La Amante Premiada

Capítulo #23: Encuentro Casual

El sol brillaba radiante en aquel día mientras caminaba por las concurridas calles de la ciudad. Disfrutaba de mi libertad y sentía cómo la brisa cálida acariciaba mi rostro. Era un momento de paz y serenidad, hasta que algo inesperado sucedió.

En una esquina, a lo lejos, divisé a una mujer que me resultaba familiar. Era la esposa de Antonio. Mi corazón se aceleró y un torbellino de emociones se apoderó de mí en ese instante. Sabía que era crucial actuar con calma y mantenerme en control.

A medida que me acercaba, noté que la esposa de Antonio también me había reconocido. Nuestras miradas se encontraron por un breve instante, y en ese fugaz intercambio, pude percibir una mezcla de sorpresa, confusión y quizás, una pizca de resentimiento en sus ojos.

Decidí seguir adelante como si no la hubiera visto. Era un encuentro casual, un cruce de caminos fortuito que no debía perturbar mi mundo interior. Mantuve la cabeza en alto, con la elegancia y la confianza que he adquirido a lo largo de nuestra historia compartida.

A pesar de las emociones que bullían en mi interior, continué mi camino sin detenerme ni desviar mi mirada. Era consciente de que cualquier reacción fuera de lugar podría desencadenar una serie de acontecimientos indeseados.

En mi mente, imaginé que la esposa de Antonio, aunque impactada por aquel encuentro, optó por ignorarme a su vez. Tal vez, fingió no reconocerme, como si yo no hubiera sido una presencia relevante en la vida de su esposo.

Aquella mirada fugaz y la decisión de ignorarnos mutuamente dejaron un sabor agridulce en mi corazón. Por un lado, sentí alivio de que nuestro secreto seguía a salvo, y por otro, experimenté la sensación de haber sido invisible para alguien que sabía de mi existencia y mi papel en la vida de Antonio.

El encuentro casual había llegado a su fin, pero las emociones seguían agolpándose en mi interior. Cada paso que daba era un recordatorio de los secretos y las complicaciones que rodeaban nuestra relación. Sin embargo, me aferraba a la esperanza de que algún día, todo aquello se desvanecería y podríamos vivir nuestro amor en plena luz.

Con mi determinación renovada y mi deseo de enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino, continué mi caminar, con la mirada puesta en el horizonte y en el futuro incierto que nos esperaba.




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