La reina a su esposo se acercó,
Este lloraba con amargura...
Y cuando el Cetro de Om tocó,
Empezó a llover con espesura.
Nadie en el reino sabía
Que causaba la tristeza del rey.
El siempre tan lleno de alegría...
La reina deseaba consolarle,
Y busco por todo lugar
Algo que pudiese ayudarle,
Había un rey muy poderoso
Que ademas de inmensa sabiduría,
Poseía un hijo tan hermoso
Que cautivaba a todo el que le veía.
La reina esperanzada
A su rey pronto acudió.
Reina:
-Oh, rey mío, no llores más.
Mira que te traigo un consuelo:
Ve y consulta al rey de paz
Que se encuentra allá en el cielo.
El rey que tanto poseía
Al fin tuvo que aceptar
Que nada de lo que tenía
A Raquel podía cambiar.
Rey:
- Al rey del cielo acudiré,
Tal vez consuele mi dolor.
Como su esclavo me ofreceré
Si a mi hija enseña el amor.
Al rey del cielo se dirigió,
El cual sabia de su llegada
Y para cuando el rey llegó
Muy complacido le esperaba.
Rey del Cielo:
-Hijo, tu problema parece severo...
Pero deja ya tu tristeza
Porque tu hija y amada princesa
Aprenderá el amor verdadero.
Pero hay algo que debes saber:
A que alguien ame no se puede obligar.
Eso es algo que debe nacer,
Pero mi hijo la puede ayudar.
Lleva a mi hijo contigo
Y escucha muy bien lo que digo:
Enseñarle al amor difícil será
Pero estoy seguro que mi hijo lo logrará
Y será un amor tan fuerte
Que ni con la misma muerte
Ese amor se acabará.
Este rey muchas cosas sabía.
Y estaba muy seguro
De que aquel corazón duro
Muy pronto se ablandaría.
Y este rey era fiel,
Así que llamó al Príncipe Gabriel
Y le informó lo que haría:
El joven aceptó felizmente.
-Hijo... Esto así tenia que suceder,
Yo entiendo que posees gran belleza
Pero si hay algo digno de ver
Es de tu corazón la pureza.
"No te sientas presionado,
Yo no te diré cual es tu deber.
Cuando llegue el tiempo adecuado,
Entonces sabrás que hacer.
Aunque muchos regalos el padre de Raquel le ofreció,
Cada uno de ellos el rey del cielo rechazó.
Rey del cielo:
-Mi paga es la sonrisa
De la princesa de la Brisa
Cuando conozca la humildad
Y aprenda La verdadera felicidad.
Aunque hay algo que deben saber:
Muy caro le costará a ella aprender
El amor, el afecto y la bondad.
Tras una corta despedida,