—Agni, no estés molesto —le decía su padre con una voz matizada de comprensión, mientras aparentemente Agnis estaba leyendo con tranquilidad su libro «ángeles y demonios». Agni hizo completamente caso omiso a las palabras de su padre. «Parece que soy el único al que le molesta el cambio», pensó Agni.
—No, te equivocas, cariño —contestó su madre mientras lo examinaba prolijamente. Agnis quedó completamente pasmado y la miró fijamente con curiosidad. Su madre volteó hacia donde se encontraba Agnis y replicó:
—Te la has pasado diciendo prácticamente eso —Rose, la madre de Agni, intentó imitar a Agnis—: «Parece que soy el único al que le molesta el cambio». Así que no es difícil adivinar lo que podrías decir cuando se te habla sobre este tema en específico —Agnis ignoró lo que su madre dijo al respecto y continuó leyendo con una supuesta tranquilidad. Su padre miró punzantemente a Rose, la cual suspiró:
—Cariño, ya verás que la casa te va a encantar.
Agnis observó por su diáfana ventana los haces solares que se reflejaban cuidadosamente, los cuales llegaban sensiblemente a su visión experiencial. Se cuestionaba una y otra vez si, en realidad, esto iba a ser lo mejor para él: lo que lo tenía cabizbajo era realmente lo que tuvo que haber dejado para, quizá, jamás poder regresar. Por ello, odiaba los cambios abruptos.
Observaba a través de los haces solares cómo cada vez que el tiempo transcurría podía notar un cambio perceptivo abrupto: un entorno arborizado, naturalizado, diferente en contraste con un entorno civilizado e industrializado en el que solía o estaba acostumbrado a vivir. «Parece que, después de todo, esto puede llegar a funcionar», se dijo a sí mismo Agnis.
—Hemos llegado —dijo el padre de Agnis con un dejo satisfactorio.
Desde donde se encontraba Agnis, detalló prolijamente la casa que estaba percibiendo, parecía realmente un tanto diferentemente arquitectónica de ver, pero lo que principalmente suscitó su curiosidad frenéticamente era saber que había tres esculturas angélicas que, aparentemente, circundaban la casa: ¿ángeles custodiando una casa? Parecía haber encontrado un gran detalle extático.
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Editado: 06.12.2020