En una mañana templada, en una isla atolón, donde residen más de 66.500 nativos durmiendo en sus casas polinesias, quién uno de ellos no se encuentra en esta situación (Afa El Lakel), ya que lo rodea un sentido de la curiosidad muy elevada, por lo que está buscando una cueva en especial: La Hakimia Lumpur.
Tras atravesar la selva de Hakimia, Afa con una lanza sube los riscos en camino a la boca de la Hakimia Lumpur, de tal manera que revisa a su izquierda y a la derecha para proceder libremente al interior. Avanzando tranquilamente, va deslizando la punta de la pica por el territorio rocoso, de modo que se producen chispas pirotécnicas aterrizando sobre la pólvora ordenada en las paredes del lugar.
*Pish*
- Afa El Lakel: *Jadeo* Ah…
En ese entonces, una gran pintura rupestre se ilumina a base de fuego. Sin embargo, las figuras muestran los antecedentes de la zona insular, las cuales hacen mención del surgimiento de un invaluable tesoro en las profundidades de la civilización actual y llevaría una gran responsabilidad cuidar de éste mismo, debido a las consecuencias que podría conllevar en las manos equivocadas.
- Afa El Lakel: *Jadeo* ¡Wikiwiki…!
Apresurado, el joven Lakel corre sin mirar atrás y con la lanza inclinada hacia en frente pero, no tiene diligencia al dirigirse a la salida del lugar, ya que éste mismo se tropieza y cae brutalmente sobre las palmeras.
Cuando pasa por las hojas de los árboles, aterriza en el fango aunque, también molesta una colmena llena de abejas, haciendo que ésta misma descienda rápidamente al lado del muchacho y se deteriore de forma radical.
*Buzz*
Una vez que los insectos se alteran, se aproximan hacia Afa, quien al percibir sus presencias, se siente muy inquieto por lo que vaya a suceder consigo mismo pero las cosas son inevitables a final de cuentas, dado que sufre picaduras y transfusiones venenosas pero ninguna más grave que la de la abeja reina, la cual realiza la conducción de sustancias por el cuello del individuo, causando una parálisis parcial en todo el cuerpo y un anestésico adormecedor.
Mientras tanto, no muy lejos de ese lugar, una niña de 10 años llamada: Kalani El Lakel, busca a su hermano mayor por la zona indicada y escucha los zumbidos muy cerca de su locación, por lo que se dirige precavidamente al área posterior de la selva. Pero, al pisar repentinamente el arma de Afa, ésta chica se impresiona por suponer que su pariente está con las abejas, de modo que toma la pica y una roca, las junta sobre una antorcha, la cual saca de su atuendo y frota los primeros objetos varias veces para producir fuego.
*Pish*
Teniendo las llamas en la rama, la jovencita corre con las herramientas masivas para defender a su hermano inconsciente.
Apartando la manifestación de las abejas, valerosamente toma la mano izquierda de Afa y lo arrastra fuera del peligro sin soltar la lanza. No obstante, decide huir del peligro hasta perder de vista a las criaturas salvajes y para llegar a la comarca antes de que su hermano empeore.
Entre tanto ocurre en la isla Hulelah Kona, en el Gran Sawyer se encuentra un dúo de piratas a punto de realizar una lucha de vencidas para ganar un doblón de oro, por lo que forzosamente se dedican a bajar la mano del contrincante sin piedad alguna.
- ¿?: Ganaré ese doblón de oro… Argh…
- ¿?: Eso ya lo veremos… Argh…
Al forzar ambas articulaciones sin obtener resultados esperados, uno de los valientes comienza a hacer un chiste clásico a su compañero de manera repentina.
- ¿?: Argh… ¡Mira!
- ¿?: ¿Eh…?
*Pum*
- ¿?: ¡Yo-ho-ho!
Tras aplicar la broma y festejar por el triunfo, el pirata insatisfecho decide apuñalar al embustero, de modo que tiran el doblón accidentalmente y se dirije por el contorno hacia un fregadero de suelos, quien al ver la moneda decide alzarla para anunciar su buena suerte.
- ¿?: Eh… ¡Yo-ho-ho! ¡Tengo un doblón de oro!
*Swish*
Inesperadamente, un bucanero en una soga arrebata el objeto valioso del limpiador y lo presume durante su corta travesía.
- ¿?: ¡Querrás decir mío, yo-ho-ho!
*Pum*
Estrellado contra el mástil de mesana, el doblón de oro vuelve a caer y evidentemente, aterriza sobre la mano de otro valiente aunque descoordinado pillastre, que toma la figura dorada y procede a moverse de forma desordenada hacia las molduras del timón.
- ¿?: ¡Yo-ho-ho!
*Pum*
Dejando el dichoso doblón una vez más, éste mismo desciende en frente de la cámara del capitán más codicioso de todos los tiempos: Pete Sèvres, quien sale de la zona mencionada y pisa la moneda con su pierna de caoba mientras sonríe de lujuria, resaltando su diente de oro.
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Editado: 23.01.2019