Julieta quiso quedarse

Final

    Los lobos esperaban con ansias el momento en que Julieta y las cincuenta legítimas decidieran al fin visitarlos. Madre les había prometido que viajarían al sur antes de que la nueva soberana diera a luz, pero la visita se hizo esperar más de lo previsto. No había sido cosa fácil convencer al brujo gruñón de Blaz de hacer tamaño viaje con Julieta en estado, esperando a su nieto. Pero al fin, con cientos de recaudos innecesarios, lo habían convencido y allí estaban.

     Alain y los suyos habían recibido la esperada visita de Clara y John hacía un par de días. Junto a ellos, habían organizado todo lo que Madre les exigía para llevar a Julieta, y los lobos no habían puesto ningún recaudo en ello. Cuando todo estuvo en orden, los autos que traían a la bruja primigenia y su comitiva comenzaron a llegar.

    En cuanto la vieron la adoraron, casi instantáneamente, por puro instinto. La joven bruja venia acompañada no solo de las brujas legítimas, sino de su suegro, Senta, Matt que no se despegaba de ella, Amara y Joel.

   Los lobos, organizados cada quien con su manada, rodearon al espeso grupo que llegaba, tratando de divisar a la chica de la que tanto habían oído. Julieta se abrió paso entre la comitiva que  había viajado con ella, y con una dulzura inexplicable, saludo a las manadas. Era tal y como los alfas la habían descripto, alta, sumamente delgada a pesar de la inmensa cantidad de ropa que tenía puesta y palidísima. Su pelo renegrido y lacio cayendo como un torrente sobre sus hombros, y casi tapados por él, la evidencia de la legitimidad, sus ojos. Ojos color del tiempo, color de muchas razas, extrañamente luminosos y grisáceos. Su vientre se veía muy abultado, su mano descansado sobre él, protegiendo a su bebé. Julieta les habló, no en su idioma, sino en el de la tierra, el viento y las aguas. Les habló del amor y del origen, de la sangre y la vida. Los lobos la escucharon, la absorbieron con los poros de la piel, se deleitaron de su voz ancestral que hacía resurgir en ellos una parte de sus espíritus que creían perdido. Julieta la gran bruja. Julieta, la que quiso quedarse.

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