Vuk se encontraba encerrado en una fría y oscura cárcel de Lijan, cuando, de repente, la puerta de su celda se abrió y una silueta femenina apareció frente a el. La luz del pasillo lo deslumbró un poco, al recuperar la vista distinguió a la mujer. Llevaba puestas fina ropas, podía distinguir claramente que era de clase alta. Se preguntaba que hacía alguien como ella en una cárcel con el mayor enemigo de su país, pero antes de poder siquiera pronunciar una palabra, aquella extraña mujer hablo
-Entonces, ¿tu eres el famoso demonio de Wutox?
Vuk se encontraba desconcertado y se limito a asentir con la cabeza para luego preguntar
-¿Quién eres tu y que haces aquí?
-Soy la princesa del imperio de Lijan, me llamó Azra, y estoy aquí porque quiero ofrecerte un trato
-No quiero nada de ustedes, incluso, sería mejor que me asesinaran, de nada les sirve tenerme aquí- Contesto Vuk con cierto enfado. Hubo un silencio incómodo, hasta que Azra volvió a insistir.
-Oí que eras el héroe de tu reino, que te enfrentaste a un ejército con tal de protegerlo, supongo que harías lo que fuera para salvarlo de su destrucción. Es por eso que estoy aquí, puedo parar la invasión a tu país y proteger a tu gente-
Tras esas palabras Vuk reconsideró la situacion, el pertenecía a un largo linaje de guerreros que protegían Wutox, el había hecho todo por defenderlo de Lijan, sin embargo, lo habían derrotado y aprisionado. Se sentía como un fracasado por no haber podido cumplir su misión, pero, si lo que aquella mujer decía era cierto, podría redimirse.
-Bien, ¿Qué es lo que quieres?- pregunto mirando fijamente a Azra
-Me contaron que eras fuerte, que todos se paralizaban de miedo con tan solo verte, eso es impresionante. Entonces decidí que quiero que trabajes para mí
-Si lo hago, pararas la guerra
-Así es
-Y, me prometes que protegeras a mi gente
-Si así lo quieres, me parece bien
-Bien, acepto
Azra salió de la celda y camino por el pasillo, detrás de ella iba Vuk, algo agachado, pues medía 2.16 metros, lo que hacía difícil que pasara por los estrechos pasillos de la cárcel. A pesar de eso era delgado, tenía gran fuerza, solo que sus músculos no le hacían justicia. Llegaron hasta una sala y Vuk recibió sus cosas, incluida su larga y mortal lanza. De igual forma le entregaron su terel, un ser similar a un caballo pero mucho más grande y sin pelaje, su piel era obscura y rígida, tanto que incluso con una hacha era difícil atravesarla.
-No puedo creer que hayas domado a esa cosa, creía que todas eran salvajes- dijo Azra con cierta facinacion
-No es una cosa, se llama Mac- exclamó enfadado Vuk
-Bueno, déjalo por ahí y sígueme, tenemos que hablar de tu trabajo
Azra y Vuk entraron en una sala finamente amueblada. La luz de la luna que entraba por una ventana le daba un aire tétrico. Al centro había una larga mesa y un mapa
-Mira esto, es un mapa del mundo, como puedes ver Lijan tiene algunas colonias al sur, en el pequeño continente, mientras que aquí abarcamos casi un cuarto del gran continente. Ahora, dime, qué notas de raro en este mapa- Exclamó Azra
-Pues, supongo que este círculo- dijo Vuk señalando un gran circulo en medio del mapa
-Bien, esa es la zona corrompida. Hace muchos años se abrió una grieta entre nuestra dimensión y la de los dioses, eso causo que toda esa parte se volviera un infierno, los animales y las personas mutaron hasta convertirse en seres horripilantes. Una parte de esa corrupción llegó hasta el norte de nuestro imperio, intentamos limpiar la zona pero fue inútil los mounstros son demasiado fuertes. Por eso decidimos crear un muro que la limita, ese es el círculo
-Bien y eso que tiene que ver conmigo
-Pues descubrimos una joya ancestral capaz de eliminar esa corrupción, la amatista divina. Creemos que está resguardada en algún lugar dentro de la zona. Por eso te queremos, necesitamos que busques esa amatista para así limpiar la corrupción.
-Si hago eso, ¿Nuestro trato estará sellado?
-Así es, podrás regresar a Wutox y no los molestaremos más
-Bueno, entonces llévame a esa zona