Tras soportar la fiera tormenta, los rebeldes llegaron a la playa de Ica, cruzando el mar de Atañí, el ejército estaba a punto de lograr su objetivo, Grajoc fue a Invap con parte de su ejército a rendir su informe de la masacre en Rage y a reforzar las defensas de la ciudad. Aliat y Malacasán se encuentran en la playa revisando los daños causados por la tormenta. Esto solo tiene una explicación-dice Aliat-Grajoc, es la única manera que una tormenta tan poderosa nos golpeé fuera de temporada. No creo que sea él-responde Malacasán-aún con todo su poder no es capaz de algo así, menos aún sin el apoyo de Talos para mover el mar. Créeme hermana, sé de lo que hablo. Y yo te digo que estás mal. En ese momento pasa Kralot a presentar un reporte, al parecer el Doglas fue hundido y la mayoría de sus pasajeros murieron ahogados, aprovecha la ocasión para preguntar por Grajoc y Talos.
¿recuerdas a Crac? –pregunta Aliat- Como olvidarlo-responde Kralot-todavía me duelen algunas heridas que me causó. Bien, él era el más débil de los tres, ahora imagina a un demonio mucho más poderoso, capaz de manipular el viento y una espada que lanza rayos y a otro mucho más astuto, capaz de manipular el agua y una regeneración ridículamente alta. Me da escalofríos de solo pensarlo. Ellos nos esperan en la capital y ni si quiera son lo más aterrador de todo. Tal vez no deberías hablar sobre él-interviene Malacasán-solo debes saber que si lo encuentras huye y también que no debes enfrentar a esos dos demonios solo, en un combate uno a uno ninguno de los tres tenemos oportunidad. Si con su poder no es suficiente, no quiero pensar en lo que son capaces de hacer.
Al día siguiente Kralot se encuentra caminando con el resto de los soldados, agotado por los eventos de la noche anterior y el recuerdo del mareo provocado por el movimiento del barco, a pesar de su reciente ascenso a comandante de escuadra (sargento) y escudero, no se sentía diferente, ahora no solo era responsable de su vida, sino que también de la de todos sus subordinados, un grupo bastante peculiar, un orco, una ogra, un elfo y un hombre, todos fueron reunidos en un pelotón de remiendo, todos son buenos guerreros-magos, pero no estaban acostumbrados a trabajar juntos.
Un defecto que tiene que corregir en la semana de viaje hacia Invar, capital del Reino Humano de Elantria, este se encuentra perdido en sus pensamientos, por un lado quiere volver a casa con su familia y amigos, pero por otro quiere seguir viajando junto a sus nuevos amigos, si eliminas la sangre, muerte, gritos y dolor, la guerra puede ser apacible, en cuestión de meses había viajado y conocido más lugares que en toda su vida, antes de esto ni siquiera había visto el mar, tampoco viajado en barco o una montaña como el Mico. No vale la pena amargarse por eso-dijo para sí mismo-aún quedan muchas cosas por ver, cuando regrese les contaré todo a las niñas o tal vez me mude.