CAPÍTULO 4

Ya había pasado una semana desde el reencuentro con mi familia y mañana era la fiesta de compromiso de Meriam, no tenia ganas de ir, pero mi mamá ya me estaba literalmente  acosando para que fuera, escribiendo cada minuto, llamando cada hora y viendo a casa cada dos días a ver si tenía todo para ese día—ruedo los ojos al recordar eso.

Pero los sucesos más extraños de mi vida fueron las madrugadas que salía del trabajo siempre veía una sombra y no sabía si era real o solo mi imaginación jugando conmigo.

Al día siguiente todo transcurrió igual, como siempre, el entrenamiento excepcional y en el trabajo Brandon y Camilo me lo hacen llevadero, con muchas risas por chistes verdaderamente malos. Entre a las 5:00p.m pero con el permiso que me dieron salí a las 7:30p.m. Fui recto a mi departamento, donde tenía todo preparado para vestirme.

Me coloqué un traje rojo pasión apegado a mi cuerpo en la parte superior y suelto en la parte inferior, con la espalda afuera y dejando abierto el lado izquierdo de mi pierna desde el muslo hasta abajo, unos tacones dorados y ondule mi cabello dejándolo suelto, un maquillaje ligero, ya que a diferencia de otras chicas a mi no me gustan las cosas cargadas soy mas sencilla y un labial rojo como el tono de mi vestido, pedí un taxi, espere y me fui.

Al llegar me reciben mis padres, que me miran con cara de desaprobación, ya que, mi madre no estuvo de acuerdo con la elección de vestido por la piel que mostraba «que le den» yo solo los saludo y sigo mi camino dentro de la casa, donde todos me miran al entrar, claro me imagino que pensaban que no vendría «oh. Surprise, llegó la que esperaban» después de todo soy la oveja negra de la familia, asique camino como una Diva, con la cabeza en alto y sin desviar la mirada cuando me cruzó con alguna mirada de los invitados.

Me paro en una esquina y miro la entrada triunfal de Meriam y su prometido José y la verdad son tal para cual.

Después de 15 minutos sin hacer nada y tres intentos fallidos de escape, estoy solo viendo como la gente murmura y me mira, asique decidí irme, pero claro, como las otras veces mis padres se dan cuenta de mi intento de fuga y me detienen.