Mi querida Baia se habia casado, fui nombrado por ella misma general del ejercito real como su reemplazo por su lenta recupeacion y asi pase unos dias, conoci al esposo de Baia, un joven cabello castaño, ojos grises rasgados, piel un tanto morena, muy educada hasta me parecio un buen hombre para ella.
-Baia como has estado te ves mas resplandeciente que nunca, o acaso ganaste un poco de peso?
-Ya Liam no bromees asi sobre mi, es solo que Marco viene hoy de su viaje a la frontera, y me parecio arreglarme un poco.
-Bueno ya debe de estar por llegar verdad, yo me retirare te vendre a visitar el fin de semana, nos cemos.
-Nos vemos Liam. Gracias por preocuparte.
Si no salia de allia antes de que llegara Marco, mi corazon no soportaria verlos ser cariñosos y en realidad algo en el no me gustaba.
En mi descanso me fui a tomar a una taberna no muy popular por evitar las multitudes, luego de varias copas, estaba un tanto mareado y lame a la mesera para pedir algo de comida, y quede encantado.
Era una chica pelirroja, piel blanca y con ojos color miel, al instante pense en invitala a comer algo despues, nunca habia visto a una mujer que se comparace con Baia. La invite y al instante me rechazo, pero me dijo que si al terminar su turno si seguia alli con mucho gusto lo aceptaria.
Y ali estube yo entre tragos, esperando a que el turno de aquella chica terminara. al haber terminado ella regreso y me pregunto si todavia podia acompañarme, se sento y yo estaba consiente de que me veia lamentabe deante de ella pero igual no dijo nada, le invite la cena y unos tragos, luego de eso ya estaba mas en confianza.
-Apropocito, cual es su nombre sr?- me vio algo raro por la capa del ejercito que no me la habia quitado.- Parece aguien importante, que hace en un lugar como tan alejado del centro?
-Bueno como expicarlo, primeramente me llamo Liam y soy el general del ejercito real, mas o menos ando por aca por despecho diria, para olvidar un amor no correspondido.
-vaya que inteso, bueno mi nombre es Emma Callen y bieno como ya sabes soy mesera de este bar. que por cierto ya esta por cerrar, deberias volver a caso yo me retiro.
-Espera Emma, te parece si te acompaño a tu casa? ya es algo torpe para que una chica ande sola por ahi.
-No tienes que preocuparte por eso, ya estoy acostumbrada y aparte conosco a mucha gente de por aqui.
-Igua te acompañare, no puedo estar tranquilo, ademas te ves algo mareada no deberias casi ni evantarte.
-Esta bien acompañame, pero solo hasta una cuadra de mi casa mi madre no puede ver que un hombre me acompañe por que piensa que es mi novio.
-No estaria mal para mi.- Se sonrojo hasta las orejas por lo que dije, asi que le pedi disculpas.
Llegando a nuestro destino hablamos de muchas trivialidades ya que su casa quedaba un poco lejos.
-Bueno sr Liam, lo vere luego.
-Emma, podre volve a comer contigo en la taberna?- Ella se volvio a sonrojar, no se por que pero me parecio tan dorable como una niña acabando de enamorarce, me estaba volviendo loco y tambien me sonrojo. Solo se despio con un hasta luego y una hermosa sonrisa que la hacia parecer un ser angelical, por toda esa noche habia olvidado todo lo que me atormentaba.