Astrid.
Sajid estaba nuevamente al acecho.
Owen sabia que algo malo pasaba, su intuición era fuerte y tenaz. Por otro lado Helen estaba mas concentrada en sus estudios que en nada. Era difícil para su hermano tener que permitir que se quedara tanto tiempo en la casa, pero lo comenzaba a comprender y aceptar.
Lo me unía a mi medio hermano no solamente era una pasión desenfrenada, si no un pacto que hace mucho tiempo habíamos realizado con magia. Bajo mi ignorancia y mi amor ciego permití que estuvieras vinculado de alguna forma. Uno no podía vivir sin el otro, como si nuestras almas estuvieran destinadas ha estar juntas. Pero por la luna, Owen era tan diferente, y mi corazón se estaba partiendo a la mitad. Tenia que mantener a Owen lo mas lejos posible. Con Sajid rondando la casa no podía protegerlos a los dos. Mi hermano volvería, lo se.
― ¿Pasa algo malo? ― me pregunta Owen una mañana que nos quedamos solos en la sala.
― No, todo esta bien ― mentí.
Owen sonrió poniendo sus manos en mi rostro, dándome ese confort y confianza. Manteniéndome en una zona segura en sus ojos.
―Puedes decirme lo que sea ― me dijo seguro de si mismo y de su gran intuición.
El aliento se me contuvo. Estaba tan cerca de mi, y era irresistiblemente guapo. Sus labios se posaron sobre los míos como fresas. Suaves y tiernos, dulces y con mucha paciencia. Rebuscando algo de calor sobre los míos y poder robarse algo, hacerlo propio, suyo. Dándome la oportunidad de besar y explorar otros labios que no fueran los de mi hermano.
―Owen, tu hermana ― murmure en el cielo, en la paz, muy cerca de su rostro masculino.
―Esta en su cuarto estudiando, tranquila ― dijo volviendo a besarme, suspirando y gruñendo aun mas por mi beso.
― ¿Por qué haces esto? Pensé que me odiabas ― le dije recordando que no le gustaba nada de la brujería.
― No te odio, de hecho deseaba hacer esto desde hace mucho tiempo ― confesó algo incomodo.
Nos volvimos a besar dulcemente, llenando el aire de de nuestras aura y colares. El sentimiento era profundo, lo sabia bien.. Pero entre nosotros había una sombra, una sombra que nos miraba desde la oscuridad con recelo, odio y celos. La sombra de mi medio hermano Sajid. Así que como siempre, tratando de proteger a los que amaba me separe de Owen, para escapar nuevamente de ese nuevo sentimiento que me estaba invadiendo. Cuando mi hermano se enterara de lo que estaba pasando no dejaría las cosas así. Y yo para proteger a mi nueva familia haría lo que fuera. Lo que sea, aun que fuera enfrentarse hasta el mismo demonio que llevaba mi sangre. El tormento de mi vida y de mis pasiones escondidas y negras como la misma noche. Pues Sajid despertabas mis instintos y el poder mas oscuro que había en mi.