Al caer la noche se encuentran Kralot, Aliat y Malacasan afuera de una tienda medica comiendo algo mientras miran el cielo nocturno.
Entonces ¿¡es un Skosers!?-Pregunta Kralot-si, Caidron es... -responde Malacasán con admiración- el guerrero más poderoso de su generación. Entonces ustedes son ¿¡las princesas renegadas!? Veo que eres bastante lento, pero sí, te contaré la historia, Caidron y yo nacimos el mismo año, nos criamos juntos en el castillo, él y mi hermano mayor Ithio eran enemigos, a tal punto que una vez que sea rey lo mataría, cuando cumplí los 1X años Aliat y yo queríamos huir del castillo, pero los Skosers nos encontraron y enviaron a Caidron para cuidarnos ese día... me dieron a Tandoreo-irrumpe Caidron en la conversación y se sienta en el suelo- viajamos por las zonas salvajes del reino, ellas aprendieron magia, fuimos reclutando guerreros para ayudarnos a derrocar al rey, 5 años después se celebró el concilio de Dyty la reunión con que se inició la rebelión y empezó oficialmente la guerra, al fin tengo la oportunidad de liberar a mi familia del pacto de Krew. él es el único en 300 años que no ha firmado el pacto de lealtad-dice Aliat- y se ha opuesto abiertamente contra un Seroji. Unos 2 años después de la reunión tomamos a Seijo la espada del volcán y a Raila la espada del rio. Increíble, yo seguramente estaba labrando la tierra de mi familia en ese momento. Ya que lo mencionas-dice Aliat con curiosidad- ¿Cómo era tu vida en la granja? No era la gran cosa, pero les voy a contar...
Esa noche los rebeldes celebraron su victoria en Jochad, habían eliminado a los alimantroc y matado a Crac, Kralot y Caidron durmieron hasta el mediodía, el fin de la guerra estaba mucho más cerca de lo que ellos esperaban. Así termina la gran batalla en los campos de Jochad, también conocido como el valle del amor y después de ese día, la mitad inferior del valle fue conocido como el pantano de los lamentos.
Días después de la batalla en Jochad, los rebeldes llegan al monte Mico, una montaña de unos 4,010 metros de alto, la montaña más alta de la región, al pie de la montaña se encuentra la aldea de Ertoa, partidaria de la rebelión y parte de los Ogros de Narania, al llegar los recibió el gobernador y un grupo de 8 ogros, uno de ellos, aparentemente el de mayor rango avanza hacia Ogre.
¡Ogre, primo mío, hace mucho que no te veo! No hace tanto-responde Ogre en medio de un cálido abrazo- vine el invierno pasado, veo has sabido mantener esta colonia. Con mucho esfuerzo, los enanos de Kosen no dejan de atacar, dime ¿que los trae por aquí? Estamos de paso, hemos venido buscando un guía para atravesar el Mico, acamparemos fuera esta noche. Hablaré con los mejores guías del pueblo, si gustan, los líderes pueden pasar la noche en mi casa, estoy seguro de que dirán que sí.
Los dos fueron con los comandantes y jefes de la rebelión para ofrecerles hospedaje, se pararon frente a estos que habían formado un semicírculo. Buenas tardes, he venido para ofrecerles mi casa como hospedaje por esta noche, debido a la magnitud de su ejército, no puedo acogerlos a todos, solo a los oficiales superiores. Malacasán lo mira atentamente a aquel ogro, alto, musculoso, tatuado, vestido con ropas de cuero marrón y zapatos de ardilla gris gigante, agradecemos la oferta, pero debemos rechazarla. ¿por qué razón? -responde un tanto indignado- es un pueblo pequeño, pero podemos ofrecer una bienvenida adecuada. No es por ser descorteces ni nada parecido- es solo que daríamos un mal ejemplo a las tropas. todo lo contrario-responde Ogre tratando de ayudar a su pariente- es normal que en medio de una campaña el general goce de ciertos lujos, por así decirlo, eso hace que los soldados no olviden quien es su comandante. Si lo pone de esa forma-dice Malacasán algo dudosa- lo haremos, hace semanas que no duermo bajo un techo de verdad o tomo un baño decente. Muy bien, ordenaré a los criados que preparen sus habitaciones y la comida.
Pasan varias horas mientras se monta el campamento, consiguen provisiones y algunos guías, al caer la noche los dirigentes rebeldes se dirigieron a la mesa, para disfrutar del gran banquete hecho en su honor, en dicho banquete había carnes de toda la región, desde ciervos y venados hasta toros tridente (con un tercer cuerno en la frente), varias verduras como berenjenas de río, zanahorias de pantano, tilapias, bagres y tiburones aufirianos (de barro), serpientes aulladoras, entre otros ''manjares''. La mayoría comía con desdén y Ogre hablaba de cosas triviales con su primo, mientras que Aliat y los demás líderes de la facción humana comían con cierto aire de desconfianza. Al terminar la cena todos se retiraron a sus aposentos, excepto Malacasán, Aliat y Ogre, que se quedaron hablando en una terraza de la mansión.
No confío mucho en su primo-dice Aliat en voz baja- Ogre. Yo tampoco-añade Malacasán- y no es por el resentimiento de la guerra que hubo entre nuestras naciones. No se preocupen, mi familia tampoco confía en él, lo enviamos aquí junto con varios criminales para que mueran, pero como ven no funcionó, estamos en la frontera con el Principado Kosen, buscamos cualquier actividad sospechosa para acabar con él y con ellos. Me parte el corazón lo que dices, pero ya lo sabía-dice el alcalde mientras entra al balcón- por eso he envenenado su comida y preparado esta trampa, ¡salgan camaradas! 30 ogros salieron de las sombras y los rodearon, vestidos con las insignias de la ciudad, además de otros 15 enanos de Kosen. Siempre supimos que eres un traidor-responde Ogre con arrogancia- por eso he infiltrado varios ogros, impidieron que envenenaras la comida y deben estar luchando con los guardias de la puerta en este momento. lo dudo, todos están muertos, los matamos un día antes de su llegada, ahora van los líderes de la unión rebelde, aunque a estas alturas deben estar muertos, el veneno los mató mientras dormían, ahora que lo saben, ustedes morirán. Olvidas un par de detalles-responde Ogre- nuestro ejército está en las afueras de la aldea, no hay forma que nos mates sin que ellos nos venguen, y si morimos los capitanes y tenientes tomarán nuestro lugar, además de que tengo un agente donde menos te lo esperas. De hecho, si ustedes murieran, sus soldados marcharán sobre nosotros, eso los hará enemigos de las tribus de Narania, las cuales combinadas con los Kosen, les harán retroceder hasta las colonias humanas ahí los soldados de las distintas provincias, los atacarán sin descanso hasta que todos caigan. ¡En ese caso-grita Malacasán- viviremos y te cortaremos la cabeza! Es mi primo-pide Ogre con una voz fina- por eso soy yo el que debe matarlo. Ve por él, nosotras nos encargaremos de los demás.