La cabaña

Capítulo 5

La calera, Valparaíso, Chile

Evelyn, o Eve como prefería ser llamada, permanecía inquieta en la habitación de hotel. Hace mucho que no alojaba en un lugar sin haberlo estudiado previamente y el hecho de no saber sobre el lugar en el que estaba elevaba sus niveles de ansiedad.

La habitación era pequeña y solo tenia una ventana que daba a otro edificio, no había calefacción y hacía frío. Se sentía encerrada y expuesta, sensaciones que se acrecentaban cada vez que pensaba en lo cerca que estaba de aquella cabaña.

No podía mantenerse quieta y caminaba por el lugar, cual animal enjaulado. Mientras caminaba mantenía sus manos ocupadas girando aleatoriamente las filas de un cubo rubik, un tipo de rompecabezas tridimensional; pretendía desarmarlo para luego rearmarlo sin mirar, calculando la cantidad exacta de movimientos que requería para armarlo. Era una actividad que solía ayudarla a controlar la ansiedad que en ocasiones la invadía, le permitía liberar su mente del estrés y concentrarse en las cosas realmente importantes.

Trás una larga conversación con el detective este tomó en serio sus palabras y se se había comprometido a investigar debidamente la posibilidad que le planteaba. Además de acceder a que ella hiciera un reconocimiento del cadáver, que reposaba en el centro médico legal, si se confirmaba lo que ella decía. Mientras tanto, se había asegurado de que reservara una habitación en el hotel y la había instado a dormir un poco, mientras él volvía a la estación de policía y prometía contactarla a la brevedad.

Pero dormir era el último de los planes de la mujer, desde que el agente de la ley se despidiera, había dedicado cada minuto en evocar a Helena: sus palabras, sus acciones, su apariencia. Intentaba crear una imagen mental de su rostro, pero no lo conseguía. Recordaba sus rasgos: su cabello rubio, sus ojos azules, la forma curiosa de su nariz, sus dientes levemente torcidos, la marca de nacimiento y aquella cicatriz que ella misma se había hecho. Podía ver los detalles, pero no el conjunto completo.

Sabía que al estar frente a su cuerpo la reconocería, igual que en la fotografía; pero si cerraba sus ojos no podía verla y eso la molestaba. 

Su mente intranquila repasó una y otra vez los hechos que la habían llevado hasta ahí: el improvisado viaje sin destino; la noticia del encuentro de Helena que había llegado "casualmente" a ella, la posterior visita a Joana y el habitual obsequio de aniversario; después de comprobar que no había nueva información respecto a la mujer encontrada, decidió apersonarse en el lugar para investigar in situ.

Desde el momento en que había visto la fotografía de la mujer encontrada en el parque, había comprendido que todo iba a cambiar, era la pieza faltante en su rompecabezas, el problema era que aún no tenía del todo claro como era que encajaba. Se había mordido la lengua para no manifestar sus ideas a Joana, aunque sabía que en la mente de ella abundaban los mismo temores. 

Como si de un sexto sentido se tratase, observó su teléfono en el momento justo en que este comenzó a vibrar y en la pantalla se iluminaba el nombre "Joan".

Desvió la mirada del aparato y se enfocó en el rompecabeza de colores que aún sostenía en sus manos; solo hacían falta un par de movimientos para acabarlo. Giró la columna superior lentamente hacia la derecha y luego giró hacia arriba la fila de la izquierda,  esperando que el teléfono dejara de sonar. 

Una vez terminado el cubo, caminó hasta el celular, respondió la llamada y puso el altavoz,   enfocó su atención nuevamente en el rompecabezas, lo desarmó y volvió a iniciar. 

—"¿Dónde estás?"  —la voz de la conferencista inundó el lugar.

—"En Calera" —se hizo silencio al otro lado de la línea—. "Quería comprobarlo por mi misma".

—"¿Y lo comprobaste?"

—"Hablé con el detective a cargo del caso. Está trabajando en ello".

—"¿Qué le dijiste?"

—"La verdad sobre quién es ella".

—"Querrás decir quién crees que es ella".

—"Viste la fotografía, sabes que es Helena".

—"Han pasado 10 años" —el titubeo en su voz era evidente—. "¿Dónde estuvo todo este tiempo?"

—"La pregunta no es dónde, sino con quien y desde cuando" —dijo verbalizando la pregunta que ninguna quería mencionar—. "La olvidamos Joan, la dejamos atrás y continuamos con nuestras vidas"  —no pudo evitar que un toque de culpa se percibiera en el tono de su voz, la culpa del superviviente, le había dicho la terapeuta tantos años atrás.



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En el texto hay: detective, homicidios, secuestros

Editado: 23.05.2018

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