Habrán pasado unos cuantos años desde que la joven trabajo sin descanso para concluir su venganza, ella fue una niña asesina quien ahora se convertiría en una adolescente que seguiría por el sendero de la oscuridad.
Con cada paso que daba, dejaba un rojo que despedía calidez arrebatada y una alta dosis de sed por la venganza en conjunto con un pánico creciente en la especie canina quienes solo pedían al cielo por que ellos no fuesen los próximos en cruzar las puertas del cementerio en dónde su muerte marcaría un nuevo paso hacia el objetivo que motivo a la chica.
Siendo ahora, a su corta edad la asesina más grande la historia y que sin duda también pasaría a ser la que menos levantará sospechas, partía por el sendero sin miedo alguno; además de que como siempre iba por ahí con una dulzura y belleza embriagante destilando por cada parte de su ser, que cualquiera que la mirara aunque sea de reojo podría percibir desde metros o kilómetros de distancia sin problema alguno pero su otra versión no la podrías distinguir ni estando a milímetros de ella.
Tenía a cientos tras su huella, cientos tras la búsqueda de que el infierno terminará, cientos tras la pista de alguien indetectable, cientos que a la par de que iniciaban su investigación se daban por vencidos ya que a través de los años la jovencita aprendió los trucos para hacer de sus fechorías algo que quedaría en la memoria más que ni de broma quedarían en evidencia, solo callejones sin salida que ella misma iba construyendo.
Todos y cada uno de los investigadores o policías que iban tras su pista se habían dado poe rendidos, todos exepto uno...
Uno que no se daría por vencido tan fácilmente y que iba por los senderos salvajemente tras los caminos que la chica dejaba, pero las habilidades que ella poseía le dejaban muy lejos la victoria a este no tan mayor ni tan joven justiciero canino que iba sin descanso alguno rosando y jugueteando con la piel de durazno de la responsable del infierno.
Pero sus esfuerzos y anhelos de hallar a él o la responsable se iban haciendo cada vez más opacos, sin embargo esto no lo detendría, cada camino le llevaba a un callejón sin salida, cada hilo del que el tiraba le llevaba a una red que la cazadora le construyó para hacer de su hobbie algo que no terminará antes que su venganza. Ella era alguien muy vertiginosa y que no dejaría ni un solo cabo suelto.
Ambos con grandes objetivos, ambos no se darían por vencidos, alguien malo y alguien bueno, solo uno resultará triunfante en esta guerra interminable en dónde uno de ellos no sabe a qué o a quien se enfrenta, un caso en busca de solución, un fatal destino, ambos unos dignos oponentes para el otro y al final solo queda una pregunta ¿Quien será el ganador de la partida?
Editado: 15.05.2020