Prefacio

¿Qué es la verdad? ¿Cuál es mi verdad? ¿Cuál es la tuya? ¿Existe una verdad para todos? ¿Realmente ‘verdad’ es una palabra común y corriente sin significado preciso y tiene la connotación que una persona quiera? Muchos se aventurarían a responder que sí, muchos posiblemente que no. Pienso que si fuera una palabra cualquiera, cuyo significado no fuera importante, entonces la palabra padre y madre tampoco lo serían; si fuera así, la palabra ‘verdad’ formaría parte de ese mazacote de palabras que significan lo que cada persona quiere según sean sus intereses, caería en el costal de lo subjetivo, mismo que ya está muy gordo y no favorece mucho a la sociedad. Entonces, si las palabras no significan nada especial o no tienen un valor semántico más profundo de lo que comúnmente se piensa, nada en este mundo tendría sentido.  Sin embargo, estoy convencido de que las palabras tienen espíritu propio, existen por una razón específica y tienen un significado que va más allá de ser conjuntos de sonidos y letras. Cada vocablo tiene un significado mucho más amplio y profundo del que le damos comúnmente. Y mi propósito es llegar a conocer, por un lado la verdad y por otro, mi verdad.

Estoy buscando mi origen. Hablo precisamente de la razón de mi existencia, el por qué y para qué vivo. Sí, soy un chico con problemas de identidad, lo sé. No sé quién soy ni tampoco por qué  ni para qué nací en este mundo tan loco. No entiendo de dónde vengo ni tampoco a dónde voy. No creo ser el único en esta situación, pero estoy buscando respuestas porque no quiero seguir viviendo en la incertidumbre, la ignorancia y el desconocimiento; y si existen las respuestas a cada una de esas dudas, quiero conocerlas, por más duras y dolorosas que sean.

Me llamo Valentino y así inicia esta historia...