Knd: Promesa

Capítulo 11: Heridas profundas.

Continúa la transmisión...

 

El rubio la miró levemente sonrojado —amm...gracias— sonriendo —oye ¿no deberías estar en clase?—

 

Abby miró el reloj en su muñeca y subió sus hombros en señal de que no le importaba —debería, pero no está mal saltarse la clase de vez en cuando y menos...tratándose de esto, aunque me sorprende que te preocupe que yo no este en clases, ¿no eres tú quien decía que "al diablo la escuela"?—

 

—Jaja, si...lo decía, lo sigo pensando pero cuando pienso en ella siento que todo tiene un nuevo sentido— sonriendo el joven no podía evitar sentir que debía ser responsable si realmente quería tener un futuro con la chica de sus sueños.

 

—Definitivamente ya no somos unos niños pero seguimos pensando que así es— la morena le miro y sonrió amable.

 

Nuevamente ambos chicos chocaron nudillos, se sentían felices de poder recordar y también ya no estaban solos y no pretendían estar separados ni un segundo mas, de alguna manera u otra volverían a formar el equipo invencible que alguna vez fueron.

 

Mientras tanto en otra parte de la escuela.

 

—Esa mujer— un chico castaño caminaba por los pasillos después de clases —primero me regaña de que no entro a clases y luego como si se tratara de un reto o de una broma, ella falta a clases ¿qué demonios le pasa?— caminó hasta salir al patio y toparse con Ace y Kuki que iban de regreso.

 

—Hola chicos— saludó el castaño animado de ver una cara amable.

 

—¡¡Hola Hoagie!!— la japonesa saludo como siempre con mucho ánimo.

 

—Qué onda viejo— Ace chocó nudillos con su compañero de club —oye parece que estás buscando a alguien—

 

—Jaja si, a Abby ¿la han visto?— Hoagie siempre mostraba una sonrisa pero ahora parecía fingida, estaba un poco hastiado de algo pero igual preguntó sin inmutarse.

 

—Mmm...hace un rato estuve con ella, pero dijo que tenía que hablar con alguien y se fue, iba rumbo al gimnasio— dijo Kuki pensativa pues le causaba mucha curiosidad saber a quién fue a ver pero por discreción no se atrevió a preguntar.

 

—Oh muchas gracias Kuki, bueno los veo después— el castaño emprendió el paso al gimnasio, dejando a los tortolos atrás, se sentía algo mal y extraño de que Kuki estuviera con Ace y no con el chico nuevo, aun no podía explicar ese extraño sentir, era como si algo no estuviera bien, como si no debiera ser —ah da igual—

 

En el gimnasio, Wally y Abby seguían recordando viejos tiempos pero ahora jugaban ambos un partido de baloncesto, Abby era asombrosa para el deporte pero como antes estaba mas enfocada en sus calificaciones no se había dado el tiempo para practicarlo en serio, excepto en la secundaria cuando pertenecía al equipo femenil de su escuela.

 

—¡Wow!...eres buena— Wally corría al lado suyo intentando quitarle el balón.

 

—Jajaja pues gracias, tú no lo haces tan mal— la morena jugueteaba con él como si fuera un gato con un ratón pero ambos lo disfrutaban.

 

Abby encestó dando por terminado el juego de 21 y también por la llegada de alguien mas a la cancha.

 

—¡Hey!—

 

Aquella voz les hizo parar y desviar su mirada hacia la entrada del gimnasio, donde se encontraba un joven castaño caminando hacia ellos y alcanzando el balón que fue rodando hasta sus pies.

 

—Así que...aquí estabas— dijo arqueando su ceja al verles tan divertidos pero obviamente venía por algo mas.

 

—Hoagie...amm...jeje yo— Abigail intentaba excusarse por haber faltado a clases pues obviamente ella fue la primera en decir que eso estaba mal.

 




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