El Misterioso Homicidio del Sanguinario.

 En una ciénega nocturna, donde la serenidad se presenta en toda su extensión y las marismas controlan fluidamente sus aguas con el aire, se percibe un efecto de aceleración que se va intensificando hasta culminar con un timbre.

- Richard: *Jadeo*

   El joven Desmoulieres despertó a causa del sonido minucioso y además, éste se encuentra desafiando la gravedad a 80º hacia atrás con los huesos calcáneos soportando el peso total.

    No obstante, el muchacho se incorpora al medio ambiente y procede a inspeccionar una laguna cercana, luego observa el cielo y sus estrellas de forma reflexiva.

- Richard: (Otra vez).

  Piensa que los eventos actuales siguen siendo similares a otros ya experimentados, aún así se mantiene tranquilo.

- Richard: Una vez más.

   Expresa al mirar su mano derecha siendo articulada.

- Euryth: ¿Richard?

- Richard: ¿Eh?

   La señal repentina proviene detrás del individuo, por lo tanto responde sin dificultad alguna.

- Euryth: ¿Qué haces?

- Richard: Matando el tiempo, quizá.

   Con tono regular y no muy fatigado dice su punto de vista.

- Euryth: Bueno, no sé si lo sepas, pero tenemos el tiempo contado.

   La indicación sincera y razonable hace que el chico sienta curiosidad en un detalle en particular.

- Richard: Oye, Euryth.

   La solicitud no posee malas intenciones, sin embargo resulta ser un poco inesperado el evento.

- Euryth: Hmph. Veo que sabes mi nombre.

  El convencimiento se detecta, aunque no es del todo claro.

- Richard: Ah, sí. Y llevas un cuchillo de defensa.

   Parece que Richard olvidó una pregunta pero no deja de insistir. Pese a las necesidades, el dúo prefiere realizar otra táctica.

- Euryth: Muy bien. Estamos mejorando. Ahora, debemos encontrar la misión que nos corresponde.

  Menciona mientras se ve dispuesta a caminar hacia el lado opuesto.

- Richard: Te sigo.

   Efectivamente, los dos elementos principales van en marcha y sin considerar los misterios que hay alrededor.

   Transcurren pocos pasos, pero por condiciones de vestimenta, Euryth no tiene seguridad para caminar y continúa andando.

- Richard: Umh, ¿Euryth?

   Por lo menos, alguien se percata del acontecimiento en énfasis.

- Euryth: ¿Umh?

   El timbre no es propio, es para atender únicamente.

- Richard: Creo que tu vestido… Ah…

  Estuvo a punto de destacar la anomalía, de no haber sido por el cambio de atuendo instantáneo.

- Euryth: … Listo.

   De un segundo para otro, la seria señorita no tiene jurisdicción en escuchar al camarada de atrás.

- Richard: … Euryth, quiero preguntarte.

   Una indirecta no es suficiente para persuadir. Se requiere un recordatorio para inducir al emisor.

- Euryth: Conoces mi lineamiento, Richard.

   Al estar firme bajo sus propias palabras, llega a tener esclarecido el asunto a discutir.

- Richard: Oh, claro…

   Podrá no haber dudas al respecto, pero siempre puede haber una.

*Kiuh*

   El silencio se disminuye y causa un indicio de sospecha en sus oyentes.

*Whoo*

   La portadora del objeto filoso hace un movimiento para retener a su compañero, de modo que muestran interés en dónde ocurrió el suceso.

*Kish*

   Desenfunda el artículo con diligencia y revisa el lado izquierdo, cuyo punto de atención es impreciso por el exceso de hierbas que abarca la mayor parte del espacio.

*Cru*

- Euryth: *Jadeo*

   Tras el instante anterior, Richard señala mediante su índice usual la zona infestada. Una vez que se enteran del ingenioso escondite, la líder recoge una piedra y la arroja al campo acuoso para provocar ondas en el agua.

*Splash*

  Definitivamente, un animal suspicaz se retira al tener contacto con las gotas y no deja rastro.

- Richard: ¿Qué fue eso?

   Pregunta impresionado, aún así la respuesta es simple.

- Euryth: Un acechador, nada más.

  Ignorar la clase de criatura no es desventajoso, por el momento. Sin contemplarlo, Euryth adquiere información visual e insiste en averiguar más a detalle.