Kassandria. La Ciudad Perdida

Cap. 60 Algunos detalles

 

En cuanto Altair abandonó la sala donde estaba Ben, fue a informarse de la situación de los demás, y en cuanto lo hizo se fue derecho a atender a Becky. Ingresó a la sala de modo que el sanador que estaba allí no lo notase y se dedicó a reparar los daños de Becky, pero después de hacerlo, abandonó la sala tan silenciosamente como había llegado dejando a John Wallis, el sanador que la vigilaba sin entender qué había sucedido y que explicase el violento cambio en el cuadro de aquella joven. Seguidamente Altair fue a ocuparse de Antares, aunque allí sí se dejó ver, pues la única que estaba era Rose quien se mostró enormemente agradecida y finalmente Altair fue a ver a su padre.

Ya estaba bastante avanzada la madrugada cuando Jason informó a la familia que todos estaban fuera de peligro y se encontraban en franca recuperación, de modo que enviaron a los más jóvenes, especialmente, a descansar un poco para lo que Sue Ellen había habilitado una de las salas de descanso de los sanadores.

 

Aunque el anterior había sido uno de los días más largos y tensos que habían vivido, todos amanecieron con un ánimo muy diferente al que había sido regla general durante los años precedentes.

Los Prewet estaban en la habitación de Cassandrea y Jason intentaba que su hija comiese como era debido, porque, aunque de los tres ella era la que parecía en mejores condiciones de salud, pues no había vivido las terribles experiencias de sus primos, no por eso Jason iba a descuidarse.

 

Los Black en pleno estaban en la habitación de Tyler que discutía con su hijo, pues en su opinión ya podía levantarse.

  • Posiblemente padre  --  le dijo Altair  --  pero como sé que eres un individuo inteligente, asumo que no querrás enfrentarte a la terrible expectativa de obligarme a emplear métodos menos delicados para hacerte permanecer en cama el tiempo que yo estime conveniente  --  puntualizó  --  Pero siguiendo en el camino de las suposiciones, si te decides por el método difícil, espero que tú  --  dijo mirando a su madre  --  no te muestres tan poco razonable conmigo cuando decida hacer que este necio obedezca a mí modo

Todos soltaron una alegre carcajada y hasta Tyler se olvidó de su deseo de salir de la cama, y no porque temiese mucho a su hijo, sino porque habían echado mucho de menos aquellos discursos plagados de humor, arrogancia y desvergüenza.

 

Los Stone igualmente estaban con Ben y no se cansaban de mirarlo, aunque en el caso de Abigail no se contentaba con mirarlo, sino que parecía decidida a darle todos los besos que no había podido darle durante aquellos años.

  • Mamá por favor, vas a desgatarle la piel  --  le dijo Axel
  • Lo siento, hijo  --  dijo ella mirando a Ben, pero él le sonrió
  • No hay nada que lamentar, mamá, me he pasado todos estos años deseando sentir un beso o una caricia tuya, y ciertamente no puedo estar más feliz, pues pensé que sería algo que no ocurriría nunca más

Abigail se deshizo en llanto y se aferró nuevamente a Ben que la abrazó y acarició su cabello efectivamente sintiéndose tan feliz que las lágrimas inundaron nuevamente sus ojos.

 

Los Potter, después de pasar un momento por las habitaciones de Cassandrea y Tyler, se habían ido a la de Justin, y Ginny hacía vanos intentos para que Lorena fuese a descansar un poco.

  • Cariño, debes pensar en el bebé  --  le estaba diciendo

Aunque a Justin no había nada que le gustase menos que permanecer por cualquier período de tiempo alejado de su mujer, en aquel momento tenía aspecto preocupado, pues Lorena no solo no se había movido de allí desde que él recuperase el conocimiento, sino que ni siquiera se había concedido un momento para ir a cambiarse y aun llevaba el uniforme en estado lamentable.

  • Estoy bien, Ginny  --  le dijo la chica a su abuela  --  y sin duda el bebé está mucho mejor, pues está bien guardado donde está.

Aquella personita era sin duda hija de sus padres, y los mismos estaban sonriendo en aquel momento mientras Ginny quería arrearles una buena patada a ambos.

 

Los Weasley Carmichael estaban en aquel momento con Becky y se sentían muy aliviados; Arthur que había recuperado la totalidad de su buen humor, estaba bromeando con su hermana.

  • Hermanita, creo que es mejor que en el futuro te dediques a tus libros y nos dejes a los expertos hacernos cargo de las batallas
  • Lo que sería sensato, pero estás siendo injusto  --  escucharon y todos se volvieron a mirar a Alexander que acababa de entrar  --  pues todos los que la vieron coinciden en que su actuación fue inmejorable

Becky enrojeció y por primera vez no replicó nada a algo dicho por Alexander. Desde sus días de escuela, Becky solía pelearse con él por su necia persecución y en más de una oportunidad lo sacudió para que la dejase en paz, aquella costumbre persistió, aunque más atenuada y ni Becky ni Alex se dieron cuenta cuándo sus pleitos habían cambiado de motivo, y la única que parecía haberlo notado había sido Pauline y era lo que la había llevado a hablar con Alex, pues las discusiones ahora giraban en torno a la desordenada y pública vida amorosa de Alex a quien Becky había endilgado el mote señor sinvergüenza.

  • ¿Cómo te sientes?  --  le preguntó Alex acercándose a la cama
  • Bien, gracias




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