Kassandria. La Ciudad Perdida

Cap. 15 El origen de Kassandria

 

A unos cuantos kilómetros de la ciudad de Alejandría, se encuentra un enorme castillo que permanece oculto por innumerables hechizos protectores anti muggles y que lleva por nombre Lifrigell. En tiempos muy antiguos y mucho antes de que los alejandrinos pensasen que poseían la mayor biblioteca jamás conocida, ya en Lifrigell reposaba una ingente cantidad de pergaminos e incluso tablillas y piedras con la memoria histórica de la humanidad, y era uno de los principales centros del saber de los magos. En la actualidad, el enorme castillo alberga una biblioteca que deja muy atrás a la biblioteca del congreso de los Estados Unidos o la muy famosa biblioteca Vaticana. Lifrigell era visita obligatoria y lugar de consulta para todos aquellos magos que se habían decantado por el estudio de la magia antigua, ya que en ella se encontraban muchos textos de alquimia y estudios herméticos. Era en este santuario del saber donde Demian había pasado la totalidad de los últimos meses.

Después que Lyra había conversado con él, Demian había iniciado sus investigaciones donde las había dejado, es decir, en Grecia. Él no sabía exactamente qué buscaban los hombres de Radvansky, pero siendo que los Andrevicth eran griegos y más específicamente de la ciudad de Kassandria, él seguía pensando que estaba relacionada una cosa con la otra. Sin embargo, aquella ciudad no albergaba nada que él encontrase de gran interés a pesar de que la había recorrido palmo a palmo, incluida la que fuese la residencia de los Andrevitch.  No obstante, como Demian no encontraba nada en la actual, comenzó a investigar acerca de la anterior, e incluso se desplazó hasta el lugar donde aún podían apreciarse las ruinas, pero aquello no era asunto fácil, ya que las mencionadas ruinas no eran visibles para todo el mundo y era necesario emplear algunos complicaos hechizos para tener una visión parcial de las mismas, y éstas desaparecían casi inmediatamente.

Con esta nueva perspectiva comenzó las averiguaciones acerca de la ciudad perdida, y como el único lugar confiable para él y donde podría hallar la información que requería era Lifrigell, se fue derecho hacia allá y prácticamente se encerró entre sus paredes. Durante todo aquel tiempo apenas si comía y el sueño se había vuelto un visitante eventual que normalmente estaba poblado de imágenes confusas entre lo actual y lo antiguo, quizá debido a las muchas horas que pasaba leyendo acerca de la antigua civilización que había poblado aquellas tierras; sus ojos habían perdido el brillo y estaban rodeados de oscuras sombras, su piel estaba pálida y sus dedos estaban todo el tiempo, manchados de tinta por la cantidad de notas que tomaba. Aunque había momentos en los que se desesperaba y quería enviarlo todo al demonio, cuando recordaba los ojos tristes de Lyra retomaba de nuevo sus notas y se decía que quizá ese día encontrase algo que le permitiese devolverle a su hija.

Una de aquellas tardes en las que se sentía sumamente frustrado, se le acercó un anciano al que había visto en algunas de sus visitas, pero no estaba muy seguro de si era uno de los encargados de la biblioteca o alguien que hacía uso frecuente de la misma.

  • He visto que pones gran empeño en tu investigación  --  le dijo el hombre, pero como Demian no era especialmente dado a las comunicaciones, nada dijo  --  A veces solicitar ayuda nos ahorra esfuerzo

Demian levantó sus cansados ojos hacia el individuo y pensó que aquel sujeto debía tener incluso más años que Dumbledore, o al menos eso parecía de acuerdo al retrato que él había visto del antiguo director de Hogwarts.

  • No creo…
  • La confianza en uno mismo no es algo negativo, pero tener la humildad de aceptar ayuda cuando la requerimos, puede ahorrarnos no solo esfuerzo, sino sufrimiento
  • De acuerdo ¿qué sabe acerca de Kassandria?  --  preguntó Demian con sus habituales maneras directas
  • Eso depende de lo que quieras saber  --  le contestó el hombre, pero como Demian se limitó a arrugar el entrecejo, continuó  --  Te he visto venir aquí muchas veces y sé que no eres un buscador de tesoros, o al menos no en el sentido comúnmente aceptado, tus búsquedas están relacionadas con el tesoro del conocimiento
  • Escuche señor…
  • Aristilo  --  dijo el anciano dedicándole una sonrisa benévola
  • Bien, señor Aristilo, estoy buscando algo muy concreto. Es evidente que Kassandria existió y hay suficiente documentación que data su destrucción. Sin embargo, todo emplazamiento deja una huella por mucho que haya sido destruido hasta sus cimientos, y me consta que las ruinas existen, aunque no sea sencillo verlas, lo que me lleva al otro asunto, es decir, a que es verdad que la bruja que llevaba el nombre de la ciudad realmente logró encantarla para que desapareciera de la vista. Hasta allí es algo que pertenece al acervo cultural y que se encuentra en cualquier libro, pero lo que quiero saber es ¿por qué lo hizo? Y le quedaría altamente agradecido si no me sale con el asunto de que amaba mucho a su suelo natal o con la historia de los tesoros escondidos en las bóvedas con las que entretienen a los turistas

Aristilo lo miró durante unos minutos sin perder su apacible expresión y su amable sonrisa, porque con lo que acababa de decirle, confirmaba su teoría de que aquel chico no era un buscador de tesoros.

  • Acompáñame --  le dijo y Demian miró el desorden que tenía sobre la mesa de trabajo  --  descuida, nadie va a tocar tus cosas




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.