Juntos por siempre

Capítulo - 48

En Italia.

Ya había pasado unas horas, simplemente estábamos esperando a que Lorenzo llegara para ir nos.

- Al fin llegas.

- Siento la tardanza pero estaba haciendo lo que me pidieron.

- ¿En verdad? ¿Pudiste ganarme tiempo?

- Por suerte si, no mucho pero algo.

- No te preocupes, te lo agradezco.

- No es nada, siempre que pueda ayudarte en algo cuenta conmigo - sonrío.

- Bueno ya vamos para llegar hoy mismo a México.

- Si, tenemos muchas horas de viaje.

Salimos de la casa y nos dirigimos al aeropuerto y como era de esperarse mi padre mandó a uno de sus hombres para verificar si yo realmente viajaba a donde decía. 

No hubo ningún problema gracias a Lorenzo, quien arreglo todo para que no supieran a donde realmente voy a viajar. 

En México. 

Me despierto temprano para arreglarme y hacerles algo de desayunar a los niños.

- ¿Durmieron bien? 

- Si ya mucho mejor.

- Muy bien entonces vamos a desayunar y el resto del día lo tenemos para hacer lo que quieran.

- ¿Podemos ir a dar un paseo por aquí?

- Claro si ustedes quieren.

Después de un rato ya estaban todos listos y salimos a dar un paseo al rededor, todo era puro campo pero los llevé a un lago que estaba muy bonito. 

No se me ocurrió a donde más llevarlos aunque es lo mismo porque la casa da la vista a un muelle muy bonito la verdad.

- Que bonito lugar.

- Si aunque el agua no se ve muy limpia.

- Ya lo sé pero es por culpa de la gente que contaminan el agua.

- ¿Nos podemos meter? 

- ¿Saben nadar?

 - Yo si sé.

- Mis hermanos y yo no sabemos nadar.

- Es muy fácil.

- Mi papá nos trató de enseñar pero fueron muy pocas veces.

- Si así que no sabemos.

- Bueno porque no mejor regresamos a la casa y  yo les enseño en el muelle que esta ahí.

- ¿Y por qué no aquí?

- Estamos un poco lejos de casa y no trajimos nada así que mejor allá.

Los niños me dicen que si y regresamos a la casa, sacamos algunas cosas necesarias para que nadaran. 

Bueno Santiago y Javier si saben pero los niños no así que yo tratare de enseñarle obviamente cuidándolos bien, pero por cualquier cosa les puse unos chalecos salva vidas. 

Santiago y Javier se metieron de una mientras que yo iba de uno en uno, Mateo y David muy bien al principio les dio miedo pero yo estuve con ellos en todo momento agarrándolos para que no les pasara nada y bueno con Damián fue más difícil porque le tuvo mucho miedo. 

Pero poco a poco se le fue, Mateo y David ya estaban en el agua agarrándose de la orilla porque como tal no sabían todavía nadar, ya que eso lleva tiempo.

Pov Daniela.

Me desperté un poco tarde, ya que no tenemos nada que hacer simplemente esperar el día para poder firmar el contrato y regresar a México. 

Desde que me fui he estado en contacto con Max y con los niños, cuando hablo con ellos me da mucho gusto escuchar que están muy contentos y sobre todo que se la están pasando bien. 

Bueno no lo dudo, ya que Max es muy bueno con ellos y se ve que los quiere al igual que los cuida muy bien, pero muero por regresar a México y estar con ellos, los extraño mucho para mí ellos son lo más importante y lo que más amo en esta vida.

- ¿Y tú en que tanto piensas? - decía viendo a Daniela.

- En los niños.

- ¿Sigues preocupada por ellos?

- No nada de eso yo sé que están muy bien cuidados con Max.

- ¿Y entonces? 

- Lo que pasa es que ya los extraño y ya quiero regresar a México para estar con ellos.

- Tranquila ya falta muy poco para que regresemos y vas a estar con ellos como siempre.

- Lo sé pero quiero que el tiempo pase lo más rápido posible.

- Tal vez deberían salir a ver la ciudad para que así te distraigas y pase más rápido el tiempo como tú quieres.

- Si, Pablo tiene razón, ¿Por qué no salimos a conocer?

- Si me parece bien ¿Vas a ir con nosotras?

- No la verdad prefiero quedarme aquí en el hotel.

- Bueno está bien entonces nos vemos al rato.

Fer y yo salimos del hotel y vamos por todos lados viendo la ciudad la cual es muy hermosa y sus alrededores iguales. 

Me cae muy bien Fer, es muy buena amiga y sobre todo puedo ver que es una gran persona al igual que ama con todo su corazón a Santiago y por todo lo difícil que a pasado. 

Y a pesar de eso, salió adelante y es una mujer muy alegre cosa que me gusta mucho.

- Que te parece si vamos a esa tienda.

- La verdad es que ya estoy un poco cansada pero porque no vas tú y yo te espero en la cafetería que esta enfrente.

- Está bien no me tardo.




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