Capítulo IV: La Cena

Mientras en un lugar acondicionado para ello, los compañeros de Lucía disfrutaban de una agradable velada, bueno todos no.

Virtudes: “Carmen, ¿has visto a Noé?, llevo un rato buscándola y no la veo por ningún sitio…”

Carmen: “Creo que está con su madre…”

Amiga 3: “Pero que hace con esa petarda, sí es su madre pero eso no impide que sea una petarda aguafiestas…”

Virtudes: “¡Cállate Caro!, ¿quieres que te oiga?, y ya nos jode la noche…”

Amiga 4: “¿Habéis visto a la puta empollona?, porque por las tardes no ha ido a la facultad, y en las prácticas no hemos coincidido ni siquiera en la cafetería…”

Carolina: “Lógico que no hayamos coincidido, por lo visto sus prácticas no es de nuestra carrera, es de la otra que está haciendo…”

Virtudes: “¿Qué la putilla de tres al cuarto está haciendo dos carreras a la vez? Vamos eso no se lo cree ni ella…”

Carolina: “Que tú no te lo creas no quiere decir que no lo esté haciendo, además mi hermano Javier es compañero suyo, y sabes lo mejor que los profes dicen que es la número 1 de su promoción, y a mi hermano ya lo conocéis… y el no dice las cosas sin saber así que… ya sabes”

Amiga 4: “Joder, por eso no hemos podido “ayudarla con sus prácticas”…”, terminó diciendo entre risas.

Mientras en un rincón apartado.

Noelia hija: “…pero mamá. ¿Qué es lo que hago mal que nunca quieres saber de mí?”, haciendo pucheros.

Noelia madre: “Te voy a decir lo que haces mal. Lo primero amargarle la vida a una chica que NO TE HA HECHO NADA, y en segundo lugar, seguirle el juego al idiota de tu padre…”, bastante enfadada.

Noelia hija comenzó a sollozar y su madre la abrazó con ternura.

Noelia madre: “Sé que es muy difícil vivir con tu padre, sin caer en sus idioteces. Pero me tienes que prometer que vas a cortar con ese tipo de actitudes, porque te haces daño tú misma además de a esa chica. Mientras que tus amigotas se van de rositas…”

Noelia hija: “Pero, ¿cómo lo hago?”, dijo entre sollozos mientras las lágrimas comenzaron a destrozar el maquillaje.

Noelia madre: “Habla con sus hermanos, envíale un Whatsapp, una nota escrita, yo que sé, pero lo importante no es el cómo sino que sea de corazón. Sé que lo qué te está haciendo tu padre es imperdonable, deberías saber esto. Una de tus “amiguitas” es la actual amante de tu padre…”

Noelia hija: “¡¿Cómo?!”

Noelia madre: “Hija, intenta quedar con tus amigas el próximo martes. Y si no pueden por obligaciones familiares, te espero en la habitación 714 del Hotel Conquista, ¿de acuerdo?”

Noelia hija: “Ok mamá”

Cuando se fue la madre de Noelia esta se vino abajo y comenzó a llorar sin consuelo, por allí paseaba un chaval, que se encontraba algo cargado por el ambiente que había dentro del salón.

Chaval: “Dime quién te ha hecho llorar de esa manera, que me lo cargo. Eso de hacer a una chica tan guapa como tú es un delito muy grave…”

Noelia hija: “Si ni siquiera sabes quién soy…”, entre sollozos.

Chaval: “¿Qué te apuestas?”

Noelia hija: “¿Te parece un cacharro?”

Chaval: “No, algo mejor. Te doy a elegir o una cita o un beso con lengua…”

Al oír la respuesta del chaval Noelia comenzó a reír, nunca le habían pedido nada de eso. Para el chico es risa fue el momento más maravilloso que había vivido nunca.

Noelia hija: “Pero, y si pierdes ¿Qué me darás tú?”