Cap. 01 Tal vez hoy

Tres años atrás

Después que Jason, Louis, Anthar, James, Dominique y Jeremy hubiesen abandonado el hospital sin un rumbo fijo, Joseph organizó a su equipo que comenzó a trabajar de manera incansable revisando de nuevo lo que ya tenían y trabajando sobre cualquier nueva pista que aparecía. Dánaee se metió tan de lleno en el asunto que dos semanas después tuvo que ser ingresada a San Mungo por efectos del agotamiento.

Justin, Alexander y Lyra que siempre habían formado un equipo muy bueno de espionaje, se volvieron aún mejores, y aunque estaban causándoles muchos dolores de cabeza a Jensy, no habían logrado dar con la información que más les interesaba.

El grupo Rowena, y aunque faltaba James, contó con el decidido apoyo de Terry al que se unió Lily, porque a ella le faltaba Jeremy y decidieron fusionar ambos escuadrones.

Steffano, Amèlie y Charlie habían conformado un equipo silencioso, pero capaz de infiltrarse también en casi cualquier lugar, aunque tampoco habían obtenido el resultado deseado.

Aunque todos estaban trabajando en forma incansable, los que definitivamente no se habían dado prácticamente ni un minuto de descanso y apenas si los veían, eran Jason, Louis, Sirius, Anthar, James, Albus, Jeremy y Dominique que corrían de un lado para otro sin importar hora, lugar o que tan peligrosa o absurda fuese la pista a seguir.

Hermione y Ron habían tenido verdaderas dificultades para detener a Harry, porque pasado el primer mes sin noticias estaba dispuesto a entregarse. No obstante, esa había sido la primera vez que se habían reunido todos desde los sucesos y había sido también la primera vez que Harry se había peleado con sus amigos acusándolos de haberlo traicionado.

Sin embargo, y si bien era posible que entre todos hubiesen podido convencerlo, ese día Kingsley decidió presentarse justamente en el peor momento, convirtiéndose aquella en una de las reuniones más terribles y poco fructíferas en la historia del departamento y con peores resultados.

• Harry, lo que planteas es una enorme estupidez  --  había dicho el mago al escuchar las intenciones de Harry --  eres el jefe del departamento y apartando el hecho de que te tengo aprecio y lo último que quiero es verte en manos de esos criminales, subsiste el hecho de que manejas una enorme cantidad de información que si cae en manos de esos sujetos nuestro mundo se vendrá abajo
• ¡Mi mundo ya está por los suelos, Kingsley!  --  exclamó él  --  ¡Son mis nietos los que están en manos de esos criminales como bien los llamas y no hay información que valga sus vidas!
• Harry, de veras te entiendo, pero…  --  hizo una pausa y los miró a todos con pena  --  ¿Han considerado que ya podrían estar…?

No alcanzó a terminar cuando salió despedido contra la pared y no había sido obra de Harry precisamente, sino de un furioso Jason, y para completar el asunto antes de que lograse ponerse de pie, Louis había llegado hasta él y le había ahorrado el trámite levantándolo con muy poca delicadeza.

• No vuelvas a sugerir algo como eso o terminarás en San Mungo si es que tienes tanta suerte  --  siseó con ira 

Una vez que los ánimos se habían calmado un poco, Kingsley planteó lo que realmente había ido a hablar con Harry en primer término.

• Están pidiéndonos asistencia en diversos puntos, Harry, de modo que necesito que te ocupes de…
• Cuando les ofrecimos nuestra ayuda la rechazaron  --  lo interrumpió Sirius  --  mi hijo casi muere intentando brindarles una asistencia que en mi opinión no merecían después que se habían negado tan neciamente a escucharnos, de modo que por mí pueden irse al infierno y no voy a suspender la búsqueda de mis nietos por ayudarlos a ellos sean quienes sean
• Harry  --  dijo Kingsley ignorando a Sirius  --  tenemos el mejor equipo de Aurores del mundo y no podemos negarnos
• Designaré a alguien que se haga cargo
• ¿A quién?  --  insistió el ministro y Harry miró a Bill
• Wiler está preparado y…
• ¿Un subalterno?  --  lo interrumpió Kingsley y miró a Harry  --  Es necesario que alguien con más experiencia se haga cargo
• David Wiler es perfectamente capaz  -- dijo James en forma peligrosa  --  lo entrené yo mismo
• Pero…
• Kingsley, hace un momento me recordaste que yo era el jefe del departamento, y si no estás dispuesto a aceptar mis decisiones, entonces renuncio  --  dijo Harry y llevándose la mano al bolsillo extrajo su varita con la que convocó la credencial que lo identificaba y la colocó sobre la mesa

Hecho esto se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta, pero él no había terminado de levantarse cuando todos los demás ya lo habían hecho también y una lluvia de credenciales aterrizaron en la mesa frente a Kingsley y Louis lo miró con malignidad.

• Creo que tendrás algunas dificultades para manejar tu departamento

Y ciertamente las hubo, porque siendo que Kingsley había tenido un momento de malcriadez y había decidido dejarlos marchar, cuando los chicos vieron salir a sus jefes, justamente David se acercó con rapidez a James que le informó de la novedad y al mismo tiempo le dijo que hiciese volver a Daviana y a los Aurores que estaban en Inverness y en Hogwarts, porque ya él no podía darles órdenes. Al escuchar aquello, David casi sufrió un paro cardíaco, pero cumplió como de costumbre con la orden que le había dado James. No obstante, cuando llegaron a Inverness se encontraron con que Daviana seguía allí, ya que se había negado a acatar la orden de abandonar su puesto al lado de Albita. Ellos se lo agradecieron y se dirigieron al estudio para trazar los nuevos planes de acción tanto para continuar con la búsqueda como para determinar quiénes se habrían cargo de la protección de los chicos en la escuela, pero estaban en ello cuando se presentó David en compañía de los segundos al mando de cada escuadrón que hasta la presente había comandado cada uno de ellos.

• Señor  --  dijo David dirigiéndose a James
• ¿Wiler, qué demonios…?  --  comenzó James
• Acabamos de presentar nuestras renuncias  --  lo interrumpió el chico