Capítulo 2 El imbécil

Narrado por Eliot.

Hable un rato con Vicky dentro de la cafetería, me atraía su plática y quería saber más de ella según lo que vi es muy reservada, la primera vez que la vi en el pasillo esta mañana fue cautivador, me decía a mí que hace una chica como ella con Emma esa chica es un caos a mi parecer, ya que Vicky es delgada con ojos claros, grises ese gris de un día nublado, nariz fina con labios gruesos, cabello claro, corto, lacio, tez clara, con pecas, con una estatura promedio, no hablo mucho, según lo que me percate es tímida, obviamente no la observe mucho, tiene el carácter menos pesado que Emma. Le dije a Vicky que iba a salir un rato y que ahorita regresaba, claro que no le dije a donde me dirigía. Cuando salí de la cafetería y fui directo al área de fumadores vi que estaba la antipática de Emma, pero que iba hacer si era el área más cercana para mi pesar. 

-Hola Emma. 

-Hola imbécil. 

-Fumar va con tu personalidad. 

-Mejor que ni se entere Vicky que fumas porque si no hasta aquí llego contigo. 

-Como? 

-Tal como escuchaste.

Se terminó su cigarro y se fue de ahí dejándome perplejo por lo que dijo, será cierto que Vicky odia que fumen los chicos o solo lo dijo para molestarme, parece que esa chica odia a todo el mundo, bueno a casi todos. Regrese con Vicky y me cuestiono.

-Listo bella ya regresé. 

-Ya veo, ¿qué hacías? 

-En el área de fumadores-le dije sin más. 

-Ah okey! 

-Tu no fumas? 

-No, no me gusta, ¡lo odio de hecho! 

-Ahora entiendo!  

-Qué entiendes? 

-Lo que Emma me dijo! 

-Que te dijo? ¿Y qué hacía Emma contigo?, espera estaba fumando? 

 -Que no te gusta que las personas fumen, me la tope de casualidad en el área de fumadores y si estaba fumando. 

-Ahorita regreso. 

-Uhm bueno! ¡Pero antes de que te vayas respóndeme algo!, Quieres salir conmigo algún día? 

-Claro, claro, cuando regrese nos ponemos de acuerdo, ahora necesito irme- La verdad esa chica es linda, la tengo que conocer

Narrado por Vicky. 

Me levante de inmediato de la mesa en la que estaba y deje a Eliot sin decirle ni una sola palabra, para buscar a mi estúpida amiga y que me dé una explicación de porqué carajo estaba haciendo lo que más odio en ella.  Tarde más de media hora en encontrarla, donde carajo se metió. Al fin la vi caminando hacia la cafetería de nuevo. 

-Donde carajo estabas? 

-Oye tranquila chica!, ¿qué te sucede? 

-Enserio me preguntas eso. 

-Pero claro que te lo pregunto porque no entiendo ni un carajo! 

-Me ves cara de imbécil, sé que estuviste fumando de nuevo. 

-Te lo dijo el estúpido ese verdad. 

-Pues si me dijo eso y más cosas que le dijiste, pero por tu estúpida manía de fumar cuando habíamos acordado de que ya no lo harías no le di la debida importancia a que me haya invitado a salir. 

-Qué cosas?, ¡o no espera… como que te invito a salir! ¡Obvio que le dijiste que no!

 - ¡QUE! ¡NO! Le dije que sí, que nos pondríamos de acuerdo cuando regresara a la cafetería con él. 

- ¡QUE! Pues cuando regreses con él le dices que no van a salir. 

-Estás loca si crees que le diré eso. 

-Loca estas tú porque es demasiado pronto para salir con él, no lo conoces. 

-Por eso saldré con él, para conocerlo mejor boba. 

-Eres un caso perdido definitivamente. 

-El caso perdido eres tú por odiar al mundo entero. 

-Yo no odio a nadie, simplemente soy así y punto. 

-Pues mira si vas a seguir enojada por que salga con él, tal vez sea porque estas celosa. 

-Es una broma cierto?, Celosa, dime ¿Por qué lo estaría? 

-Porque yo tengo a Eliot y tu no. 

-Yo celosa porque tengas a ese imbécil, hay dios no puede ser, que ridículo lo que acabas de decir, mira por mi quédatelo es más déjame le pongo un moño para que sea más poético. 

-Esta conversación no va a ningún lado, comenzamos a hablar de que volvieras a fumar y terminamos hablando de Eliot y nuestra cita. 

- ¡Dímelo tú! Ya que fuiste tú la que saco esas cosas estúpidas de que yo estoy celosa por ese idiota.

-EMMA ya déjalo así. 

-Carajo contigo. 

Narrado por Emma. 

Después de que deje a Vicky con la palabra en la boca al largarme de ahí para no seguir discutiendo y no arrepentirme de las palabras para herirla que le pude haber dicho, voy a la cafetería para ver qué demonios le dijo Eliot para que dijera esas ridículas palabras de “ESTAS CELOSA EMMA”. Por dios si sabe lo que pienso sobre tener a alguien y viene con estas niñerías. Al fin llego a la cafetería y veo al baboso sentado a la mesa muy alegre y sonriente, como quisiera borrarle esa sonrisa estúpida.