La Chica Que No Le Temía Al Monstruo Del Armario // Pausado

5. Monstruos y hadas

Vega

 

Un día más y seguía impactada con la confesión de Conor, seguía sin poder creer que su padre lo hacía a un lado y su madre no hacía nada para impedirlo si no todo lo contrario. Una parte de mí sentía compasión de él, yo siempre viví rodeada de el cariño de mis padres aunque no siempre de su compañía.
Estaba preocupada por él, hacía varios días que no se nada de Conor, lo he llamado y no contesta, no responde mis mensajes, incluso lo he ido a buscar al supermercado en donde trabajaba pero me han dicho que renunció el mismo día que estuvo en mi casa. Ahora no sé nada de él y me preocupa. No estoy segura de saber todo de él pero a veces conocemos personas que si importar el tiempo que llevemos conociéndoles se vuelven parte de ti, Conor es una de esas personas.

 

Seguí caminando por la acera a lado de Julian, él hablaba de como le fue en uno de sus partidos, hacia ademanes mientras hablaba.

 

—¿Te gustaría acompañarme en mi próximo partido?—pregunto.

Yo suspire, siempre había ido a todo sus partidos y era evidente que nunca había notado mi presencia, me sentí un poco decepcionada pero aún así disimule y seguí con la charla.

 

—¡Me encantaría!—dije emocionada.

 

Él sonrío, y se acerco a mi, estaba tan cerca que sentía su aliento rozando mi rostro, sus labios estaban tan cerca de los míos, cerré los ojos y solo quise dejarme llevar.
Sus labios nunca llegaron a tocar los míos porque mi teléfono comenzó a sonar.

 

—Alguien me esta llamando—informe aunque ya era evidente.

 

Veamos quien se atrevió a interrumpir mi momento romántico. Leí sobre la pantalla el nombre de Conor, entonces abrí los ojos sorprendida y conteste tan rápido como pude.

 

—Al fin...

 

—¿Estas ocupada?—cuestiono Conor.

 

Miré a Julian que revisaba su télefono.

 

—No, no estoy ocupada.

 

—Necesito contarte algo- se escuchaba emocionado—¿podemos vernos?

 

Pensé un momento ¿Julián o Conor?

 

—¿Estas ahí?—Al escuchar su voz reaccione.

 

—Si, si claro. ¿En donde nos vemos?

 

—¿Puede ser en tu casa?

 

—Por mi esta bien, te veo ahí—dije antes de que colgara.

 

Movi la cabeza pensando una forma—más bien una excusa—de irme.

 

—¿Quién era?—pregunto Julian girándose hacia mi y guardando su móvil en la bolsa de su pantalón.

 

—Mi mamá—mentí—Llego temprano a casa, ¿no te molestara que me vaya?

 

—Claro que no, si mi futura suegra te necesita esta bien—su comentario hizo que me sonrojara.—Vamos, puedo acompañarte.

 

Sonreí.

 

—No es necesario. Iré sola.

 

—Esta bien-alzo las manos y se acerco a mí—Nos vemos linda—susurro en mi oído y...

 

¡Me besó! ¡Julian me beso!

 

No podía creerlo, el chico que me gusta me había besado, y aunque no lo sentí tan especial como lo imagine, me gusto porque había pasado lo que tanto quería.
El pasó a mi lado y se fue, yo seguía impactada y con la boca abierta. Sacudí mi cabeza para incorporarme a la realidad y comencé a caminar a pasos largos para llegar a casa rápido. No podía sacar de mi cabeza que el chico que me gusta me había besado.

 

Llegué a casa y lo primero que hice fue correr a mi habitación a taparme la boca con la almohada y gritar de emoción, me mire en el espejo y de verdad lucia feliz, demasiado feliz; acomode mi cabello y baje a la sala a esperar a Conor, pero antes le escribí a Cristal y le conté lo que había sucedido y para mi desgracia no estaba en línea y aún no leía mis mensajes ni veía la gran cantidad de emojis que le había mandado.

 

El timbre sonó y no necesite adivinar de quien se trataba pues bien sabía que Conor estaba del otro lado de la puerta, así que abrí y lo deje pasar. Esta vez Conor tenía una expresión bastante agradable tal como se escuchaba cuando me llamó.

 

—¡Lo he conseguido!—dijo emocionado—¿puedo pasar?

 

Asentí y esta vez no lo deje esperando en el pórtico como aquella vez.

 

—¿Qué has conseguido?—esta vez curioseé yo.

 

Él se acomodo en el sofá y sonrío luego se giró hacia mi, la emoción en su mirada era evidente así que le devolví la sonrisa.

 

—Vega—llamo con emoción—soy compositor de AGJM, ¡puedes creerlo!

 

—Felicidades—me acerque a él para abrazarlo pero se levanto rápidamente.

 

Oh si, lo había olvidado, nada de contacto físico incluyendo besos y abrazos.

 

                                                                                ...

 

Conor y yo decidimos caminar un poco por la ciudad, el no paraba de hablar de lo mucho que le emocionaba la idea de poder componer para algunos de sus ídolos, y de lo emocionado que estaba por poder componer de forma profesional, yo solo lo escuchaba atenta y había momentos en los que compartía su felicidad.

 

Pasamos cerca de un hermoso y frondoso árbol que relucía con algunas nubes que parecían darle un hermoso fondo, todo perfecto para una fotografía.

 

—Conor,¿podemos detenernos?—dije sacando mi teléfono celular.

 

—Si claro.

 

Tome la foto y él me miró un poco extraño.

 

—Dime que no eres el tipo de chica que toma cientos de fotos del cielo y la sube a sus redes sociales para parecer interesante—dijo en tono burlón

 

No era ese tipo de chica, en mi computadora tengo cientos de fotos de la naturaleza pero nunca las he subido a internet, me gusta mantenerlas en privado para verlas en las veces que el ambiente no es el mejor, sirven como recordatorio que incluso en los días lluviosos el sol vuelve a salir.




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