Kassandria. La Ciudad Perdida

Cap. 02 Cautivos

 

Una vez que Raziel había abierto el portal, Jensy estaba exultante y había entrado a Kassandria con paso firme. Raziel curó la herida que le había hecho a Cassandrea y entraron tras Jensy siendo seguidos por los demás.

Altair que estaba un poco más lúcido que Ben, repasaba a toda velocidad lo que sabía de aquel lugar que entre otras cosas se consideraba inexistente. Altair sabía que la ciudad había sido fundada en algún momento entre el 320 y el 315 antes de nuestra era por Casandros hijo de Antípatro, uno de los generales de Alejandro Magno. Según la historia, en el Siglo V la cuidad había sido destruida hasta los cimientos por los hunos, pero según la historia no oficial, la misma había sido protegida por una poderosa bruja que llevaba el nombre de…

  • ¡Demonios!  --  exclamó Altair haciendo que Zly lo mirase con sorna
  • ¿Qué sucede, niño? ¿Nunca habías visto tanto lujo?

Sin embargo, Altair no se molestó en responder y en cualquier caso aquel infeliz llamaba lujo a lo que en su opinión era arte, pero hizo eso a un lado y sus pensamientos tomaron otra dirección intentando encajar las piezas, porque acababa de entender a cabalidad la importancia que tenía su prima para el bastardo de Raziel. Retomó el pensamiento original centrándose en la historia de aquel lugar.

Según los que se habían dedicado a estudiar en forma más o menos seria lo que muchos consideraban solo una leyenda, ya que la misma se había originado teóricamente a partir de la existencia real de una persona, sostenían que Cassandrea de Polihrono había nacido en aquel lugar y era por ello que llevaba el nombre del mismo. Se decía también, que la bruja había nacido con el don de las profecías y había vaticinado la destrucción de la ciudad a manos de hordas bárbaras. Un ataque de aquella naturaleza no era algo especialmente novedoso, razón por la cual no le prestaron mucha atención, porque, además, ya habían sobrevivido a otros. Sin embargo, siendo que ella amaba su suelo natal había decidido protegerlo de alguna manera y elaboró un poderoso conjuro con ese fin, después de lo cual abandonó la ciudad escondiéndose en algún lugar de los alrededores.

Teóricamente la ciudad había sido reducida a cenizas por los hunos y solo unos pocos habitantes habían logrado escapar con vida huyendo hacia los bosques. No obstante, tiempo después comenzó a correr la especie de que en ciertas ocasiones y a una determinada hora, podía verse un resplandor procedente del emplazamiento de Kassandria, y siendo que los pocos sobrevivientes habían esparcido la historia de la hechicera, la gente comenzó a intentar acceder a la ciudad, pero en cuanto llegaban a sus puertas éstas se desvanecían. Según la historia no oficial, hubo un sujeto más decidido que los demás, que impulsado por la noticia de que había bóvedas subterráneas repletas de tesoros, se dedicó con ahínco a buscar a la hechicera, y según algunos no solo la encontró, sino que logró ganarse su confianza haciendo que lo llevase hasta allá. El asunto es que una vez que Cassandrea le franqueó la entrada, él la mató, y según sus hombres, ambos desaparecieron como tragados por los muros no volviendo a saberse nunca más de ninguno de los dos. La ciudad siguió tan inaccesible como hasta la fecha, y los que se acercaban solo podían ver las ruinas de la misma.

En algún momento de la historia, se esparció la información de que el conjuro incluía que solo la sangre de la mencionada bruja sería la que podría abrir el portal para acceder a la ciudad perdida, y que ésta había sido guardada en algún recipiente mágico muy bien protegido, pero siendo que nadie en años posteriores podría dar fe ni siquiera de la existencia de aquella Cassandrea, estaban mucho más lejos de poder dar con el mencionado recipiente, pasando de ese modo a convertirse solo en la leyenda de la ciudad perdida.

Altair muy a su pesar, tuvo que reconocerle el mérito a aquel mal nacido, porque hasta la fecha aquellos que creían en la existencia de la ciudad, pensaban que cuando se decía la sangre de Cassandrea, se estaban refiriendo literalmente a la sangre de la mencionada bruja, pero aquel bastardo desgraciado le había encontrado otra explicación al asunto y Altair se preguntó cómo demonios había sucedido aquello, es decir, cómo se había hecho Raziel con semejante información que ni ellos mismos poseían, porque estaba bastante seguro de que su tío no tenía ni la más mínima idea de aquello, y si estaba tan seguro de eso, era porque una vez Cassander le había preguntado a Jason por qué le habían dado un nombre que el gemelo había considerado horroroso hasta que había entrado a la escuela cuando las chicas comenzaron a decir que era el nombre más bonito, interesante y poco común que habían escuchado; pero el asunto era que Jason le había dicho que le habían dado ese nombre sin un motivo específico y solo porque su madre así lo había querido. De modo que Altair estaba absolutamente seguro que sus tíos no lo sabían.

Altair había sido un apasionado de la historia, y por tanto tenía muchos conocimientos acumulados en horas y horas de estudio, mismos que incluían la historia de las familias a las que pertenecían, esto último había generado cierto disgusto a su abuelo cuando lo encontró elaborando un árbol genealógico que según le dijo, le recordaba al tristemente célebre tapiz familiar de los Black y el chico rememoró los detalles de aquella conversación.

Para ese entonces aún no habían comenzado a ir a la escuela, pero ese día en particular, los chicos estaban encerraos en la casa y no castigados, sino que estaba cayendo un torrencial aguacero, de modo que Altair y Ben habían comenzado a hablar de los orígenes de las familias.

  • Bueno tal vez la tuya sea muy antigua, pero no sucede lo mismo con la mía, porque más allá de unos abuelos que no llegué a conocer, que yo sepa no tenemos más familia
  • Pero no supondrás que tus abuelos nacieron en un jarrón ¿verdad?  --  le había dicho Altair y Ben lo había mirado mal  --  Así que tienes que tener más parientes en algún lugar y aun suponiendo que no, debiste tenerlos
  • ¿Y eso para que sirve, Altair?  --  había preguntado Arthur mientras esquivaba algo que le había lanzado Cassander que no estaba para nada interesado en aquella tediosa conversación
  • La información es poder, mi amigo  --  había dicho él en tono filosofal y luego había mirado de nuevo a Ben  --  ¿Qué tal si hacemos un árbol genealógico?
  • No fastidies, Altair  --  dijo Casander aunque no era con él con quien hablaba
  • Suponiendo que accedo, el mío tendría escasísimas ramas, porque como ya te dije, solo sé de mis abuelos y nada más  --  había dicho Ben




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