Kingdom Hearts: A Dream Beggining

VIII

Hoshi no se había movido de su sitio, simplemente estaba observando el mar, admirandolo, pues lo había olvidado durante un tiempo del cual no era consciente. Sabía que tenía que avanzar, pero quería mirarlo antes de marcharse.

Al final fue caminando por la arena, en dirección al lugar secreto, allí, encontró una puerta blanca, muy parecida a la puerta del Kingdom Hearts. Entró por esta con unas manos temblorosas, pero no por el miedo, no estaba asustada. Más bien, eran nervios, por no saber por lo que iba a pasar, aunque ya lo imaginaba.

Estaba en Vergel Radiante, otra vez, pero no la de Cloe, si no una más antigua, una que solo había visto Hoshi una vez, la de su primera visita. Dio un suspiro suave, apretó sus pequeñas manos y comenzó a saltar hacía las plataformas. Era curioso, había notado un cambio en ella misma, era más ágil que al principio de su viaje, pues ya no le costaba tanto saltar. De echo, su antigua yo se habría negado a saltar sola, pero ahora no dudaba en ello.

Al llegar al portón, entró por este, asomando su cabeza por el hueco de la apertura. Allí estaba su amigo Riku, o más bien, lo que más temía. Ella entro a paso lento y observo como este se transformaba en Ansem el Sin Corazón, pero esta vez no huyo, se quedo allí, mirándolo a los ojos fijamente y apretando los puños.

—Hola de nuevo, Ansem —dijo la pequeña, mirando a esos ojos amarillos que durante un tiempo fue la causante de sus pesadillas—. Ha pasado tiempo desde la última vez —dio una gran sonrisa, una calmada—... Durante mucho tiempo, he sentido miedo hacia ti, pero ahora no. Ya no te tengo miedo —lo miro decidida—, porque no pienso dejar que te lleves a mis amigos de nuevo. Tendrás que pasar por encima de mi si quieres hacerles daño y no dudare en pelear, y si no lo eres tú, lo haré contra quien sea.

Tras esas palabras, la figura de Ansem desapareció, dejando a Hoshi sola en la sala. Dio un suspiro y miro hacia la puerta de la biblioteca, dio un paso y subió por las escaleras, preparando sus palabras para el siguiente.

Al entrar, reconoció aquel pelo pelirrojo y esos ojos verdes que en su momento no le dieron confianza, pero ahora ella solamente tenía ojos de disculpa y arrepentimiento.

—Hola Axel —Le hablo la pequeña, agachando la cabeza algo arrepentida—. He venido a pedirte perdón.

—¿Perdón? —hablo el chico, dejando que Hoshi continuará—

—Sí. Cuando te volviste un elegido de la llave espada, me puse celosa. Mis amigos tenían una llave espada, incluso Kairi, ¿por qué yo no tenía una? Y al ver que tú la habías conseguido así de fácil —Dio un suspiro lleno de vergüenza y arrepentimiento—... Me dio rabia, yo también quería ser una para poder así luchar junto a mis amigos, para que ya no me tratarán como una niña pequeña, y eso... Me hizo sentir un poco apartada, incluso de mi hermano mayor... Lo siento, Axel.

—¿Lo sientes de verdad?

—Sí. Me he dado cuenta de que, realmente no necesito una llave espada para estar junto a mis amigos, y, si puede ser, también me gustaría ser tu amiga... Aunque no me gusten los helados de Sal Marina.

Le dio una pequeña sonrisa al mayor, este solamente río y comenzó a desaparecer, no sin decir las siguientes palabras:

—Disculpas aceptadas.

Y llegó al punto final de su pesadilla, su peor miedo y su peor recuerdo al mismo tiempo. Miro a la figura de su hermano, quería correr y abrazarlo con fuerza, pero se quedó allí y lo observo esos ojos azules que tanta admiración le causaban:

—Sora... Yo no quería que Roxas volviera —comenzó a hablar—. Tenía miedo de que, si el volvía, tú tendrías que desaparecer como en aquella vez —se llevó las manos al pecho, recordando el amargo recuerdo de cuando su hermano se convirtió en Sin Corazón—... Aquella vez en la que te convertiste en Sin Corazón, y realmente, tengo miedo a que eso pase, de perderte de nuevo —miro la espalda del castaño, quien le dio una sonrisa—. Pero se que tu no vas a permitir eso, porque me lo prometiste, y tú siempre cumples las promesas. Con eso en mente, se que todo irá bien.

Y tras esas palabras, Sora desapareció, dejando a la pequeña niña de cabellos castaños en ese escenario, sin embargo, todavía no había acabado.

—¿Y ahora que?

Entonces, algo salió del corazón de la pared, un conejo gigante de color violeta. Hoshi no se esperaba para nada esto, de hecho, el ataque la lanzó contra la pared, haciendo que gritara de dolor. Intento mantenerse en pie, mientras el conejo rompió el suelo y la niña cayó de nuevo al agua.

Sentía de nuevo esa sensación, hundiéndose mientras veía como el agujero se alejaba, ahogandose en la oscuridad. Ella no quería rendirse, pero, ¿como iba a salir de esa? Entonces, comenzó a nadar hacia el agujero, notando una luz que iba apareciendo en frente de ella. Tres manos la agarraron y la sacaron de allí.

Volvió a la superficie, pero esta vez con ropas nuevas, una que parecía más de chica mágica, llevando un chaleco azul adornado con un lazo rosa en su cintura, unas botas con alas que iban a juego con guantes marrones y un atuendo que consistía en una camisa y unos pantalones acompañado de una falda, llevando en el cabello un lazo rosa. En su mano derecha estaba un bastón con alas y el símbolo de los que no son terrores.



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En el texto hay: ocs, lucientes, terrores

Editado: 12.04.2022

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