Verdaderamente, no recordaba nada especial de mi abuela. Paseos por el parque, meriendas e historias para dormir era lo único que había en mi memoria.
Nada fuera de lo común, nada especial, trágico o dramático.
Una secuencia que se repetía cada vez que me adentraba en mis memorias.
Y eso en serio me enfermaba.
Ya estaba segura de que me habían privado de algo más importante que mis memorias, algo más necesario, pero que inconscientemente se estaba filtrando a través de esa pared mental creada con magia.
Mire a James mientras me guiaba a través de los limpios pasillos de la clínica, Camille nos seguía de cerca con Katy Kat mientras yo me dedicaba a mirar a las diferentes criaturas sin demasiadas ganas de hablar con ninguno de los dos.
Con ella porque al parecer mi existencia suponía un golpe bajo, con el porqué estaba aun mas asustada y dudaba mucho que el dálmata a mi lado me respondiera mis preguntas.
Aunque me había salvado la vida transportándonos a lo que parecía otro continente.
Bajamos un par de escaleras y, mucho antes de lo que esperaba, llegamos a lo que parecía el jardín del ministerio.
Y por supuesto parecía de todo menos un jardín común.
Había lo básico: arboles y flores además de un muy brillante césped verde, un estanque lleno de peces multicolores estaba en medio del jardín y, sobre él, un puente al puro estilo oriental.
Recorrimos en silencio el lugar, hasta que finalmente James se detuvo en medio del puente.
Aprecie el espectáculo frente de mi, pero la imagen digna de una revista de decoración me transmitía de todo excepto paz.
— ¿Sientes eso, Mary Grace?— volteo a verme después de un tiempo.
Observe el estanque tranquilo y olí la esencia de las flores en el aire, pero en mi estomago había un remolino de incomodidad y vergüenza que no sabía explicar.
Balbucee un poco, pero no respondí su pregunta.
Inmediatamente sentí como mis mejillas se calentaban con un nervioso fuego que me empezó a quemar por dentro.
— ¿Inquietud, calma?—interrogó una vez más, pero como la primera vez no respondí. Soltó un suspiro y se apoyó en el marco del puente.
Me llene de aire frío el pecho, y me atreví a hablar.
—Me siento mal, señor...No me gusta este lugar. — incómodamente busque con la mano a mi perro, recibiendo la suave caricia de su pelaje color limón.
Me calmo apenas un poco para lo que iba a observar a continuación.
Apenas termine de hablar, James alzo su mano y un corriente de agua paso por encima de nuestras cabezas formando un puente de líquido cristalino que brilló con la luz del sol. Los peces brillaron como joyas mientras pasaban el improvisado puente, y observe maravillada durante unos segundos sin preocuparme por terminar empapada.
Esto quebraba toda ley de física o lógica que conocía, destrozaba mis conocimientos sobre la realidad una vez más y me encantaba como un embrujo a este nuevo mundo.
—Esa incomodidad, ese miedo a mi es por una razón, Mary Grace. — el arco seguía sobre nosotros, y el acerco su mano hacia el mismo hasta que se llenó de agua.— Y eso es porque soy un brujo blanco.
Su mano dibujo ondas en el agua, y el mismo arco se transformó en una columna al lado del puente.
—Los brujos, como tú y yo, desarrollamos un elemento de la naturaleza más que otros.— explicó mientras transformaba el agua a una esfera—A esto se le llama dominancia, y el elemento que predomines es lo que vamos a descubrir ahora.
Finalmente bajó su mano, y con ella el agua volvió a su estado original como un espejo.
— ¿Algo así como en Avatar?— hizo una mueca y se encogió de hombros. Lo tomé como una afirmación.
—No pido que hagas un arco de fuego o que crees un terremoto, con una gota de agua que alces o algo de viento es suficiente.— dijo intentando calmarme, pero mi mente iba a mil por hora mientras observaba el agua.
¿Cómo demonios iba a crear fuego o hacer que algo creciera de la nada? Recuerdo haber intentado varias veces descubrir mi agua control en el baño y fracasado en el intento, así que no suponía una mejora solo porque estuviera en servicios infantiles para hadas.
Mi dignidad va a suicidarse, con permiso.
Recordando la serie animada, intente copiar una de las poses de la maestra agua control separando las piernas y agachándome un poco mientras empujaba los brazos de atrás hacia adelante intentando simular una ola.
Repitamos eso: intentando.
Obviamente no ocurrió absolutamente nada.
— ¿Qué demonios estás intentando?— preguntó el supuesto doctor con el ceño fruncido. Yo estaba muriendo de la pena cuando Camille, después de años desaparecida, apareció a mi rescate.
— ¿Cómo puedes ser así? , ¡Es su primera vez intentándolo!— exclamó indignada el hada al tiempo en que tomaba mis manos entre las suyas. — No le hagas caso, podrá tener sangre drankur pero es un ogro.
—Por favor, acabo de darle una demostración hace nada. — resopló poniendo los ojos en blanco. Camille solo lo ignoro y guió mis manos con movimientos suaves.
—No necesitas una escenografía para hacer magia. — explicó suavemente sin dejar de mover mis brazos, era como replicar las ondas del agua; de atrás hacia adelante, bastante simple, pero mis brazos replicaban movimientos toscos y desintonizados incluso con la ayuda del hada.
Después de unos minutos, nos rendimos con el agua.
Después de media hora, dejamos de lado el metal.
Eran casi las seis de la tarde y no había creado una mísera ráfaga de viento.
—Me parece que le irá mejor con la electricidad.
—Si quieres morir aquí y ahora, creo que podemos intentarlo.
—Eres un...— y allí perdieron todo el profesionalismo y empezaron a debatir sobre que elemento se acopla ¨mejor¨ a mis movimientos bruscos.
No era una mentira y mucho menos un invento que era conocida por ser una muchacha brusca, desde pequeña había presentado una rigidez fuera de lo normal pero nunca pensé que sería un problema tan grave además de evitar a toda costa bailar. Después de escucharlos dialogar durante más de diez minutos, me largue junto a Katy Kat hacia la zona más forestal del jardín.
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Editado: 19.11.2021