La chica observaba con confusión y a la vez miedo el lugar donde se encontraba, nada le resultaba familiar, solo había árboles y más árboles, así que dedujo que era un bosque, pero ¿Por qué se encontraba en un bosque? No podía explicarse ella misma como llegó a parar en este lugar, lo único que recordaba era estar en su cama lista para dormir.
Tomó una profunda respiración para tratar de tranquilizarse, necesitaba salir de este lugar antes de encontrarse con algún animal salvaje. Dio un paso hacia adelante, escuchó las hojas crujir debajo de su pie, volvió a dar otro paso, aunque de inmediato se detuvo, su cuerpo tembló de pavor al escuchar un aullido. Tenía que empezar a correr, estaba muy consciente de eso, pero simplemente no podía moverse ya que el terror que sentía no la dejaba. Luego de unos segundos escucho ramas romperse junto otro aullido esta vez más cerca, sus alarmas se activaron junto con su cuerpo, sus pies tomaron vida propia y corrió lo más rápido que pudo, no podía dejar que ese animal la alcanzara.
Corrió sin saber dónde dirigirse, la adrenalina la dominaba, en lo único que pensaba era en escapar. Corrió por más de diez minutos, la respiración le faltaba y los pies le dolían, así que no tuvo más remedio que detenerse.
Se inclinó con sus manos en las rodillas tomando bocanadas de aire para regular su respiración. Ya menos agitada se enderezo con su vista al frente sintió palidecer al ver a un enorme lobo negro de ojos azules frente a ella, lo único que pudo hacer fue gritar.
Grito lo más fuerte que pudo
Londres, Inglaterra.
Emma
Me encuentro sentada en una de las mesas de la cafetería mientras me concentro en el lobo negro de ojos azules que dibujo, mi mano derecha se mueve como si tuviera vida propia mientras sonrío al verlo casi terminado.
Estoy estudiando periodismo y amo mi carrera, pero desde pequeña he demostrado talento para el dibujo, a los cuatro años hice mi primer dibujo en el kínder así que desde ese momento no he parado de dibujar todo lo que encuentro. Las paredes de mi habitación se encuentran tapizadas por los dibujos que hago y desde hace unos meses la mayoría de mis dibujos que adornan las paredes son de un gigantesco lobo con el que sueño casi todas las noches.
Una vez finalizado admiro mi dibujo mientras paso la yema de mis dedos en cada línea. Las imágenes de aquel sueño vienen a mi mente erizando mi piel al recordar la mirada penetrante de aquel lobo.
—¡Hola Emma!
Levanto la mirada encontrando a mi buena amiga Sara con su habitual sonrisa plasmada en su rostro. De forma rápida oculto mi dibujo en una de mis carpetas mientras trato de formar una sonrisa en mis labios.
—Hola. — Le devuelvo el saludo no tan entusiasta como ella.
Sara toma una silla de otra mesa sin pedir permiso y se sienta frente a mí.
—Fui a buscarte a la biblioteca, pero no te encontré así que supuse que estabas aquí. — Toma el sándwich de mi bandeja que aún no había tocado y le dan un gran mordisco. — ¿No te emociona? — En su voz puedo detectar una pequeña emoción y también puedo ver restos de comida en su boca.
Asco.
—¿Qué debería de emocionarme?
Sara pone sus ojos en blanco.
—¿No eras tú la que estaba ansiosa de escribir un artículo? Pues querida amiga ese día ha llegado. La profesora Carter nos dio un mes para preparar un buen artículo y el mejor será publicado en el mejor periódico de Londres.
—Bueno, sí estoy emocionada, aunque no tanto como tu al parecer.
—¡Quiero que el mío sea el mejor!
Si que de verdad está muy emocionada.
Mientras Sara sigue acabando con mi comida, me muerdo el labio inferior y observo mi alrededor. He de confesar que estoy más que emocionada pero lo oculto, no hay razón para ocultarlo, pero no soy de expresarme mucho al menos que sea mi padre y mi novio. Claro que Sara es mi amiga, nos conocemos desde hace dos años, pero tiendo a ser algo cerrada con ella.
—Ya pensé sobre qué escribir en mi artículo. — Digo regresando mi vista hacia ella.
Mi querida amiga me observa con los ojos entrecerrados, creo que sospecha que tipo de artículo escribiré así que dibujo una gran sonrisa para que sepa que sus sospechas son correctas.
—¡Ay no! Emma no me digas… Creo que te estás volviendo loca con ese tema.
—¿Qué tiene de malo que mi artículo se trate de lobos? — Pregunto ligeramente ofendida.
—Lo malo es que estoy muy segura que tu artículo no tratará de simples lobos, si no de…—Inclina su cuerpo hacia delante mientras mira a todos lados creo que asegurándose de que nadie más la escuche. — de hombres lobo, estás obsesionada con el tema. —Susurra.
Ahora sí que la observo muy ofendida ya que no creo estar obsesionada, simplemente me da curiosidad por el simple hecho que no solo sueño con el lobo si no también con un hombre convirtiéndose en ese lobo. No encuentro significado a ese sueño, pero a raíz de eso estoy segura que los hombres lobos existen y estoy convencida que con el artículo demostraré que no estoy equivocada.
—Con este artículo demostraré que existen. — Aseguro.
—Pero, ¿Y si no es real?
Suspiro. Con dos de mis dedos masajeo mi sien.
No debí contarle sobre esto, siempre soy reservada pero claro con este tema no pude mantener mi boca cerrada.
—Si es real, Sara. Hay algo no sé qué es, pero hay algo en mi corazón que me dice que sin son reales.
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Editado: 29.10.2024