, compirmio sus cejas —entonces... —levantó la cabeza. Por su tono se notaba que estaba dudosa de lo que iba a decir —...¿Entonces ambos se la pasan solos todo el día?

Asenti.

—Ehm... pero... no se... no te lo tomes a mal pero... no te parece que... no se, esta un poco... ¿un poco demasido joven? —levanté una ceja.

—¿A que te refieres? —ella rodeó los ojos. —Si mal no recuerdo tiene 31.

—Pues podrá tener 31 y todo lo que quiera pero tan solo míralo míralo —me mostró mi propia celular como si nunca antes lo hubiese visto —date cuenta, no solo se ve demasido joven, también se ve demasido bien... y todo se da perfecto para la situación en la que tu termines siendo el estúpido.

— A veces puedes llegar a decir cosas tan estúpidas e incoherentes —ella se cruzó de brazos aún sentada pero con una sonrisa irónica en el rostro.

—No hermanito. Lo que digo no es nada estúpido. Solo piensa —señala un lado de su cabeza mientras me mira —casa sola, esposo en viaje, chica de dieciocho años, guardaespaldas guapo... ¡igual a...! —niego. Ella me mira como si se tratará de un idiota —infidelidad —susurra.

—Kendall —habla mi padre llamándola por su nombre en señal de advertencia.

—Habló enserio... —se queja en un tono ya más bajo.

—Deja de decir estupideces Kendall —lanza de pronto papá. Ella frunce el ceño — ese muchacho lo conocemos desde que era un crio.

—¿Y? —habla ella casi de inmediato —¿que tipo de valor le ven a eso? —añadio antes de cortar —tu esposa es demasiado linda como para dejarla a solas con semejante tipo... ¡piensa un poco! ¿acaso son idiotas? No me sorprendería si te estuviera engañando.

—¡Ya basta! —me levantó y ella abré los ojos de golpe. —Te prohibo que sigas diciendo ese tipo de idioteces de Kein y de... y de....



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En el texto hay: profesor, millonario, juguete

Editado: 05.04.2020

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