La chica del espejo

01|El espejo

La chica de la capa roja huía con el pequeño espejo en su mano izquierda que brillaba como el oro, los aprendices lanzaban sus hechizos hasta la chica de capa roja que los evitaba por pura suerte, pisaba constantemente los charcos de agua por la reciente lluvia, miro su reflejo en el pequeño espejo. Sus ojos nunca se vieron reflejados de esa manera en otro espejo común. La chica de la capa roja escucho los silbidos de los aprendices y una manada de golondrinas apareció justo arriba de ella, poco a poco las golondrinas empezaron a atacar a la chica de la capa roja que protegía con su vida el espejo. Los aprendices veían una oportunidad para atraparla, volvieron a lanzar sus conjuros y esta vez a duras penas lograba evitarlos. Miro al frente y vio como estaba corriendo hacia un callejón sin salida, sería su fin. El fin de la chica de la capa roja, las golondrinas volvieron a atacar con ferocidad su cuerpo, por detrás del espejo saco su varita y en Harín lanzó un encantamiento hacia la pared de la cual emano una luz brillante, la chica de la capa roja corrió con el espejo de la corte y atravesó la pared.

Los aprendices no pudieron creerlo, las golondrinas chocaron de golpe contra la pared cayendo al suelo. Una y otra vez lanzaron conjuros y hechizos, no funciono. No sabían como hablar de esto a la comisión de magia.

La chica de la capa roja había escapado.

—No puede ser... —Murmuro sin poder creerlo. Hago el libro a un lado y paso mis manos por mi cabeza. Cuando empecé a leer el libro jamás vi a La chica de la capa roja como una ladrona. Se supone que ella era una heroína no una ladrona. Tomo aire y vuelvo a leer el ultimo párrafo del final del libro, aprieto los puños, necesito explicaciones muchas explicaciones.

Bajo de mi cama desordenada y salgo de mi cuarto, bajo las escaleras con rapidez, paso por el pasillo donde hay miles de fotos de nosotras dos. Llego a la gran puerta negra que da a su estudio y la abro de golpe.

—¡L. R. Leighton necesito una explicación!. —Exclamo. Mamá salta en su silla preocupada y se gira, apenas me ve se cruza de brazos y frunce el ceño.

—¿Y se puede saber qué pasa?. —Pregunta con desdén. — Recuerda que yo soy la mamá aquí Hope, solo yo exijo explicaciones. —Me dice y no puedo evitar soltar un gruñido.

—La chica de la capa roja, eso es lo que pasa. —Las facciones de mamá se relajan y luce más tranquila. Me acerco al pequeño sofá de su estudio y me siento ahí.

—Ya lo leíste... Supongo que el final no es lo que esperabas. —Mamá se acerca y se sienta a mi lado, su voz suena suave y tranquila para nada enfadada.

Suelto un suspiro ahogado y empiezo a negar con la cabeza. Aun no puedo creer que ese fuera el final del libro.

—Nunca me espere eso de La chica de la capa roja. Ni siquiera se despidió de Kayton, simplemente traicionó su confianza y apenas supo donde estaba el espejo huyó. —Comento mirándola. — ¿Cómo pudiste hacer eso?.

—¿Sabes que hay un segundo libro verdad?. —Niego con la cabeza, no quiero saber nada de otros libros.

—Mamá por favor déjame sufrir con el primero, no estoy preparada para sufrir con el segundo. —Mamá ríe y bufo. — ¿Cómo lo hiciste?.  —Pregunto y ella ladea la cabeza confundida.

—Tu... —Trato de buscar las palabras en mi mente, quiero explicarme bien. — Tu describiste el mundo de Ashes de una manera tan simple y a la vez fantástica. —Sigo.

Mamá sonríe.

—Te diré mi secreto después de que pidas tu deseo de cumpleaños. Quien lo diría, ya se cumplen diecisiete años desde que la felicidad entro a mi vida.

♢♢♢

—¡Feliz cumpleaños Hope! ¡Feliz cumpleaños a ti!. —Canta mamá mientras aparece con un pequeño pastel con el número diecisiete como decoración.

Soplo las velas y mamá aplaude mientras toma la cámara y nos tomamos una foto juntas como todos los años.

—Mírala. Es hermosa. —Mamá me muestra la foto donde salimos ambas sonriendo.

—Sí. —Sonrío igual. Mamá pica dos pedazos de pastel y el resto lo guarda en el refrigerador. Sin aguantar las ganas pregunto. — ¿Ahora me dirás como lo haces?. —Mamá deja de acomodar los platos y se acerca a mi con el ceño fruncido. — Tu, describes el mundo de Ashes con tanta precisión, cada detalle aunque sea insignificante importa en la historia. Me sorprende. Me encanta. Me fascina. —Termino. — Pero enserio ¿Cómo lo haces?.

Mamá se coloca a mi lado, sus manos cubren mis ojos con rapidez y no hago más que cerrar los ojos de inmediato.

—Imagina... Que despiertas en un mundo extraño, un mundo diferente donde lo imposible es posible, donde las estrellas llueven gotas brillantes de las cuales nacen flores estrelladas. —La sensación que siento al imaginarlo es satisfactoria, mis ojos siguen cerrados pero mi mente crea poco a poco ese fantástico mundo que mamá describe con tanta facilidad. — Donde el sol se oculta apenas el ave Fénix vuele frente a el, donde la luna sale apenas el agua cristalina del lago cambia de color. Donde los animales más peligrosos sueles ser los más inofensivos, donde las flores crecen del tamaño de un edificio. Donde la magia existe. —Dice. — Bienvenida al mundo de Ashes Hope. —Termina en un susurro y no puedo estar más complacida.




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