Conforme salía de la estancia en la que había aparecido me fui maravillando por el corredor por el que empezaba a caminar. Aunque no era muy alto o ancho, las paredes variaban de color entre un negro intenso, partes que recordaban a diversos minerales y otras partes donde aparecían parches enormes de cristal, esto sumado a bastantes piedras pequeñas incrustadas en la roca que se hallaban dispersas entre las paredes y el techo y de entre las cuales algunas desprendían un hermoso brillo de diversos tonos fríos. A pesar de que podía estar en presencia de esta hermosa luz natural, era muy tenue y escasa como para poder realmente alumbrar el pasillo. Afortunadamente todavía podía ver bien en esta circunstancia gracias a mis nuevos ojos, lo cuales me permitían determinar relativamente bien todas las formas, contornos y colores, a pesar de que me permitían estar consciente al mismo tiempo de la falta de iluminación en la cueva.
Esto era muy extraño, pues adicionalmente también podía observar por momentos ciertos brillos u ondas que tenían algunas zonas de la cueva. Brillos los cuales tenían diferentes colores y consistencias, además de una opacidad variada, y fluían a través de los objetos a manera de un río, pero que regresaban sobre sí mismos. Las ondas se concentraban en determinadas zonas, o eso pensaba originalmente, hasta que viéndolo mejor daba la impresión de que realmente formaban parte de todo el ambiente, aunque de manera muy diluida como un mar con diferentes corrientes y concentraciones. Todo esto me daba una sensación muy peculiar y me recordaba en cierta medida a como me sentía en presencia del cristal de hielo, pero en una intensidad por mucho menor. Me percaté de que realmente fue conforme me concentré en esto que pude verlo bien, pues en un inicio solo observaba la cueva de manera normal con una muy ligera noción de las ondas y colores.
Tuve este increíble espectáculo a través de mi visión hasta que me empezaron a doler los ojos con algo de intensidad, momento en que tuve que cerrarlos de improvisto. Al haberme distraído por ese súbito dolor, tras volver a abrir los ojos y perder mi profunda concentración en todo lo que estaba experimentando con la vista, ya empecé a mirar todo como originalmente lo estaba haciendo. Dejé esta extraña experiencia para después y seguí caminando para encontrar algún otro camino por la cueva y manteniendo la esperanza de ver una salida al exterior.
Otro tema que me preocupó es el tamaño de las cosas, pues realmente no tenía ningún punto de referencia para el asunto más que yo mismo, y ni de mi tamaño estaba seguro. Fue así hasta que vi agua filtrarse y caer por una estalactita cercana a donde me encontraba que pude recoger la gota sobre el dorso de mi pata y comprobar con el tamaño de esta que yo debería ser como máximo del tamaño de una mochila, más o menos. Esto basado en que el tamaño de una gota no debería variar entre mundos o al menos eso suponía.
Al seguir caminando también caí en la cuenta de la situación en la que me encontraba referente a la supervivencia, iba a necesitar comida, una fuente de agua y un refugio. Con la fuente de agua esperaba que fuese la menor de mis preocupaciones pues podría tratar de beber del agua que se filtra de las estalactitas de la cueva o esperar encontrar algún río o laguna en el exterior. Del refugio tampoco me encontraba tan preocupado pues por lo que había comprobado hasta el momento la cueva no parecía peligrosa e incluso me protegía relativamente bien de cualquier condición ambiental que fuese a encontrar afuera. Sumado a que con lo que experimente con el cristal de hielo, el frío realmente no me afecta por razones que desconozco, pues por mucho que tenga el pelaje de un lobo igual me debería haber afectado con la intensidad que desprendía aquel cristal que me trajo al mundo. Lo que en verdad me preocupaba bastante era el tema de la comida, pues ahora me encontraba en el cuerpo de un cachorro de lobo.
Esto me consternaba por varias razones, primero por lo que realmente debería poder comer pues que recordase los lobos podían llegar a ser omnívoros hasta cierto punto, pero su principal fuente de alimento era la carne sin alguna duda. Carne que me iba a resultar esencial para poder desarrollar mi cuerpo mientras todavía puedo para que crezca. Esto me llevaba al siguiente punto, cazar. Como cualquier persona promedio realmente no tengo noción alguna de lo que es cazar en la práctica, si bien todo lo que he visto, leído y escuchado me puede dar alguna idea. El principal problema también surge de mi nuevo cuerpo al tener que dominar realmente todas mis características actuales para poder hacer algo, pues como ya no tengo manos, me tengo que olvidar casi definitivamente de cualquier herramienta o trampa intrincada.
También está el tema de que desconozco completamente la fauna del lugar donde me encuentro, por lo que solo me queda esperar que exista alguna presa de la que me pueda hacer cargo y esperar que yo no me convierta en una en el proceso. Y finalmente es el tema de la comida como tal, primero es el asunto de matar en sí mismo que, aunque no creo que me cause algún conflicto serio o que se me dificulte en el momento dada mi forma de pensar, es algo con lo que no me siento completamente cómodo y que nunca he hecho. También dada mi condición no voy a poder crear fuego de ninguna forma y en el supuesto caso de que logre cazar y matar a una presa, me voy a tener que ver en la necesidad de comerla cruda y esto espero que no se me complique demasiado en todas las maneras que podría y que no me afecte como tal.
Todo esto y especialmente el tema de la comida es algo de lo que me tengo que hacer cargo con una gran prioridad, pues todavía no tengo señales de hambre o debilidad y no he tenido problemas que me afecten emocionalmente, pero eso es algo que no durará para siempre. Pensando en la situación decidí detenerme a practicar un poco para aprender a moverme adecuadamente antes de que pase algo más, pues apenas y puedo caminar bien y no domino mi propio cuerpo.