Juro que no Llorare de Nuevo

Y cada vez, más daño me hacías

De vuelta a su realidad, así es como se encontraba Naruto cuando despertó solo, sobre aquellas sabanas de seda, no había nadie más, ni siquiera una pequeña muestra de cariño que le hiciera saber que lo que había sucedido la noche anterior había sido algo especial y que, sin dudarlo, ese acto estaba presente en los pensamientos del moreno.

Vacío, estúpido, torpe, un ser inútil e ingenuo, se habían mofado de él, le había usado y dejado, como una vil cuchara y lo peor era que él había dado su consentimiento para tal acto, no podía reclamar, no podía exigir absolutamente nada, jamás se dijo un te amo, jamás hubo un te quiero en lo que sea que hayan pasado en esa noche, jamás hubo un sentimiento por parte del mayor, un compromiso de ninguno de los dos, se había dejado llevar y la consecuencia seria grande.

Miro las frías sabanas que se encontraban bajo su cuerpo, estaban manchadas de un rojo carmín, le había entregado lo más valioso de su ser a aquel frio hombre, no solo hablamos de su virginidad su fuerza como ser, no solo me refiero a eso, sino a algo más importante, algo de suma importancia, su corazón, sus sentimientos, sus sueños, sus expectativas y él lo había visto y tirado a la basura como si de una hoja se tratara.

Inconscientemente las lágrimas se dejaron ver por aquellos ojos, rodando por sus cálidas mejillas una vez más y es que él tenía más que claro que para Sasuke solo había sido sexo, un calentón y ya, y para él había sido lo más especial de su vida, un acto que solo debía pasar con el amor de su vida como su madre le había contado, pero bien dicen que nada sale como lo planeamos sin importar que tan exacta sea nuestra planeación hay variantes que alteraran el resultado, en este caso, decisiones.

Después de maldecir su desgracia y fortuna armándose de valor se coloco de pie, gran esfuerzo realizo para lograr tal Azaña, sus caderas dolían ardían demasiado, sus piernas temblaban mostrando que no tenían la fuerza suficiente para aguantar todo su peso sobre ellas.

 

Maldijo aquel día, sin embargo, su convicción era firme y fuerte, no cedería tan fácil, no se rendiría, el no lloraría por él, le demostraría que el era alguien muy valioso y tal vez, en algún momento no muy lejano, este se daría cuenta de la gran persona y de las grandes cosas que podrían lograr juntos, se casarían y tendrían una pequeña familia.

 

Los días después de aquella calurosa noche fueron tan efímeros, tan volátiles que el querer disfrutar de alguno era una burla.

El día llegaba y así mismo se esfumaba, Naruto rara ocasión había salido de la habitación, Sasuke no estaba, Sasuke no lo veía, no estaba con él, no lo visitaba, no lo regañaba no interactuaban, la depresión consumía su pequeño ser, era joven, era ingenuo, solo quería sentirse amado, tenia miedo de quedarse solo, de ser insoportable para todo aquel que se le acercara, solo quería ser feliz, juguetera con el varón como días antes lo habían hecho, pero eso ya parecía demasiado lejano.

Sasuke por su parte tenia fuertes dilemas en su cabeza, no sabia que pasaba, que sentía, que creía, su cabeza y su ser interno era todo un caos, ese pequeño zorro había logrado hacer lo que nunca nadie había logrado, ni siquiera Sakura y eso era, apoderarse de todos sus pensamientos.

-Y así es como lograremos que el juez nos dé la razón Sasuke-

Concluyo Suigetsu mientras le veía fijamente, no había respuesta, de echo dudaba que Sasuke fuera a contestar en algún momento, ambos eran amigos desde muy jóvenes y juntos con otros dos compañeros habían logrado cosas demasiado grandes.

-Sasuke- llamo una vez más chasqueando sus dedos frente el rostro ajeno ganándose una mirada molesta.

-que mierda quieres Suigetsu?, estoy ocupado pensando como ganar este caso, que...-

-pues ya te dije como imbécil, ni siquiera prestaste atención, si sigues así perderás este y todos los casos que se te vienen, si tienes problemas con Sakura deberías empezar a arreglarlos mira que el echo de que estes aquí pero tu cabeza no, nos traerá enormes problemas-

Le recordó mientras le miraba de reojo

-No es con Sakura, de echo ambos estamos bien-

-volviste a discutir con tu padre?, Sasuke tu padre esta muy grave, deberías darle un respiro y dártelo tú, si sigues así es más probable que lo mates tu antes del cáncer- dijo serio

-no es eso imbécil, y deja de hablar así de mi-

-Si no es tu padre, y no es tu novia, ¿entonces?, ¿qué sucede Sasuke, te conozco, las últimas tres semanas no has logrado concentrarte- comento -que te sucede? -

-es un doncel- concluyo -no lo digas a nadie- pidió mientras aflojaba la corbata y echaba su cabeza hacia atrás recargándose en aquel sofá -Naruto se llama- dijo sacando su móvil mostrando aquella foto del pequeño durmiendo -es el-

-No me jodas- susurro mientras veía aquella foto -que tiene esta hermosura?, ¿no te da descanso?, ahora entiendo todo, yo preocupado por que fuera algo grave y resulta que solo es exceso de sexo, si necesitas un remplazo, yo puedo atenderlo con gusto-

-no seas imbécil- exclamo serio -el problema es que no se me pone dura si no pienso en él, Sakura está molesta, la tengo sin sexo desde aquella noche que me lo folle- murmuro -Sakura no lo sabe-

Seigutsu procesaba aquella información lo mejor que podía, era demasiada para el -ah ya- dijo golpeando su puño con su palma como si hubiera hecho un gran descubrimiento -no se te pone dura con Sakura, pero si piensas en este pastelito si y eso te hace sentir mal-

-eso te estoy diciendo idiota, que no pones atención? -

-pero si es así, solo deja a Sakura y quedate con el pastelito Sasuke, es fácil-

-este doncel pertenece a Madara, solo me lo han prestado para darle paz a mi padre- comento -Naruto es temporal, Sakura es la mejor mujer para ser mi esposa y madre de mis hijos-

-Pero si no se te pone dura como tendrás hijos? -




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